Con un país literalmente balcanizado, en donde cada estado tiene sus propias realidades y previsiones sobre la pandemia del Covid-19, y con el semáforo en rojo en casi todo el territorio -sólo Zacatecas está en color naranja-, México entró a la mal llamada “nueva normalidad”, con un rumbo extraviado que no presagia ningún final venturoso en cuando a contagios y muertes, las que siguen en incremento.