Las zonas comerciales de La Cuchilla y la 46 Poniente, en donde en coexistencia con comerciantes honrados -eso sin duda-, también se realizan muchas actividades ilícitas, de venta de mercancía robada y hasta narcomenudeo, deberán ser expropiadas. No hay otra salida y no hay una vía más ágil para recuperar la tranquilidad y seguridad de esa parte de la ciudad de Puebla.
Luego de que el gobierno de Miguel Barbosa anunció esa posibilidad, que se realizará con un análisis escrupuloso -y no se trata de una expropiación total-, se sumó a favor la administración municipal de Eduardo Rivera Pérez.
Las dos administraciones, en este caso van, en total sincronía.
Ya hemos hablado, en este espacio, de lo grave que ahí ha ocurrido.
Que sigue ocurriendo.
Se han hallado bodegas de mercancías de procedencia ilícita e ilegales.
También hay una certeza popular y una comprobación judicial, en varias ocasiones, de que ahí hay nidos de bandas delincuenciales.
Incluso las desapariciones forzadas o presuntos asesinatos que ahí han ocurrido, por sí solos, ameritan una intervención contundente de las autoridades.
Hay incluso una leyenda negra, que podría no estar tan alejada de la realidad, de que en esos lugares hay fosas clandestinas.
Son cotos de los delincuentes.
Son feudos de manos criminales.
Las policías, estatal, municipal o la Guardia Nacional, que han realizado operativos ahí, todavía no han logrado ir al fondo mismo.
Es muy complejo.
La semana que terminó, la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) “28 de Octubre”, que encabeza Rubén Sarabia Sánchez, “Simitrio”, salió a inconformarse.
Expusieron sus argumentos.
El grupo se deslindó de las actividades y de los cabecillas criminales.
Sin embargo, ninguno de sus argumentos es mayor que el del beneficio colectivo.
La expropiación es una vía, para limpiar esa zona definitivamente.
Rápidamente.
Pero hay otras que se han utilizado, con legalidad y legitimidad, en otros casos.
No hay que olvidar lo que ha pasado en el Barrio de Tepito, en la Ciudad de México, para combatir esos centros delincuenciales.
La extinción de dominio.
Una medida legal y más severa.
UN POBLANO MÁS EN EL HUEY 2022
Como pocos, o como ninguno, dicen varios de los asistentes, el gobernador Miguel Barbosa Huerta y su esposa, Rosario Orozco Caballero, disfrutaron este domingo Festival Huey Atlixcáyotl 2022.
Hay un elemento que en Barbosa, a diferencia de sus antecesores, es muy notorio: el profundo orgullo de ser poblano.
Le viene de la cuna.
De la infancia en su natal Zinacatepec.
Es un tema de valoración del origen, que se extiende a una capacidad de apreciación del arte poblano y la cultura originaria.
De ahí su disfrute especial por este acto de bailes y danzas tradicionales de las 32 regiones de la entidad.
Miguel Barbosa y su esposa llegaron a las 10:00 horas.
Se fue hasta las 14:20 horas.
No fue, como con otros mandatarios, solamente el corte de listón y la foto.
Realmente hay una identificación.
Un orgullo por Puebla.