2021 deberá ser recordado como el año es que comenzamos, dolorosamente, a aprender a vivir con la pandemia; también por la consolidación, a pesar de la estridente, pero ineficaz oposición, del lopezobradorismo en las urnas. El próximo 2022 será un año todavía complicado en materia de salud y economía, mientras en lo político se avizora el afianzamiento, todavía mayor, de Morena y sus aliados con más gobiernos estatales para su causa.
Con la cuarta ola acechando al país y al estado de Puebla, estamos llegando al final de un año complicado, en el que la recuperación económica fue a contracorriente.
Si se habla tradicionalmente de la cuesta de enero, en este 2021 esta cuesta nos ha durado 12 meses.
Fue un año completo con la pandemia, que cumplió su primer ciclo anual en febrero, para México.
Sin embargo, se pudieron amortizar sus efectos con la vacunación.
Mientras el promedio nacional de cobertura para los mayores de 18 años está en 87 por ciento, Puebla ya tiene 92 por ciento.
Ha comenzado la tercera dosis de refuerzo para los adultos mayores.
También la primera para los infantes de 14 años en adelante.
La economía también se ha venido recuperando, luego del funesto 2020, cuando por varios meses hubo que cerrar las actividades no esenciales.
Con el avance en los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Puebla sumó en noviembre seis meses consecutivos con recuperación de empleos.
Tan sólo de octubre a noviembre se registraron 7 mil 787 nuevas plazas laborales.
Falta, pero el ritmo del avance es muy bueno.
Igual ocurrió con la vacunación, pues Puebla se mantuvo más de cuatro meses en el último lugar de cobertura.
La falla fue del gobierno federal, que no otorgaba suficientes dosis a la entidad.
Tuvo que ir a gestionar directamente a Palacio Nacional el gobernador Miguel Barbosa, para que eso se corrigiera.
Las elecciones en el país se realizaron en relativa calma, aunque con lamentables focos rojos y hasta asesinatos de candidatos y candidatas.
En Puebla trascurrieron sin nada grave que lamentar.
En México y en el estado, el lopezobradorismo consolidó su ventaja.
La oposición no tiene cómo vencerlo, a pesar de la amorfa alianza que integraron PRI, PAN y PRD, sin éxito.
Apenas lograron arrancarle al Presidente de la República medio centenar de curules federales.
Sin embargo, fueron dolorosas porque perdió la mayoría calificada.
Esas las perdieron Morena y sus aliados más por sus errores, que por aciertos de sus adversarios.
El caso más concreto se vivió en Puebla capital, en donde el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se empeñó en postular nuevamente a Claudia Rivera Vivanco.
La ex alcaldesa no solamente perdió, sino que le hizo un boquete al lopezobradorismo, que se extendió hasta la zona conurbada.
El barbosismo poblano, aunque enfrentó resistencias internas en Morena, ganó en cada postulación que tuvo.
El año 2022 no pinta distinto.
La reedición de la alianza Va por México, en cuatro de los seis estados -Hidalgo, Tamaulipas, Durango y Aguascalientes- que renovarán gubernatura, anuncia ya un fracaso muy cantado.
De esas seis elecciones, apenas la alianza tiene oportunidad en Aguascalientes.
El resto, Oaxaca y Quintana Roo, serán, si no falla la coincidencia de las previsiones en las encuestas, para el lopezobradorismo.
Parece invencible.
La Consulta Popular de Revocación de Mandato, que apenas este fin de semana determinó postergar el Instituto Nacional Electoral (INE), molesta a Andrés Manuel López Obrador, porque le impide su plan de ganar, de facto, otra vez la Presidencia.
Abolla su plan de mostrar músculo.
De refrendar su popularidad que, por más críticas que recibe de un puñado de integrantes de la posición, no ha bajado, en promedio, de 65 por ciento.
Ese tema y otros anuncian que los primeros meses de 2022 serán rijosos.
Viene también el debate de la Reforma Energética en San Lázaro.
Morena y sus aliados requieren del PRI, para sacar adelante la votación de mayoría calificada, las dos terceras partes, por tratarse de un paquete de modificaciones constitucionales.
La dirigencia del tricolor está presta a jugar ese ingrato papel, de acompañamiento.
Mientras todo esto ocurre, el medicamento anti COVID está ya en camino.
En Estados Unidos y algunos países de Europa, ya se dio luz verde al Paxlovid, tratamiento de Pfizer en pastillas, que ayuda a prevenir casos graves de COVID.
Ojalá pronto ocurra en México también, sobre todo ante la amenaza de las nuevas variantes como Ómicron.
Por esto y muchas cosas más, en el papel 2022 pinta mejor.
Que así sea para todos nosotros.
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Garganta Profunda tendrá un receso por las fiestas decembrinas.
Nos leeremos, con esta agradable complicidad de tantos años, en los primeros días de enero.
¡Muchas felicidades!