Con pasos sobre la breve línea entre la prudencia y el riesgo, Puebla ha venido saliendo de la que posiblemente fue la primera cresta de la pandemia de COVID-19, con daños y pérdidas humanas irreparables, importante cada una, porque son todas tragedias, pero también con certezas y con una acción compartida entre gobierno estatal y la sociedad, que ha amortizado un escenario que muchos esperaban apocalíptico.
Los detalles del enjuague pintan de cuerpo entero a los personajes y la situación: la senadora poblana Nadia Navarro Acevedo, quien oficialmente pertenece a la bancada panista, tiene como padrino al coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, Miguel Ángel Osorio Chong, quien le ayuda a pactar con el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, la inclusión del partido local poblano Pacto Social de Integración (PSI) -propiedad de la familia de la primera- en una alianza para 2021.
Pocos lo deben recordar, pero en el año 1997, cuando el hoy canciller Marcelo Ebrard Casaubón llegó a la LVII Legislatura (1997-2000) de la Cámara de Diputados, en la única ocasión en que ha sido legislador, lo hizo por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Periodista desde 1990, Reportero, Coordinador Editorial, Director y Columnista
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