La actual LX Legislatura del Congreso del Estado se convertirá en los próximos días en la que más grupos legislativos tenga en la historia de Puebla, 11 en total. Con una reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo local, los cuatro diputados que dejaron la fracción del Partido Acción Nacional (PAN) serán reconocidos como bancada y, en los hechos, serán también una más de filia morenista y afín al gobernador Miguel Barbosa. Aunque sus detractores lo ven como un movimiento ilegítimo y artificial, se trata del acomodo natural que los diputados locales hacen y han hecho históricamente, que no sorprenda a nadie. Así además, se fortalece esa mayoría lopezobradorista poblana que llegó desde 2018, ahora que, por disputas personales, se veía frágil. Es la consolidación de un bloque parlamentario invencible.
La nueva bancada estará conformada por los ex panistas Marcelo García Almaguer, quien fue el coordinador del PAN al inicio de este ejercicio, María del Carmen Saavedra Fernández y Hugo Alejo Domínguez, así como Jonathan Collantes Cabañas, ex aliancista.
Aún por definir cómo será oficialmente denominada, se sumará como grupo legislativo a los 10 que ya existen: Morena, PAN, PRI, PRD, PT, PVEM, Movimiento Ciudadano (MC), Compromiso por Puebla y Nueva Alianza (Panal) y Encuentro Social (PES).
Los dos últimos, siguen reconocidos ante la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jucopo), a pesar de que sus partidos ya no tienen registro nacional.
Con su conversión de “independientes” a grupo legislativo, tendrán también acceso a una tajada del presupuesto y asiento, voz y voto, en la Jucopo.
Sin embargo, no se trata de una “muy democrática” y generosa concesión de la mayoría lopezobradorista-barbosista de las fracciones de Morena, PT y PES, sino también de un movimiento estratégico.
Se fortalece su hegemonía.
Se hace invencible en casi todas las decisiones.
Incluso en las de mayoría calificada.
Oportunamente también ataja esa mayoría la fragilidad a la que estaba actualmente expuesta.
Me explico.
Con los desencuentros recientes entre el presidente de la Jucopo y coordinador de Morena, Gabriel Biestro Medinilla, y sus cercanos con el petista José Juan Espinosa Torres y el también morenista Héctor Alonso Granados, se dibujó la posibilidad de fragmentación de esa mayoría.
En el hipotético caso de que esos dos “disidentes” quisieran llevar la contraria, el bloque de 22 de 41 diputados y diputadas de Morena, PT y PES, quedaría debilitado y en posibilidad de ser superado en votaciones por el resto de las fracciones legislativas.
Con una nueva bancada cómoda y colaboracionista, creada ex profeso, se fortalece esa mayoría y es, ahora sí, aritméticamente invencible en votaciones de mayoría simple, la mitad más uno, y también puede serlo en las de mayoría calificada, las dos terceras partes.
Estas últimas, indispensables para concretar reformas constitucionales.
No hay que olvidar que la única curul del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), es afín al mandatario poblano, pues ese partido lo acompañó en el pasado proceso extraordinario.
Así es que, con los “independientes” conversos al morenismo, ahora el bloque barbosita-lopezobradorista suma en los hechos 27 curules.
Si no hay ausencias, se bastará solo incluso para las votaciones que demanden la mayoría calificada.
Visto así, ¿quién entonces gana?
Porque, en definitiva, hay un Gran Ganador.