Actualmente, sólo existen dos organizaciones criminales que cuentan con “verdadera presencia nacional”, que tienen o han tenido operaciones en las 32 entidades: el Cártel de Sinaloa (CDS) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), concluye el estudio “Mapa Criminal. México. 2019-2020”, de Lantia Intelligence.
El documento hace también la descripción, cronológica y territorial, de otros cuatro grupos que resultan de escisiones de los primeros y que han venido perdiendo fuerza y presencia.
Se trata realmente de fragmentaciones.
Esos otros se consideran grupos con influencia en algunos estados.
Los Zetas, Cártel del Golfo (CDG), la Organización criminal de Los Beltrán Leyva (OCBL) y Los Caballeros Templarios-La Familia Michoacana (CT-FM).
En el estado de Puebla, de acuerdo con este análisis que la consultoría realizó con base en fuentes abiertas, “tienen (o en su momento tuvieron) capacidad económica, armamentística, logística y corruptora”:
Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, por ser organizaciones consideradas con influencia nacional.
Fuera de éstas, se considera a todas las demás una “fragmentación” de grupos que aún existen con menor fuerza o que han dejado de existir, aunque el Gobierno de México los considera activos.
En el territorio poblano este análisis ubica presencia de Los Zetas y Los Beltrán Leyva.
También se detectó la presencia de “grupos criminales locales o regionales de relevancia (GLR)”.
Es ahí en donde podríamos ubicar a las bandas huachicoleras del estado, principalmente concentradas en el Triángulo Rojo.
Sin embargo, también hay que considerar su presencia en Puebla, con la salvedad de que “tienen (o en su momento tuvieron) capacidad económica, armamentística, logística y corruptora”, en el territorio estatal.
El análisis resulta, sin embargo, una buena noticia, porque no hay detectados grupos criminales preponderantes y con actividades intensas y actuales en el estado.
“Mapa Criminal. México. 2019-2020”, de Lantia Intelligence, especifica que “actualmente Los Zetas, CDG, OCBL y CT-FM ya no existen como organizaciones cohesionadas”.
Y la razón es que “se han atomizado en varias escisiones, algunas antagónicas entre sí o sin relación alguna con los liderazgos originales”.
El documento es una exhaustiva y sistemática recopilación de fuentes abiertas: “diarios, periódicos y revistas de circulación nacional y locales, y redes sociales (Twitter, Facebook e Instagram), e incluso en investigaciones o estudios académicos”.
En sus “Notas Finales: Algunas Propuestas De Política Pública”, la consultoría especializada Lantia Intelligence, establece:
“Es importante que se transite de un modelo reactivo de la estrategia de seguridad federal, estatal y local hacia esquemas preventivos que permitan —ante el desplazamiento de actividades criminales a nuevos territorios, o bien ante el surgimiento de nuevos giros delictivos— intervenir de forma oportuna.
“Es decir, antes de que se consoliden nuevas redes de intereses criminales”.
Un tema adicional que salta a la reflexión, es la urgente estrategia, siempre permanente, para evitar que las organizaciones tengan “arraigo social”.
Eso les permite una mayor operación.
Éxito.
Y hasta justificación.
El estudio es muy amplio, pero este acercamiento algo dejará de la radiografía de la seguridad.
Que lo lean y entiendan, quienes tenga las capacidades.