Como es normal en toda lucha por el poder, poco a poco “se calienta” la sucesión rectoral en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). De cara a septiembre, el mes decisivo, avanza la búsqueda del sustituto de Alfonso Esparza Ortiz, y actores internos y externos, estatales y nacionales, saben que no es poco lo que está en juego: ni más ni menos que el control político y económico de la máxima casa de estudios del estado.