Mal y de malas anda nuestro querido amigo el regidor del PRI Humberto Vázquez Arroyo.
Y no sólo porque sus borregos mueren por causas desconocidas y de forma fulminante allá en su rancho por los rumbos de Valsequillo, en el lugar donde con el senador Humberto Aguilar Coronado festejó en compañía de la cúpula panista (incluidos sus hermanos regidores del PAN) el día de los “Humbertos”.
Sino también porque para colmo de males, su candidato a secretario de Seguridad Pública y Tránsito, José Héctor Carreón Herrera, ha sido ubicado (¡faltaba más!) como un terrible golpeador de mujeres (cosa que a doña Blanca Alcalá Ruiz seguramente le sorprenderá) desde los ni tan lejanos años ochenta, cuando nuestro personaje era esposo de una médico muy famosa y catedrática de la Escuela de Derecho de la BUAP.
La misma que lo denunció no una, no dos, varias veces por las brutales golpizas que le propinaba y que los periódicos de la época publicaron, especialmente “El Sol de Puebla”, en su muy distinguida -y muy leída- página roja.
Ver para creer.
El ex mesero y ahora funcionario en receso de la procuración de justicia es toda una joyita.
Ya le había contado de sus broncas de alcoholismo y de sus oscuros antecedentes como subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas del D.F.
Ahora esto.
¿Qué otra cosita se hará pública de Carreón Herrera?
¿Qué otros secretos esconde su pasado?
Todavía no llega al cargo (¿llegará?) y ya hasta da miedo.
Es increíble y más que eso: absurdo, que este sujeto sea considerado cuando menos como una opción para encargarse de un área tan delicada como la de seguridad pública en una ciudad tan difícil y tan compleja como Puebla.
E insisto:
¿Pues qué le hicimos, presidenta?
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Las cuitas de la “izquierda poblana”
En este contexto se dará hoy la visita a Puebla de Andrés Manuel López Obrador:
El mitin del “presidente legítimo” se llevará a cabo a un costado del zócalo capitalino.
El regidor del PRD en el Cabildo de Puebla, Jaime Cid Monjarraz, tuvo que echar mano de sus buenas relaciones con Blanca Alcalá para que finalmente autorizaran el evento, no en la plancha del zócalo -donde fluye el Festival Barroquísimo-, pero sí al menos dentro del primer cuadro de la ciudad.
Tanto el PT como Convergencia necesitan urgentemente votos para conservar su registro y como éstos se contarán por separado el 5 de julio, se colgarán de “El Peje”; claro, no estarán en el estrado, sino abajo; ése fue el acuerdo.
Hay entre los obradoristas poblanos mucho odio y rencor hacia el PRD, sin darse cuenta que los verdaderos enemigos son el PRI y el PAN. En una reunión llevada a cabo ayer en el salón de los telefonistas, muchos manifestaron que “hay que acabar de una buena vez” con el sol azteca.
La Dirección Nacional del PT impuso a Mario Vélez Merino en el distrito de Izúcar de Matamoros, y tanto el líder “naranja”, José Juan Espinosa, como Jorge Méndez, el jefe de la tribu de los “bejaranos” en Puebla, estallaron de enojo.
El plazo para registrar candidaturas se vence hasta el último día del mes de abril; en el PT dicen que cambiarán a su candidato en el distrito de Zacapoaxtla.
La versión de que Manuel Bartlett sería candidato plurinominal del PT y Convergencia, dicen, fue una maniobra del CEN del PT, pero el que se tragó entera la finta fue Porfirio Muñoz Ledo, quien encabeza la lista por la cuarta circunscripción y habló con López Obrador para que no le fueran a quitar su lugar. Andaba asustadísimo. (Por cierto, juran que también va como plurinominal la maestra Ifigenia Martínez).
En las bases del PT están molestos porque su partido lo tiene secuestrado López Obrador, quien ha impuesto las candidaturas en los primeros lugares. Tampoco les gusta mucho que hoy esté presente Alejandro Encinas en el mitin de “El Peje”, el mismo que debido a su distanciamiento con el PRD y el grupo dominante de Jesús Ortega, tendrá su propia fracción parlamentaria VIP con PT y Convergencia.
Ningún candidato de la alianza “Salvemos a México” tiene estructura; todos, sin excepción, le rezarán y se encomendarán a San Peje.
El ex diputado local y arquitecto Mariano Hernández prefiere andar gestionando recursos y beneficios sociales con el gobierno de Mario Marín, que hacer campaña y formar estructura electoral para su partido. Él mismo presume que en Casa Aguayo todo le autorizan. ¿A qué se referirá?
José Juan Espinosa quiere poner espectaculares en todos los distritos para promocionarse primero él y luego los candidatos; así les dijo y así lo hará puesto que manejará una buena parte de los recursos destinados para la campaña.
Melitón Lozano anda “muy confundido” y no quiere apoyar la campaña del PRD, el partido que le dio la diputación (de la que hoy vive y en la que hoy vegeta).
Hasta hoy nadie sabe por qué o a cambio de qué el dueño del PT, Alberto Anaya, y el cacique de Convergencia, Dante Delgado, le han entregado sus partidos a López Obrador.
Mientras tanto, todos -perredistas, petistas, “naranjas” y otras especies de la “izquierda poblana”- siguen en lo suyo, lo único que les sale perfecto: pactando y haciendo negocios con el gobierno en turno.
Sea bienvenido, estimado “Peje”.
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La tarde de ayer se enfrentaron la Gran Comisión del Congreso y el grupo de diputados del PAN.
El choque fue cuerpo a cuerpo, cara a cara.
Y ambas escuadras dejaron todo…
Todo en el terreno de juego.
Al final del partido de fútbol, el marcador lo dijo todo: 7 a 1.
A favor de los primeros.
El panista Eduardo Rivera Pérez y sus muchachos fueron literalmente aplastados.
Ni las manitas metieron.
Ni tiempo les dio de anotar las placas del tráiler que los arrolló.
Por parte de la Gran Comisión, el priísta José Othón Bailleres fue el portero.
Sí, es cierto.
Nada más le metieron un gol.
Pero no es que sea un gran guardameta (como tampoco es un gran político).
Ocurre que tiene muy buena defensa.
Tanto en la cancha como en el Palacio Legislativo.