DOS PICOTAS TIENE EL PRI ESPERANDO POR LEOBARDO SOTO Y AGUILAR VIVEROS

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Cualquiera que sea el resultado del 1 de julio para el PRI, habrá defenestraciones contra los traidores y simuladores del actual proceso electoral, a quienes se les endilga una operación doble a favor de MORENA o del morenovallismo. La promesa de ahora sí cortar cabezas la hizo el abanderado a la gubernatura, Enrique Doger Guerrero, ante los invitados a la comida privada que se realizó en Tepeaca, el sábado pasado, con el ex titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, como testigo de honor. El ex alcalde capitalino aseguró –dicen los asistentes– que ya hay dos picotas esperando las cabezas de Leobardo Soto Martínez, líder de la CTM, y Humberto Aguilar Viveros, candidato a la diputación por el Distrito 7 Federal.

Ellos dos, más muchos otros, algunos notorios y otros sin relevancia, serán seguramente considerados responsables de los números rojos que se prevén para el tricolor.

La promesa de Doger a los militantes, operadores y candidatos con quienes se reunió en la casa del alcalde con licencia de Tepeaca, David Huerta Ruíz, tras el acto proselitista en el zócalo, tiene el sello de la casa: dureza y toda la posibilidad de ser cumplida.

En el escenario de un PRI derrotado, con muy pocos reductos de poder en posiciones legislativas y algunas alcaldías, no hay que olvidar que lo poco o mucho que quede tendrá como líder moral y real al rector de la Benemèrita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Ese partido y su dirigencia, para resumir, son y seguirán siendo posiciones de Doger en cualquier escenario posterior al 1 de julio.

Ahora mismo no hay que olvidar que el actual presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) es su operador de mayor confianza, Javier Casique Zárate.

De modo que la promesa del candidato a Casa Puebla no es vana ni fatua, sino bastante viable.

Este pasado sábado, Miguel Osorio Chong también escogió de manera especial el lugar y los adjetivos para referirse a su ex empleado, Alejandro Armenta Mier, quien hoy es candidato del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) al Senado.

El poblano, quien antes se desvivía para complacer “al jefe Osorio”, como titular al principio del sexenio del Consejo Nacional de Población (Conapo), fue tildado de traidor por el ex titular de la Secretaría de Gobernación.

“Yo recuerdo bien que estos dos, que en lo particular han traicionado. Los conozco y yo los veía. Uno es Armenta, este traidor, y el otro es un candidato por otro partido a la presidencia municipal (Sergio Salomón Céspedes). Los dos me decían: ‘nunca voy a dejar a mi partido, nunca voy a traicionar a mi partido, el PRI me ha dado todas oportunidades’.

“A la primera que no les dieron lo que ellos querían, sus ambiciones de poder, se fueron y se hincaron ante otro partido político”, dijo el ex gobernador de Hidalgo en Tepeaca, la cabecera por la que precisamente Armenta Mier es diputado federal con licencia.

Pero las cosas no quedaron ahí.

Ya entrados en el tema y en la comida privada, Doger se lanzó contra otros dos traidores y prometió, tarde o temprano, su expulsión.

El primero, Leobardo Soto Martínez, dirigente estatal de la Confederación Nacional de Trabajadores de México (CTM), quien ha consentido y promovido que sus huestes apoyen en público a la candidata de Por Puebla al Frente, Martha Érika Alonso.

Las traiciones y doble juego de Soto no son nuevas, lo nuevo es que ahora, con todo y que quede en ruinas, será un PRI en las manos de Doger.

El segundo judas es Humberto Aguilar Viveros, beneficiado del marinismo, ex alcalde y ex diputado local de Tepeaca, y quien ahora está postulado a la curul federal por esa demarcación.

Sobre él pesan, nos dicen, “pruebas de que opera a favor de Alejandro Armenta y MORENA” en esa región, y a nombre de su verdadero jefe: Mario Marìn.

De qué tamaño será el enojo de Enrique Doger con Aguilar Viveros, que dio la orden de que le impidieran hacer uso de la palabra, a pesar de que por territorialidad le correspondía, en los actos que el doctor encabezó en Acatzingo el pasado 24 de mayo y el mismo de Tepeaca este pasado sábado.

La humillación fue mayúscula para Aguilar Viveros, al ser relegado en tierra propia, por ser un “operador morenista desde el PRI”:

La oferta está lanzada.

Las picotas preparadas.

Los asistentes a la encerrona con Osorio Chong y Doger salieron muy contentos.

Satisfechos y no solamente por las excelentes carnitas de cerdo criollo, acompañadas con arroz y pipián, sino por la conversación.

Hay esperanza de justicia con aroma a venganza en el horizonte.

gar_pro@hotmail.com

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