El ex secretario de Gobernación, Fernando Manzanilla Prieto, no solamente pretende influir -como ya lo hace- en las decisiones de las dirigencias estatales de PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC), con miras a conformar su TOCOBA (Todos Contra Barbosa) en Puebla, sino que también busca apoderarse del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Un modelo muy similar al que empleó su cuñado, el fallecido Rafael Moreno Valle, para controlar toda la política en el estado.
Es la estrategia que ha dejado ver para aparecer en la boleta de 2021, como candidato a la alcaldía de la capital.
Su carta para presidir el tricolor poblano, que debe tener nueva dirigencia antes de 31 de agosto, es su principal operador: José Luis Márquez Martínez.
El zacateco fue su mano derecha en Segob, en el gobierno interino y en su breve (y traumático) paso por el barbosismo.
Para él, Manzanilla ha pedido el apoyo directo del mismísimo Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor.
Desde finales de febrero, antes de que la pandemia lo impidiera, Márquez estuvo en persona en el edificio del PRI en la Ciudad de México.
El día 28 de ese mes le presentó a la gente de Alito sus credenciales como recomendado de Manzanilla.
Si en el CEN priísta se deciden por Márquez, habrá quedado muy claro a quién se están entregando las llaves del tricolor estatal que, aunque alicaído, puede hacer la diferencia a favor del TOCOBA, en las urnas el próximo 6 de junio de 2021.
Esa disímbola y en otros tiempos impensable coalición que podrían conformar PRI, PAN, PRD y MC sería la versión poblana del nacional Bloque Opositor Amplio (BOA), pero sin los tintes caricaturescos con que lo presentó Andrés Manuel López Obrador.
Lejos de las denuncias prefabricadas del tabasqueño, efectivamente en el escenario de lo posible existe, desde el año pasado, el proyecto de una gran alianza opositora en el país, de todos los partidos antagónicos al Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Por supuesto, incluido Puebla.
PAN, PRI, PRD y MC sí tienen planeada una coalición, al menos parcial y selectiva, para los procesos electorales federal y los 32 locales de 2021.
En nuestro estado, particularmente, para lograr la conformación de ese frente Anti-AMLO y Anti-Morena es indispensable que los dirigentes estatales del panismo y priísmo sean “a modo”.
Dóciles a los ordenamientos desde el centro del país.
Que sepan y puedan nadar en sincronía.
De ahí que, en la construcción de esas dirigencias partidistas estatales “a modo”, ha aparecido la mano de Manzanilla.
En el PAN poblano tiene en la bolsa a Genoveva Huerta.
En el PRI juega con Márquez.
El TOCOBA, si así le quieren llamar, efectivamente se construye.
Y Manzanilla tiene cara de arquitecto.