Desde la tarde de este jueves, como anunció, el Presidente de la República está en Puebla. Aquí duerme y este viernes encabezará el desfile conmemorativo de la Batalla del 5 de Mayo de 1862. Antes, durante y después del acto oficial, muchos y muchas, literalmente, cazarán las señales del único que importa en las definiciones: el Gran Elector, el Dedo de Oro, la Bendición Definitiva de Andrés Manuel López Obrador.
Al cierre de la edición, corría fuerte el trascendido de que, a diferencia del año pasado, no estarán representantes de los otros representantes de los Poderes de la Unión.
Ni Legislativo ni Judicial.
Se advierte como una decisión del Presidente.
Al menos no formalmente habrá sitio y espacio esos representantes.
Eso se verá en el momento.
Antes y primero, en la conferencia mañanera en la Zona Militar, el Primer Mandatario estará acompañado por el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
El mandatario poblano intervendrá.
Estarán presentes otros funcionarios y funcionarias estatales y federales.
Se hablará de Puebla y seguramente se presentarán resultados del combate a la delincuencia.
Éstos, previsiblemente, habrán sido presentados minutos antes a López Obrador en la Mesa de Seguridad que presidirá y que se realizará también en la sede castrense, casi de madrugada.
Luego vendrá el acto conmemorativo de la Batalla de Puebla.
La evocación de la tarde en que “las armas nacionales se han cubierto de gloria”, como informó el general Ignacio Zaragoza al Presidente Benito Juárez en un telegrama.
Ahí las cosas tendrán un tono especial, por la proximidad de las definiciones electorales.
Todos y todas en busca de una palmada.
Un apapacho que les adivine el futuro.
Dependiendo si están presentes, veremos a muchos buscando hasta las miradas presidenciales.
Al diputado federal Ignacio Mier, quien estuvo hace unos días con López Obrador en Palacio Nacional y ya trae ese impuso y cercanía reciente.
El presidente del Senado de la República, Alejandro Armenta, a quien no se le ha concedido esa cita a solas con el tabasqueño.
También estará ahí, seguramente, Julio Huerta, el secretario de Gobernación estatal.
Olivia Salomón, aprovechando su buena relación con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, de quien también está confirmada su asistencia.
Así todos y todas.
Y luego cada quien se acomodará las cosas a su conveniencia.
Que si Andrés Manuel saludó con entusiasmo a Fulano o a Zutana.
Que miró bonito a Tal o a Cuál.
Que una frase de su discurso tuvo una alusión.
Que si hubo palabras con destinatario.
O con destinataria.
Hasta el color de la corbata que use será interpretado.
Que si se detuvo al caminar.
Que si caminó más rápido al pasar frente a uno u otra.
Todos tratando de interpretar las “señales”.
Todos tratando de agradar al Gran Elector.
Todas y todos buscando la bendición del Dedo de Oro.
Y así… todos contarán su propia versión, su propia interpretación, de la mañana del 5 de mayo.
Y todos, y todas, con el 2024 en la cabeza.