Y cerramos la semana con una abierta guerra de encuestas entre el diputado federal Ignacio Mier y el senador Alejandro Armenta.
Aunque ambos dijeron públicamente, una y mil veces, que no echarían mano de estos instrumentos de medición de tendencias electorales para crear una percepción a su favor, la verdad es que, en los hechos, ambos aspirantes a la candidatura de Morena al gobierno de Puebla ya están enfrascados en un abierto intercambio de sondeos, que de aquí al día de las definiciones seguramente irá en ascenso.
El pasado lunes, en el periódico El Sol de Puebla, se dio a conocer un estudio demoscópico de Mas Data, de José Zenteno, según el cual Ignacio Mier ya rebasó a Alejandro Armenta en el rubro de conocimiento.
De acuerdo con esta empresa, a julio de 2023, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados alcanza 46 por ciento, mientras que el presidente del Senado de la República, 45 por ciento.
Como es lógico, el reporte -que por cierto colocó a la priista Blanca Alcalá como la más conocida, con 49 por ciento, y al ex secretario de Gobernación Julio Huerta con apenas 24 por ciento- desató toda clase de opiniones, análisis y reacciones tanto a favor como en contra.
Obviamente la encuesta de Mas Data buscó sembrar la percepción de que la estrategia y campaña de aire de Ignacio Mier, basada principalmente en la colocación de cientos de anuncios espectaculares en todo el estado, ha funcionado y que, en muy poco tiempo, ya logró ser “más conocido” que Alejandro Armenta, arrebatándole el liderazgo que éste siempre ha presumido.
Cito textualmente a la columna “En Punto”, de El Sol de Puebla, donde se difundió el estudio:
“Si las tendencias de crecimiento se mantienen con las mismas proporciones y los números de la empresa encuestadora son certeros, el coordinador de los diputados federales de Morena tomará la delantera en pocas semanas y se perfilará como el puntero en la competencia por la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla”
La respuesta, obviamente, no tardó en llegar.
A través de Imagen TV, se dio a conocer una encuesta de Indicadores S.C., de Elías Aguilar, fechada el 16 de julio, en la que se ofrecieron datos sobre los políticos mejor posicionados en potencial de voto y preferencia de candidato de Morena.
En el primer rubro, potencial de voto, la empresa demoscópica puso a Alejandro Armenta en primer lugar con 44 por ciento, por encima del alcalde Eduardo Rivera (33 por ciento), Ignacio Mier (21 por ciento), la diputada federal Blanca Alcalá (15 por ciento), la ex presidenta municipal Claudia Rivera (13 por ciento), Julio Huerta (11 por ciento) y la secretaria de Economía, Olivia Salomón (6 por ciento).
En el segundo rubro, preferencia de candidato de Morena, Indicadores S.C. también colocó a Armenta en primer sitio con 35 por ciento, dejando muy atrás a Ignacio Mier (18 por ciento), Claudia Rivera (7 por ciento), Olivia Salomón (6 por ciento) y Julio Huerta (6 por ciento).
Obviamente, esta encuesta fue una respuesta directa a la de Mas Data, publicadas ambas en medios de comunicación de relevancia, en la misma semana, con el fin de sembrar un mensaje igual de notorio: “Armenta sigue siendo el líder, no Mier”.
Más allá de metodologías, fechas de levantamiento, métodos, muestras y márgenes de error, o incluso credibilidad de las empresas -por cierto: ninguna ajena a la vieja pero conocida práctica de acomodar (o cucharear) los datos al gusto del cliente-, lo cierto es que la disputa por la candidatura de Morena al gobierno del estado ha entrado a una fase sin retorno: la guerra de encuestas.
Tal y como ha sucedido en absolutamente todas las sucesiones gubernamentales de la época contemporánea en Puebla, para asombro de una sociedad que cada vez cree menos en este tipo de ejercicios de manipulación, perdón, de medición de preferencias electorales y electoreras.