EL DESCONCIERTO DEL PAÍS Y EL EXTRAVÍO DE AMLO

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Con un país literalmente balcanizado, en donde cada estado tiene sus propias realidades y previsiones sobre la pandemia del Covid-19, y con el semáforo en rojo en casi todo el territorio -sólo Zacatecas está en color naranja-, México entró a la mal llamada “nueva normalidad”, con un rumbo extraviado que no presagia ningún final venturoso en cuando a contagios y muertes, las que siguen en incremento.

Los países de Europa y Estados Unidos solamente han previsto su retorno a algunas actividades no esenciales, con base en la proporción en que disminuyen sus curvas epidémicas.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador optó por hacerlo en pleno estado de emergencia.

Dejó además la responsabilidad de contención y combate a la epidemia a los estados.

Dimitió su tarea esencial. Y le echó la “papa caliente” a los gobernadores, con quienes nunca se reunió para coordinar la crisis.

Se erige ahora solamente como rector de una operación, la llamada “nueva normalidad”, dictada desde la comodidad de las oficinas de Palacio Nacional.

Pero la curva en México ni se aplana ni se dobla, como dice Hugo López Gatell, subsecretario de Salud.

El caos presagia días aciagos por delante.

En Puebla, el gobernador Miguel Barbosa ha tenido que tomar decisiones firmes.

Aquí no hay condiciones.

Emitió un decreto para que sigan las previsiones de sana distancia, el “Hoy No Circula” y autoconfinamiento.

La ola más alta del coronavirus apenas viene aquí.

Lo sabe y se han tomado medidas que a lo mejor no son populares, pero sí necesarias.

En tanto, con esa marea alta en el país también, un irresponsable López Obrador retomó sus giras.

Estuvo en Quintana Roo.

En Lázaro Cárdenas dio el banderazo de inicio al Tren Maya.

Luego, conmemoró el Día de la Marina y entregó condecoraciones, en Isla Mujeres.

En su campaña perenne.

Encabezó, sin cubrebocas, una ceremonia en tierra y otra a bordo de un navío.

El mar estaba inquieto, tanto cómo él.

Al presidente se le veía mareado.

Con la mano derecha se asía a una barandilla.

Y la izquierda, que por momentos buscaba también la barandilla, la llevaba pegada a la pierna, para “hacer tierra”.

Estaba desconcertado.

Como el país.

El colmo: ayer habló de “rebrote” cuando ni siquiera ha acabado el “brote“.

Además del momento sobre la “nueva normalidad”, ha leído mal el malestar en su contra.

Cree que la marcha del sábado del Frente Nacional Anti-AMLO (Frenaa) la conformaron los “fifís”.

Lo dice porque las decenas de miles de participantes avanzaron en autos, en 70 ciudades del país.

Lee mal.

El grueso de los manifestantes fue de clase media.

No son los ricos.

La clase media trabajadora que se esfuerza por salir adelante todos los días, a pesar de los presidentes, que cada vez salen peores.

Así va AMLO, sin la lectura correcta del rumbo.

Es un líder extraviado, sumido en un grave mareo, que amenaza con hundir aún más al país.

gar_pro@hotmail.com

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