Adicional a la amenaza de acudir al TEPJF para impugnar por la vía legal la alianza con el PVEM y el PANAL, los priístas de Puebla efectivamente enviaron una carta a su dirigente nacional, Humberto Moreira Valdés, para que sea modificado el convenio de coalición, de forma tal que sea el tricolor “quien postule la fórmula en su totalidad de los candidatos al Senado de la República y no sean los distritos 4 y 16, históricamente priístas, donde postule candidatos el Partido Nueva Alianza” (sic).
Fechada el pasado 18 de noviembre y signada por varios de quienes se han manifestado totalmente inconformes con el arreglo electoral con los verdeecologistas y con el partido de la maestra Elba Esther Gordillo, en la carta –copia de la cual obtuvo este reportero- los rebeldes denuncian el atropello de sus derechos partidarios y exponen sus argumentos contra una alianza que, dicen, tal vez se apega a los estatutos del PRI, “pero es carente de legitimación, al dejar de lado las afectaciones de quienes aspiran legítimamente a ser postulados por nuestro partido al Senado de la República”.
La alianza que repudian otorga una de las dos candidaturas al Senado para un soldado de la profesora y la otra para un priísta, pero los quejosos apuntan que “no se tomó en cuenta la posición antagónica y (el) conflicto de intereses políticos, electorales y doctrinales, que confrontan ambas posiciones en el estado, ya que como consecuencia del proceso local del año 2010, el Partido Nueva Alianza fue adversario del PRI en dicho proceso”.
Otro de los argumentos de los insurrectos (entre quienes están: Enrique Doger, Javier López Zavala, Ignacio Mier, Alejandro Armenta y una eternamente titubeante e indecisa Blanca Alcalá a través de Víctor Giorgana) descalifica el peso electoral real del PANAL en Puebla, ya que al pasar de 58,212 votos en el caso de la elección de senadores a 66,973 en la elección de 2009, “exhibe números que no permiten entender el por qué se cedió un espacio tan importante a un partido que no cuenta con los números que respalden esta candidatura y que contrastan con los resultados obtenidos por nuestro partido en la misma elección de 2009”.
Sobre el hecho de que el acuerdo otorga los distritos 4 de Zacapoaxtla y 16 de Ajalpan al PANAL para que designe a sus propios candidatos, los priístas dicen a Moreira que la presencia electoral de Nueva Alianza es esos lugares no puede compararse con la del PRI y que incluso la unión de fuerzas puede prestarse “a confusión” el día de los comicios entre electores, funcionarios de casilla y representantes de partido, pues la nueva legislación electoral establece que deben permanecer las representaciones individuales de los partidos incluso en el caso de una coalición.
Y tras exigir que por estas y otras razones se modifique el convenio con el PVEM y PANAL y se devuelva lo que el CEN le quitó a los priístas poblanos, concluyen: “Se manifiesta a nuestra dirigencia la necesidad de que antes de promover una alianza con otras fuerzas políticas, se deberá apoyar una cohesión verdadera con el priísmo de todo el país. Con la particularidad de que Puebla se tiene como uno de los estados más importantes desde el punto de vista en peso electoral”.
Es, sí, la rebelión en la granja, ¿o más bien la visión de los vencidos?
Hete aquí la carta completa: