El estado de Puebla está a las puertas del colapso hospitalario por el COVID-19, a pesar del intenso esfuerzo de reconversión que ha realizado la administración estatal.
El gobierno federal situó el domingo a nuestra entidad en el primer lugar de ocupación en hospitales en camas generales, en el mismo nivel que otros cuatro estados.
En tanto que en “camas Covid”, es decir, con respirador, con 54 por ciento de ocupación.
Sin embargo, esas cifras, ya se había advertido, son muy optimistas.
Aquí, la realidad que ha reportado la Secretaría de Salud del estado alerta de entre 80 a 85 por ciento de ocupación.
Y las cosas empeoran.
Las empresas y los comercios están al borde de la bancarrota, los que aún tienen posibilidad de reabrir.
Estamos entre la espada y la pared.
Entre el colapso médico y el económico.
El fin de semana que concluyó, arrojó las cifras más negras de toda la pandemia del COVID-19.
Entre los datos reportados sobre el momento y las que se refieren a actualizaciones, la alerta es mayúscula.
Hay 9 mil 724 casos acumulados positivos.
Mil 032 más de reportes atrasados del corte de abril.
Un total de mil 255 muertos en lo que va de la epidemia; 221 más este fin de semana.
Son 2 mil 008 los casos activos.
Ya 835 hospitalizados, un crecimiento de 52 pacientes más.
De todos ellos, 194 están en terapia intensiva.
De los 217 municipios, 93 reportan contagios.
La mortalidad en el estado se incrementó en las últimas 72 horas, de 11.89 por ciento a 12.9 por ciento.
Es superior a la tasa nacional que se ubicó el domingo en 12.28 por ciento.
Son las cifras de la catástrofe.
Contener la pandemia ha dejado de ser (en realidad nunca lo ha sido) una responsabilidad que pueda endilgarse a las autoridades.
Lo dijo el gobernador Miguel Barbosa y lo reitera cada mañana: o sellamos y cumplimos, todos, un gran pacto comunitario o las consecuencias serán catastróficas.
Ha ofrecido diálogo con las empresas, con los sectores, con las personas, pues también es terrible el panorama económico.
Todas las facultades que tiene el gobierno del estado no servirán si no hay conciencia de los ciudadanos.
Viene la segunda etapa de entrega de paquetes alimentarios e higiénicos.
Se busca contener que la gente que vive a día tenga que salir.
Los contagios están por todos lados y nadie se salva.
En el gabinete barbosista se anunció que el secretario de Seguridad Pública, Raciel López Salazar, dio positivo a coronavirus.
Sólo la conciencia colectiva aminorará la avalancha del Covid.
Los contagios crecen a una velocidad superior al promedio nacional.
Entre la necedad y la necesidad, el panorama es complicado.
¿De qué lado ha decidido usted estar?