La designación de amigos y familiares de funcionarios en activo en cargos públicos es práctica común en la política mexicana, pero resulta toda una sorpresa –desagradable sorpresa- en un gobierno que abandera la promesa del cambio y que se precia de ser transparente hasta en los pequeños detalles.
Tal es el caso del ayuntamiento de Puebla, que encabeza el panista Eduardo Rivera Pérez, quien estaría incurriendo en -o tolerando- dicha práctica, que legal y popularmente se conoce como nepotismo, con el nombramiento de algún integrante de su equipo de trabajo cercano.
Veamos:
El pasado fin de semana, la comuna capitalina informó a través de un comunicado de prensa que Ignacio Acevedo Ponce de León dejaba la titularidad de la Secretaría de Gestión Urbana y Obra Pública (SGUOP).
Razones que no se han aclarado del todo llevaron al alcalde de Puebla a realizar este movimiento en el primer nivel de su administración a escaso mes y medio del arranque del trienio.
En los hechos, ya sea por traición, por ineficiencia o por ambas causas, Ponce de León fue degradado, pues se le envió a una fantasmal coordinación “para la actualización del programa de desarrollo urbano de la ciudad y del programa del Centro Histórico”, mero atajo para matizar un próximo y discreto cese en toda regla.
Pero resulta que –y hete aquí el detalle- como relevo del funcionario caído en desgracia fue nombrado, obviamente, otro servidor público.
¿Su nombre?
Felipe Velázquez Gutiérrez.
El mismo Felipe Velázquez Gutiérrez que es cuñado de José Manuel Janeiro Fernández, el secretario general del ayuntamiento capitalino, es decir, en el papel el hombre fuerte del gobierno después del presidente municipal.
Y es que el nuevo secretario de Gestión Urbana y Obra Pública es hermano de la señora esposa de Janeiro Fernández.
Hay que decir que el parentesco entre Felipe y José Manuel es lugar común entre nuevos y viejos panistas de Puebla.
Y tan obvio que extrañó que no se diera cuenta de tal en el comunicado oficial en el que se anunció el nombramiento de Felipe Velázquez Gutiérrez el pasado sábado.
“Velázquez Gutiérrez se desempeñaba hasta el día de hoy como director de Desarrollo Urbano de la misma dependencia, ha sido diputado local, presidente municipal de Atlixco y secretario de Desarrollo Urbano del ayuntamiento de San Andrés Cholula, (y) por sus conocimientos y habilidades en la materia, el munícipe capitalino ha confiado en él la labor de encabezar y coordinar los esfuerzos en materia de obra pública y desarrollo urbano”, estableció el boletín 118/2011.
Pero nada, ninguna palabra dejó asentada acerca del claro conflicto de intereses existente con –y hacia- el secretario general del gobierno.
¿Por qué?
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Saber si se viola o no la ley es tarea de abogados e iniciados en materia jurídica, pero el concepto de gobierno familiar aparentemente puesto en marcha en Puebla capital no será un punto que abone a la imagen del gobierno del alcalde Eduardo Rivera Pérez.
El mismo Eduardo Rivera Pérez que, desde su campaña, prometió hacer las cosas mejor que sus antecesores.
Mucho mejor.