La comparación no es nada exagerada. Tan peligrosos son algunos de los retos que en redes sociales se viralizan y que, sin un mínimo de sentido común realizan jóvenes de Puebla y otros lugares, que son el equivalente a jugar a la Ruleta Rusa. La posibilidad de morir, quedar herido o afectado permanentemente, física o mentalmente, es muy real y muy alta.
Varios han sido los episodios en que niños, niñas y jóvenes han sufrido secuelas graves, por los retos virales.
El más reciente que está “de moda” es “El que se duerma al último gana”.
Se trata de tomar Clonazepam, que tiene efectos somníferos, pero con consecuencias al sistema nervioso central.
Obviamente, quien cae al último en el sueño que provoca este medicamento controlado, triunfa en este absurdo y estúpido reto.
Hay implicaciones legales también graves, porque significa que alguien les consigue, lo vende o lo proporciona, a pesar de tratarse de medicamento para el que se requiere forzosamente receta médica.
Los videos que ha detectado la Policía Cibernética son principalmente subidos a la plataforma TikTok.
Los jóvenes, por desidia y por falta de información, desconocen la gravedad de los efectos que este fármaco puede causar, en una dosis inadecuada y por sí solo, pues tiene especificaciones muy claras de para qué debe usarse.
El Clonazepam, que se vende tradicionalmente bajo las marcas Klonopin y Rivotril, se utiliza para prevenir y tratar las convulsiones.
También trastornos de pánico y ansiedad y el trastorno del movimiento, que es más conocido como acatisia.
Está muy lejos de ser un juego.
Con oportunidad, el Ayuntamiento de Puebla, a través de su Sistema DIF, alertó sobre este caso.
A finales de enero, en la Ciudad de México, se reportó la intoxicación de ocho estudiantes de secundaria, por este reto viral.
De ahí que la Policía Cibernética haya entrado a vigilar esto.
En Puebla se han detectado casos.
No es el único que los retos virales que pone en condiciones de altísimo riesgo a los jóvenes.
En el pasado ha habido otros, aunque no todos se han replicado en México o en Puebla.
Está el llamado Blackout Challenge, que consiste en aguantar la respiración hasta desmayarse.
El Benadryl Challenge, que consiste en tomar cantidades fuertes de Benadryl, un antihistamínico, un sedante diseñado para disminuir las alergias, pero que en altas dosis produce alucinaciones.
También existió “El desafío del desodorante”, que retaba a inhalar la mayor cantidad, en presentaciones en aerosol, hasta quedar inconsciente.
Hay otros, como el de “48 horas desaparecido”, que no implicaba sustancias, pero exponía a los menores a muchos riesgos, por borrar sus huellas durante dos días.
Lo único cierto es que son estupideces y absurdos.
La vigilancia y la formación en casa son irremplazables para prevenir estas conductas.
La escuela, hay que reconocerlo, no puede ser la primera responsable en estos casos.
Se trata de jóvenes desinformados y sin guía correcta, que ponen en riesgos sus vidas.
Un juego en el que la bala puede tocarles.
Una Ruleta Rusa.