De manera inédita, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Puebla apapachó generosamente al Movimiento Antorchista (MA) con un paquete de candidaturas legislativas y a alcaldías, como a ninguna otra de sus organizaciones o sectores. Esto, entre otras cosas, delata el miedo del tricolor a quedarse sin el respaldo de los votos antorchistas, que en la entidad rondarían los 300 mil y a nivel nacional 2 millones; la falta de cuadros en otros grupos y que, pese a que el MA ha anunciado que será un partido político independiente y sea acusado de que suele traicionar anteponiendo siempre sus intereses, es indispensable en la ecuación del priísmo.
La suplencia de una senaduría, tres candidaturas a diputaciones federales; cuatro más locales y una decena alcaldías, entre ellas la importante demarcación de Atlixco, conforman la ofrenda del Comité Directivo Estatal (CDE) a Antorcha Campesina, a cambio de su apoyo en toda la entidad. Esas posiciones las ocupan en su mayoría los familiares del dirigente nacional, Aquiles Córdova Morán, quien -ojo- se fortalecerá como nunca.
La enorme deferencia viene respaldada desde la cúpula nacional, pues además de que consiguieron posiciones en otros estados, en la presentación de Enrique Doger como candidato a la gubernatura, el pasado 20 de febrero, el abanderado a la Presidencia, José Antonio Meade, tuvo en dos ocasiones en su discurso halagos para el que en ocasiones ha sido tildado de “brazo armado” del PRI.
La apuesta y sumisión del priísmo estatal, que encabeza Jorge Estefan Chidiac, es de alto riesgo, pues nada garantiza que Antorcha no vuelva a realizar un doble juego y simulación. Como en 2013 y 2016.
Sin embargo, las evidencias apuntan a que al Revolucionario no le quedaba de otra: o cedía a las demandas antorchistas, o arriesgaba más de lo que ya se ve oscuro en su horizonte.
El diputado federal Juan Manuel Celis Aguirre, cuñado del jerarca antorchista y dirigente del movimiento en el estado, es ya el candidato suplente en la primera fórmula a la Cámara Alta, cuyo propietario es Juan Carlos Lastiri.
Su esposa, Soyara Córdova Morán, ex regidora, ex diputada federal plurinominal y la hermana menor de Aquiles, está postulada por el Distrito 6, con cabecera en Puebla capital, la que es considerada la demarcación “más priísta” de la Angelópolis.
Como diputados federales también van Lisandro Campos Córdova, primo del líder antorchista y quien en dos ocasiones ya ocupó curules en San Lázaro y la presidencia Municipal de Tepexi de Rodríguez. Él va por el Distrito 15, con cabecera en Tehuacán, una apuesta muy difícil.
Por la vía plurinominal, el dirigente del MA en Izúcar de Matamoros, Eleusis Córdova Morán, hermano también, va seguro en el lugar número 6 de la Cuarta Circunscripción.
En tanto, cuatro antorchistas son abanderados a diputaciones locales:
Edith Villa Trujillo, por el Distrito 26 de Ajalpan; Rosario Sánchez Hernández, por el Distrito 11 de Puebla capital; Fernando López Palacios, por el 2 de Huauchinango, y Nibardo Hernández Sánchez, por el Distrito 23 con cabecera en Acatlán de Osorio.
Esta además es la primera vez que el MA postula en Puebla diputados locales, pues su interés siempre ha estado en la gestión de obras y recursos, lo que solamente se consigue desde la Cámara de Diputados.
A esas posiciones, menores en comparación con un sitio en San Lázaro, Aquiles Córdova decidió enviar a activistas fieles y probados y reservó los otros para la familia.
¡Faltaba más!
Villa Trujillo es actualmente diputada federal con licencia y fue presidenta municipal de Santa Inés Ahuatempan, en tanto que Sánchez Hernández es regidora capitalina con licencia y líder en colonias antorchistas.
Por su parte, los dos varones son líderes del movimiento en los distritos por los que competirán.
En lo que respecta a las presidencias municipales, además de las de cajón, como Tecomatlán, Tepexi de Rodríguez, Huitzilán de Serdán, Santa Clara Ocoyucan y Tochimilco, destaca la entrega, a pesar de la grave inconformidad de los priístas locales, de Atlixco.
Ahí competirá por la alcaldía otra de las hermanas del clan, Hersilia Córdova Morán, quien es actualmente diputada federal con licencia y cuya posibilidad en un territorio que tiene arraigo panista es una incógnita.
Como nunca, el PRI dio candidaturas a los antorchistas.
Como siempre, se las repartieron entre la cúpula y la familia que controla el movimiento. O lo que es lo mismo: el negocio.
Como clamor, el tricolor ha dejado ver que necesita más del MA, que de sus cuadros de casa.
No parece: es “amor apache”.
Es decir, un muy mexicano “pégame pero no me dejes”.