Arturo Luna Silva
Si en el PRI las divisiones se están multiplicando como hongos, en el Frente Amplio Antimarinista tampoco cantan mal las rancheras.
Las negociaciones de la coalición “Compromiso Por Puebla” viven momentos complicados y los jaloneos por las designaciones en los 217 municipios han confrontado a los partidos aliancistas.
Es el propio Rafael Moreno Valle y su equipo quien busca a toda costa imponer candidatos en los ayuntamientos, en donde la última palabra siempre la tiene el ex senador y candidato al gobierno del estado de Puebla.
La propia dirigencia local del PAN en varias ocasiones ha protestado por tales designaciones o imposiciones, porque sus militantes no están siendo tomados en cuenta y esto ya les empezó a traer consecuencias internas.
Ya comienzan a entender que si Moreno Valle se hace del poder, no sólo no les va a cumplir: les va a dar una patada en el trasero.
Los del PRD que hasta hace unos días se frotaban las manos por los supuestos triunfos que van a obtener, no midieron el tamaño de los problemas que ahora enfrentan y de las decisiones que ejerce Moreno Valle, su nuevo patrón.
Y ahora enfrentan las consecuencias, tienen problemas en más de 30 de sus municipios asignados en el convenio.
Convergencia lo mismo, su dirigente local, José Juan Espinosa, lo mismo pacta con Javier López Zavala que con Rafael Moreno Valle, y ahora corren el peligro de que el municipio de Huachinango no sea para uno de sus militantes.
En las mesas de diálogo hacen pareja el PAN y PANAL; el PRD no sabe cómo destrabar sus conflictos y Convergencia suda la gota gorda.
Moreno Valle cuida con lupa cualquier detalle en las designaciones y no quiere que ningún priista se les cuele. Sus operadores buscan las mejores escisiones del PRI en las principales cabeceras para atraerlos hacia la coalición. Como un buitre sobrevuela los cadáveres que van dejando las fracturas en el tricolor.
Mientras tanto, aunque es evidente que Enrique Doger ya pactó con el PRI, en el PRD hay quien todavía no se da por vencido. El ex alcalde les ha pedido que aguanten hasta el 20 de marzo. Lo cierto es que les viendo la cara y más de un ingenuo sigue creyéndole.
Miguel Ángel de la Rosa y Jorge Méndez Espínola andan presumiendo por los oscuros rincones del PRD, que serán los próximos diputados locales, puesto que se “agandallaron” los mejores lugares de la lista de representación proporcional.
Lo mismo que “El Sapo” Arturo Loyola, ya que se apropió de la candidatura en el distrito local III con cabecera en esta capital.
Los perredistas del Frente Amplio Antimarinista andan más ocupados en la rebatinga de las posiciones que en lo verdaderamente importante.
Y es que tampoco se dieron cuenta y se quedaron sin representación ante el Instituto Electoral del Estado: el propietario es del PAN y el suplente de Convergencia.
No les importa el significado de la coalición, las dos corrientes “Nueva Izquierda” e “Izquierda Democrática Nacional” se reúnen en lo oscurito o en la cantina del portalito de Santiago para repartirse los puestos y brindar hasta embrutecerse por las secretarías de gobierno que –juran- lograrán con Moreno Valle; así lo andan comentando. Obvio: los suyos son sueños de borrachitos.
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En el PT, por su parte, tanto Zeferino Martínez como el ex diputado local Mariano Hernández, esperan en paquete las planillas de inconformes del PRI, claro con la recomendación de López Zavala.
Pero enfrentan un problemita: el otro grupo zavalista que encabeza el ex líder de ambulantes Rafael Ramírez, María Eugenia Ochoa y Samuel Malpica, también quieren parte del pastel.
En el PT no quieren a Rodolfo Huerta, tampoco las planillas de la diputada local del PRD Irma Ramos y buscan presionar para negociar puestos y recursos económicos.
Las designaciones de sus ayuntamientos se han convertido en un tráfico de candidaturas que no saben qué hacer: petistas inconformes, priístas resentidos y perredistas expulsados.
El PT se ha convertido sencillamente en el esquirol de la coalición o del Frente Amplio Antimarinista y al mismo tiempo en aliado del PRI.
Es su paradoja pero también su verdad.