Con la tristeza, lógicamente aún intensa, por la reciente partida del gobernador Miguel Barbosa Huerta, la señora María del Rosario Orozco Caballero entregó este jueves la estafeta del Sistema Estatal DIF a la nueva presidenta honoraria, Gabriela Bonilla Parada, esposa del mandatario poblano, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, en un acto cargado de emociones y también lleno de simbolismos.
La nueva titular del DIF participó, con un mensaje sensible, en el homenaje que recibió Doña Charo -como es conocida por propios y ajenos-, con quien a lo largo de los últimos cuatro años acuñó una relación cordial, sincera y de mucha identidad en los ideales de apoyo a la gente que lo necesita.
Por ello se comprometió a dar continuidad a su trabajo, “con fuerza y corazón”, en favor de las personas más desprotegidas y en situación de vulnerabilidad.
Doña Rosario, compañera de vida de Miguel Barbosa, con quien formó una familia sólida con dos hijos, Miguel y Rosario, volvió a un acto público, luego de las exequias finales del gobernador, del pasado 15 de diciembre, en la ciudad de Tehuacán.
Con momentos de evidente emoción, habló en el acto en que además se le rindió un merecido homenaje, por el trabajo que realizó al frente del DIF estatal, desde agosto de 2019, hasta diciembre pasado.
Con generosidad, reconoció la labor de los funcionarios, desde la directora, Leonor Vargas, a quien identificó por su cercanía a la familia Barbosa Orozco, como a toda la estructura.
Con la voz entrecortada, rememoró el trabajo de Miguel Barbosa.
Su visión política.
El mensaje fue inequívoco acerca de continuar su legado.
“La reconciliación la buscó él (Miguel Barbosa) con el pueblo de Puebla, con todos los presidentes municipales que seguían una línea derecha, franca y abierta a favor de la gente, nunca a favor de intereses oscuros, beneficios personales.
“La reconciliación de Puebla también merece justicia y hay actos, hay acciones, que podemos ser del mismo partido, podemos ser partidos diferentes y podemos coexistir perfectamente, pero quien haya cometido un delito, sea quien sea, debe lograrse una sanción.
“Porque no habrá reconciliación en el estado, habrá como siempre el solapamiento a ciertos grupos, a cierta gente, eso no se debe dar en Puebla, eso debe cambiar, de veras”, dijo con la emoción de recordar la visión y los ideales de su esposo.
Doña Rosario recibió el cariño de la gente, de los suyos.
En el acto estuvieron legisladores, funcionarios, políticos de hoy y otras épocas; los directores y directoras de los sistemas DIF municipales.
El gobernador Sergio Salomón Céspedes reconoció a Doña Charo por haber transformado la función del DIF.
Por su cercanía con la gente.
También por su legado.
Con emoción y sencillez, Gabriela Bonilla también ofreció dar continuidad al trabajo.
Llevar los apoyos a todos los rincones del estado.
La estafeta, quedó claro después de este acto y este homenaje, está en muy buenas manos.
El trabajo sigue.
Es indispensable para resguardar el legado.