Muchas preguntas deberá responder, muchas reflexiones tendrá que hacer y muchas decisiones, en consecuencia, deberá tomar la candidata del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) a la Presidencia Municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, sobre la sospecha de que personajes cercanísimos y aparentemente indispensables en su campaña pudieran tener vínculos, a través de familiares, con lo que se presume puede ser una banda dedicada al robo de bancos.
A la luz de estas revelaciones, se evidencia que la lopezobradorista, en su corta memoria, ha cometido descuidos muy graves en la integración de su primer equipo, los que más pronto que tarde, se podrían convertir en un auténtico escándalo político.
Claudia Rivera, quien anuncia reiteradamente que promoverá la Cero Tolerancia contra la corrupción en su administración, debiera antes mirar dentro de casa.
La economista por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) –ella sí es licenciada– contrató como coordinador general de campaña a Ollin Rivera Moreno, sin reparar en muchos detalles.
Él tiene antecedentes y acusaciones públicas de haber sido aviador en la Preparatoria Benito Juárez, en los tiempos de Enrique Agüera, y también operador electoral del priísta Javier López Zavala.
Este personaje es muy, pero muy, cercano a Claudia Rivera y en él, ella ha depositado toda su confianza.
Por otro lado, sumó a Javier Palou García, hijo del escritor Pedro Ángel Palou, quien funge como su coordinador ejecutivo.
En estos dos personajes y en el cuñado ingrato, Fernando Manzanilla, quien ahora controla el war room, la agenda, la propuesta y el Plan de Gobierno, es sobre quienes Rivera Vivanco soporta toda la operación de su campaña.
Pero volvamos al coordinador Ollin Rivera Moreno.
En los pasillos de las oficinas de la candidata ronda el fantasma de un personaje muy cercano a Ollin y a quien prefieren mantener en el mayor sigilo.
Así, buscan evitar que se genere un escándalo de proporciones devastadoras para la campaña de la candidata de Juntos Haremos Historia (MORENA-PT-PES) a la alcaldía.
Esa ha sido la instrucción de Claudia Rivera a todos los miembros de esa familia.
El personaje que contamina el cuartel morenista es el hermano de Ollin, Jesús Huemac Rivera Moreno, quien en los últimos 7 años ha pisado la cárcel por estar relacionado con al menos 6 asaltos a bancos.
Fue capturado primera vez a principios de abril de 2011 bajo la Averiguación Previa 377/2011.
En esa ocasión se le relacionó con al menos cinco asaltos, los que cometía con notas intimidatorias y presuntamente armado.
Estas fueron: sucursal Banamex de Huexotitla, el 26 de noviembre de 2010; las sucursales del mismo banco en Xilotzingo el 5 de marzo de 2011 y de El Carmen el 8 de marzo del mismo año; así como las sucursales de Banorte de Zavaleta, el 8 de marzo, y de La Paz el 24 del mismo mes del mismo año.
De acuerdo con fuentes de la Fiscalía General del Estado, para junio de 2015, es decir, tres años antes de que su hermano fuera incluido en el equipo de Rivera Vivanco, Jesús Huemac fue aprehendido y nuevamente puesto a disposición de las autoridades judiciales.
Aunque los medios de comunicación registraron que se trataba de la acción de un ladrón solitario, prevalece la sospecha de que sería un grupo delincuencial completo.
Ollin Rivera tendrá mucho que explicar sobre si conocía o no las actividades criminales de su hermano Jesús y cuál era su participación, si la había.
Tratándose de unos de los personajes más cercanos a Rivera Vivanco, Ollin tendría que valorar si permanece o no como coordinador general de esa campaña, para evitar que esto se convierta en una bola de nieve que sus adversarios no tardarán en hacer crecer.
Las historias de terror que existen alrededor de la hasta hace unos meses desconocida candidata de MORENA, Claudia Rivera, son innumerables.
Corren también ya videos en las redes sociales de su posible vinculación con la familia Tiro Moranchel, a través de Grupo Inmobiliario VERHOME.
Pero esa, esa es otra historia.