Si no fuera porque se trató de un evento educativo –la colocación de la primera piedra de la Preparatoria “2 de Octubre de 1968” Regional-, la visita este lunes del rector de la BUAP, Enrique Agüera Ibáñez, al municipio de Tepeaca bien pudo interpretarse sin ningún problema como un claro acto de campaña de un ¿candidato?
Y es que fue recibido con tal entusiasmo por los alcaldes, estudiantes y habitantes de los ocho diferentes municipios que serán beneficiados con el nuevo plantel educativo, que cualquier mal pensado podría decir que lo ocurrido en Tepeaca marcó un antes y un después en la carrera política de Agüera Ibáñez, tal vez el momento fundacional en el que empieza a transformarse.
Es decir, a despojarse del traje de jefe de la máxima casa de estudios de Puebla para asumir un nuevo e importante rol: el de serio aspirante al Senado.
¿Será?
Quién sabe, y tal vez hay quien esté viendo de más.
Lo único cierto es que la hiperactividad del rector –que ya se venía dando desde la presentación de su más reciente informe de labores, para el cual se realizó un gran despliegue propagandístico con su imagen como cabeza de playa en prácticamente todo el estado-, coincide con las versiones que circulan en los pasillos del poder.
Versiones que señalan que Agüera ya tendría “luz verde” para moverse con todo en busca de la Cámara Alta (faltaría saber por cuál partido o coalición de partidos), gracias al estupendo posicionamiento (conocimiento y potencial de voto) registrado en la última encuesta conocida en el primer círculo.
Desde hace unos días intensificó sus contactos con altos jerarcas del PRI (ayer mismo se codeó con la crema y nata –más nata que crema- de la clase obrera priísta durante la reunión del Consejo General Ordinario de la FTP-CTM) y Nueva Alianza (Mónica Arriola dixit), y reconfirmó que sus nexos con el poder local gozan de cabal salud.
Por si fuera poco, tiene a la BUAP bajo control, la casa en orden; ha comprobado que sus aliados políticos y mediáticos lo son y seguirán siendo esté o no en la universidad, y tiene fortalezas que siguen sin encontrarse en otros de los suspirantes al Senado.
“La educación es un factor fundamental para el desarrollo del país, quien no lo entiende así, se equivoca, apostar por la educación es hacerlo al mismo tiempo por los jóvenes, por las familias, por la ciencia, por la competitividad, por el desarrollo y bienestar y sobre todo por la equidad”, dijo ayer un desinhibido y resuelto Agüera en Tepeaca, ante cientos, tal vez miles de personas de este y los municipios de Acajete, Amozoc, Hueyotlipan, San Francisco Mixtla, Tecali de Herrera, San Salvador Huixcolotla y Cuapiaxta, que lo arroparon y celebraron.
Acompañado por algunos de sus principales colaboradores (el tesorero general, Alfonso Esparza Ortiz, siempre a su lado en los grandes eventos; el vicerrector de Docencia, Jaime Vázquez López; el director de Atención y Gestión Universitaria, Damián Hernández Méndez; el director de Desarrollo e Integración Estudiantil, Manuel Alonso Orozco, y el director General de Obras, Manuel Sandoval Delgado, entre otros), Agüera Ibáñez recibió copia de la Cédula Real de Tepeaca e innumerables palabras de elogio por los logros y avances alcanzados por la BUAP durante su larga y fructífera gestión como rector.
Le digo que dejando de lado el noble fin por el cual fueron convocados tooodos los presentes, el acto en el que el rector fue el único y más importante protagonista no le pediría nada, en términos generales, a un mitin de campaña. Ahora sí que en este caso, y en este contexto, las imágenes hablan más que las palabras:
¿Agüera en campaña?
Y más: ¿candidato?
En realidad nadie lo sabe a ciencia cierta, pero bien dicen que si parece pato, se mueve como pato y habla como pato…