2021 deberá ser recordado como el año es que comenzamos, dolorosamente, a aprender a vivir con la pandemia; también por la consolidación, a pesar de la estridente, pero ineficaz oposición, del lopezobradorismo en las urnas. El próximo 2022 será un año todavía complicado en materia de salud y economía, mientras en lo político se avizora el afianzamiento, todavía mayor, de Morena y sus aliados con más gobiernos estatales para su causa.
El Hospital de San Alejandro será, ¡por fin!, demolido. Renacerá de sus escombros, en el mismo lugar en donde estuvo en la capital poblana. Se complementará su nueva capacidad de atención con una clínica en el municipio conurbado de Amozoc. Esta obra, que se planteó desde 2019, finalmente ha comenzado, gracias a un cúmulo de esfuerzos y gestiones, de los gobiernos federal y estatal y legislativo. Desde las cenizas, se levantará este nosocomio que ha sido orgullo nacional y testigo silencioso de miles de historias de miles de familias poblanas.
El gobernador Miguel Barbosa Huerta dejó evidencia, en el mensaje de su Tercer Informe de Gobierno, que todas y todos los integrantes de su gabinete están bajo una supervisión permanente y que, a pesar de que algunos han logrado acompañarlo desde el principio y durante estos casi 2 años y medio, nadie tiene nada asegurado. No hay favoritos ni consentidos per se, sino que cada quien se gana su lugar y construye su camino.
Periodista desde 1990, Reportero, Coordinador Editorial, Director y Columnista
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