El PRD en Puebla se ha convertido en un triste fantasma que sólo deambula por los oscuros pasillos del viejo edificio partidista, ubicado frente a la Arena de Lucha Libre.
En momentos clave de la política nacional y cuando se discuten las reformas energética y hacendaria en el centro del país, la dirigencia local perredista, encabezada por la banda de “Los Chuchos” sigue ausente, no tiene agenda política, no promueve la defensa del petróleo y menos aún ha desplegado alguna campaña informativa entre sus bases y militantes.
Su actual dirigente local y diputado al mismo tiempo, Erik Cotoñeto Carmona, anda más preocupado por su bono legislativo y por “inflar” el padrón amarillo con nuevos afiliados, para seguir controlando la franquicia del sol azteca y tener garantizada una alta votación para Carlos Navarrete Ruiz, el candidato oficial del actual senador y dueño de la corriente Nueva izquierda, el poblano Luis Miguel Barbosa Huerta.
Cotoñeto Carmona, el “brillante” legislador de la izquierda poblana es miembro de la Junta de Coordinación Política del Congreso del estado, preside la Comisión de Presupuesto y Crédito Público, es vocal de cinco comisiones y secretario de una más: Gobernación; Administración de la Justicia; Desarrollo Social; Competitividad; Indígenas; Comunicaciones e Inspectoría y Auditoria.
Recibe 48 mil 700 pesos de apoyo parlamentario; un millón de pesos anuales para gestión social; 4 mil pesos mensuales de apoyo para gasolina; 615 pesos para pago de telefonía personal; cerca de 25 mil pesos para pago de un asesor, y tiene bajo su resguardo un VW Jetta modelo 2009. Su sueño hecho realidad, algo impensable para alguien acostumbrado a servir el café y abrir las puertas, y todo gracias a su “amo y señor”, el jefe Barbosa.
Últimamente Cotoñeto Carmona ha estado tan ocupado en los menesteres legislativos, que le dedica poco tiempo a su partido amarillo, sólo llega en tiempo de elecciones y cuando hay recursos económicos de las prerrogativas del IEE.
Son tantas sus ocupaciones como legislador y “representante del pueblo”, que en casi tres años, sólo le fueron aprobadas a su fracción parlamentaria cuatro iniciativas; han sido tantos días de cansancio legislativo por estar en muchas comisiones, que ni una sola iniciativa elaborada, discutida y presentada por él mismo ha podido ser llevada al pleno del Congreso.
Tal vez por eso mantenga al PRD como está: de sus llamados 120 comités municipales, únicamente funcionan uno que otro, la mayoría no tiene ni oficinas ni apoyo para funcionar.
Su Consejo Estatal no se reúne ni siquiera para conocer las tareas nacionales que tienen. Sólo es citado por órdenes de Barbosa Huerta.
El secretariado estatal (13) ni ata ni desata, dejó de existir desde que sus dietas les fueron suspendidas. El grupo compacto de Nueva Izquierda es quien, en los hechos, controla y decide todo.
Eso sí, esta elite patrimonialista encabezada por Cotoñeto Carmona no pierde el tiempo: en donde huele que hay buenos intereses económicos y políticos, se apersona;, por eso reunió en fechas pasadas a sus 26 presidentes municipales electos en Huauchinango y conformó una asociación de ayuntamientos, poniendo como dirigente al edil panista de Tochtepec.
“Los Chuchos” poblanos no son tontos, la marca del PRD les simboliza dinero y poder, han impuesto a amigos y familiares como regidores y otros en los ayuntamientos encabezados por el PAN.
La línea de acción de la izquierda, las demandas sociales y la lucha por defender a las clases más empobrecidas y marginadas de la sociedad, pueden esperar para otro momento.
Lo fundamental para los seguidores de Barbosa Huerta es presionar con una muy sospechosa agenda legislativa: buscan meter ruido con dos iniciativas de ley: la del aborto y la de las uniones de convivencia, para chantajear y lograr que la señora Socorro Quezada Tiempo, una leal al grupo hegemónico perredista, sea aceptada como coordinadora de los legisladores amarillos.
Aunque en el fondo nunca han defendido los derechos de la mujeres y menos los de las minorías sexuales.
Otra iniciativa que Cotoñeto y su tribu andan promoviendo es la de autonomía y derechos para los indígenas, pero sólo para utilizarlos, porque en la Sierra Norte siguen apoyando a los impulsores de la minas en varios municipios, como Tetela.
Los nuevos “Chuchos” se aprestan a tener bajo su control al PRD, a monopolizar la gestión social, a administrar los recursos oficiales, a controlar la obra pública y el manejo partidario de los ayuntamientos.
Por su parte, el dirigente y legislador perredista sólo tiene un objetivo a corto plazo: seguir siendo parte del poder en el PRD y pavimentarle el camino a Barbosa Huerta en su ambición política y no lejana de ser candidato al gobierno del estado, un objetivo para el que ya trabaja según lo visto este lunes en Tehuacán donde el prohombre de la “izquierda” recibió un homenaje del gobierno municipal… ¡del PAN!
Cotoñeto Carmona quiere ser una copia fiel -y así “lo grita” a los cuatro vientos- del muy hábil senador Luis Miguel Barbosa Huerta, quien tiene un pie con Enrique Peña Nieto y otro en el PRD.
Y sabe qué: va por buen camino, confirmado que es cierto aquello de que el alumno suele superar al maestro.
En Puebla, el PRD como partido e institución democrática ha fallecido. Descanse en paz. Habrá que rezarle y ponerle su altar en la próxima Temporada de Muertos.