Una doble vía tiene la alianza política sellada entre el gobernador Rafael Moreno Valle y el PRD de Nueva Izquierda, ese que dominan “Los Chuchos” poblanos bajo el liderazgo del senador Luis Miguel Barbosa Huerta.
Además del evidente pacto para ir en coalición con el PAN en los comicios locales de 2013, el acuerdo tiene que ver también con una preocupación adicional de ambas partes, más acentuada en Casa Puebla:
Que el partido –en construcción- de Andrés Manuel López Obrador, Morena, crezca en el estado y acabe por influir en el destino de los comicios locales, aunque formalmente el nuevo membrete no presente candidatos a diputados y presidentes municipales.
La fuerza de AMLO en la entidad quedó plenamente demostrada en el pasado proceso electoral federal; con todo en contra, incluso en contra de los propios perredistas, el candidato de las izquierdas logró imponerse en Puebla.
Por lo tanto, representa una amenaza para la megacoalición (PAN-PRD-Nueva Alianza-Compromiso por Puebla y tal vez PT) que Moreno Valle prepara a fuego lento.
Uno de los acuerdos más claros entre el mandatario poblano y Barbosa Huerta, es hacer que crezca la imagen y la presencia del PRD en la capital y el interior del estado, para contrarrestar el nacimiento de Morena como partido político.
Para ello, se invertirán suficientes recursos públicos y el gobierno en pleno se abrirá a la dirigencia encabezada por Erik Cotoñeto y Julián Rendón para apoyarla con proyectos productivos, subsidios y programas de impacto social.
Los nuevos líderes del sol azteca tienen la encomienda prioritaria de evitar que la de por sí escasa militancia abandone el partido para sumarse a las filas de López Obrador. Así que correrán los ríos de dinero con tal de que cumplan con su objetivo.
AMLO es la única fuerza que sale del control de Casa Puebla. Todos los demás, incluido el PRI –que por el momento sigue en busca de un dirigente que le regrese la dignidad perdida-, ya están en la bolsa de Moreno Valle.
Por eso, uno de los retos más importantes de cara al 2013 del gobernador es parar a Morena boicoteando su crecimiento en el estado. Para ello contará con la ayuda de sus nuevos amigos de la “izquierda” poblana.
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Y tal como estaba previsto, aunque en medio de manotazos y golpes entre los seguidores de Nueva Izquierda y los de la diputada federal Roxana Luna Porquillo, de Alianza Democrática Nacional, los consejeros afines a Luis Miguel Barbosa impusieron a una nueva dirigencia del PRD a modo de los intereses de Casa Puebla.
El liderazgo del partido permanecía acéfalo desde hace más de un año, tras la abrupta salida de Miguel Ángel de la Rosa para incorporarse como subsecretario dentro de la administración morenovallista.
Hasta hace un mes aproximadamente se había conformado un bloque entre Nueva Alianza, Izquierda Democrática Nacional, Alianza Democrática Nacional y Udena para enfrentar al grupo del citado De la Rosa y Julián Rendón, a quienes acusaban de ser soldados del gobernador de Puebla y de repartir recursos públicos y apoyos oficiales para atraer a consejeros estatales y presidentes municipales para apoderarse de la dirigencia del PRD.
Esa resistencia terminó durante la primera quincena de septiembre, cuando se dio el pacto de pactos entre Moreno Valle y Luis Miguel Barbosa.
Fue entonces que Erik Cotoñeto, De la Rosa y Julián Rendón se reunieron con el secretario General de Gobierno, Fernando Manzanilla, en sus oficinas de Casa Aguayo; ahí, de un día para el otro, Cotoñeto salió convencido de las bondades y grandes talentos de Rendón, con quien la víspera del Consejo Estatal del pasado sábado se registró en una sola fórmula: Cotoñeto como presidente estatal y Rendón como secretario general.
Nueva Izquierda dejó de lado sus compromisos con IDN y ADN, y los reacomodos internos sufrieron un cambio radical. Tal y como habían establecido Moreno Valle y Barbosa Huerta.
Este fin de semana, 111 consejeros estatales del sol azteca, todos del grupo de Barbosa, sólo confirmaron lo que ya se sabía y ungieron a la dupla Cotoñeto-Rendón como la nueva dirigencia formal y legal.
Los seguidores de Roxana Luna y Jorge Méndez Spínola abandonaron la sesión del Consejo Estatal y denunciaron la intromisión del gobierno morenovallista en los asuntos internos del partido, algo tan obvio como que llueve de arriba para abajo.
La legisladora federal señaló que abandonó la sesión para no legitimar un proceso plagado de irregularidades y que nunca se plegará a los designios del eternizado cacique del PRD poblano, Luis Miguel Barbosa.
Por su parte, Jorge Méndez dijo que impugnará dicho proceso de elección y consideró como lamentable la presencia de la Policía Estatal en un evento partidario; además, indicó que Moreno Valle, al imponer a los nuevos dirigentes, garantiza la alianza del PRD con la derecha para los comicios locales de 2013 –una obviedad más a la cuenta de estos que navegan con bandera de ingenuos-.
Sólo patadas de ahogado de quienes lo vieron venir pero no hicieron nada para evitarlo y ahora andan llorando por los rincones.
Lo más probable es que, con el tiempo, terminen negociando y aceptando el plato de lentejas que Barbosa Huerta y Moreno Valle les avienten a cambio de convalidar la coalición entre perredistas y panistas.