Como el alumno que ansioso se mueve en el pupitre y con cualquier pretexto halaga al maestro, dos legisladores federales poblanos que aspiran a la gubernatura, y otros cuantos políticos locales, hacen malabares, incluso hasta el ridículo, para conseguir la atención, el cariño y el reconocimiento del Presidente de la República. La meta es clara: a toda costa ser ungidos por el dedo del Gran Elector para 2024; el precio no importa.
La desbocada campaña del senador Alejandro Armenta y su primo Ignacio Mier por ganarse la simpatía de Andrés Manuel López Obrador es obvia y burda.
Lo que hacen los poblanos que aspiran a llegar a Casa Aguayo, es muy parecido al caso del aprendiente que lleva manzanas al docente, para convertirse en “el preferido del profesor”.
Al que se pone de tapete.
Aquel que festeja todos los chistes del maestro, aunque sean muy malos.
Armenta se ha puesto bajo fuego, amigo y de la oposición, con iniciativas controvertidas, con tal de agradar en Palacio Nacional.
Por ejemplo, ahí está su propuesta de desaparecer el Instituto Nacional de la Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos (Inai).
La presentó y luego la retiró el mismo día, en una de las últimas sesiones ordinarias del Senado, en el periodo que recién concluyó.
Se llevó ataques.
Burlas.
Críticas a la ignorancia en materia de técnica legislativa que delataba su propuesta.
En fin, le llovió sobre mojado.
Pero aguantó el vendaval, con tal de agradar al Gran Elector.
Por cierto, la palmadita de agradecimiento, nunca llegó, al menos en público.
Ese ánimo de caer bien a como dé lugar, se repite con el planteamiento del diputado federal Ignacio Mier, quien propuso una consulta popular para definir si los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) deben ser electos por voto directo.
La propuesta, aseguran los detractores, es inviable, pues se trata de un tema electoral, que no puede someterse a consulta popular; sin embargo, recibió el aval del Presidente de la República.
En su mañanera de este miércoles, López Obrador respondió sobre este asunto que “ojalá que se lleve a cabo la consulta, que se le pregunte al pueblo”.
Visto así, a diferencia de su primo, Nacho sí recibió la palmadita desde Palacio Nacional.
Cuán evidente será lo que hacen los primos, que este miércoles en la sesión de la Comisión Permanente, precisamente en referencia a la conducta de Armenta, el senador Jorge Triana, del PAN, les pidió no llevar a la tribuna legislativa sus aspiraciones en Puebla.
No son los únicos.
Hay muchos.
Cientos.
Miles.
Están jugando a ganar la atención del Gran Elector.
Y también al juego de las sillas con las posibles candidaturas a todos los cargos.
Todos aseguran que son ellos y ellas los verdaderos “lopezobradoristas poblanos”.
Se venden como los mismísimos apóstoles y fundadores de la Cuarta Transformación (4T).
Los pocos días que estuvo arriba en la batalla por la gubernatura la secretaria de Medio Ambiente federal, María Luisa Albores, salieron de sus retiros muchos de estos especímenes.
Comenzaron a apoyar a quien fue la primera presidenta de Morena en Puebla.
La ecuación era simple: “ella es la favorita de AMLO y, al llenarla de halagos y de apoyo, halagamos al Presidente”.
Falló todo.
No hubo “favorita de AMLO”.
Ya lo hemos dicho:
Aún falta mucho por ver.