Arturo Luna Silva
El panorama es desalentador.
Y más que eso: mísero.
En Puebla, el PRD definitivamente ha dejado de ser una opción real de izquierda.
La corriente “Nueva Izquierda” (en adelante: NI) ha mantenido el control de dicho partido en el estado, donde todas las decisiones las toma Luis Miguel Barbosa Huerta desde la ciudad de México.
Desde hace mucho, dejó de jugar su papel como partido de oposición, no es contrapeso político, no está en la agenda local, no aporta, ni siquiera ejerce el sano ejercicio de la crítica y está cerca, muy cerca del actual gobierno.
Miguel Ángel de la Rosa Esparza es un dirigente gris, sin visión política, sin militancia y por si faltara algo, miedoso. No es empresario como pregona, lo único que le interesa son sus intereses y ser protagonista político.
La corriente NI tiene hoy tres grupos y todos quieren quedar bien con el PRI (Erick Cotoñete, lugarteniente de Barbosa Huerta; la diputada local Irma Ramos Galindo, y el ex diputado federal Jesús Morales Manzo).
Todos ellos se dedican a un solo negocio: gestionar favores gubernamentales.
Ahora que ya funcionan sus órganos de dirección, todos sus grupúsculos se repartieron lo que queda del sol azteca.
Pero algo extraño le sucedió a NI: sus acérrimos enemigos, Jorge Méndez y Arturo Loyola, ahora son sus aliados internos y comparten espacios en el PRD.
¿Para qué?
Para cobijar desde el PRD a Enrique Doger Guerrero.
Por eso la corriente Izquierda Democrática Nacional de René Bejarano en Puebla, que encabezan Méndez y Loyola –compadres, por cierto-, ahora a nombre del PRD lanza una campaña de denuncias legales en contra del “delfín” marinista, Javier López Zavala.
Toda la información sale de la oficina dogerista en La Paz y se le entrega al ex regidor Loyola para simular que el Partido de la Revolución Democrática está en contra de las campañas anticipadas.
Estas dos corrientes, la de Méndez y la de Miguel Ángel de la Rosa, están haciendo cuentas alegres.
Piensan que Doger dejará el PRI y se convertirá en el candidato del PRD al gobierno del estado.
Con mucha inteligencia, Doger tiene ahora la mitad del control en el PRD y desde ahí abre fuego en contra de su principal adversario, López Zavala.
Tonto como es, a Miguel Ángel de la Rosa se lo han llevado al baile, pero además, en lo oscurito, ha pactado con “Los Bejaranos” que las dos diputaciones plurinominales serán para ellos.
Jorge Méndez la quiere para su hijo, David Méndez, y NI se debate entre Erick Cotoñete y el propio Miguel Ángel de la Rosa.
Arturo Loyola, ambicioso para los negocios y el dinero, quiera para su esposa la regiduría en el municipio de Puebla.
En sus elecciones internas de los últimos días de noviembre, se repartieron el control de los comités municipales, especialmente el de la capital poblana, que ahora controla Loyola.
Ambas corrientes quieren quedarse con las principales candidaturas en los municipios en donde llevan mano y en los distritos electorales donde tienen presencia.
NI también le ha prometido a la hija de Verónica Masttreta la regiduría de Puebla capital, además de candidaturas al grupo de ciudadanos que, ilusa, organiza desde la llamada sociedad civil.
Jesús Ortega Martínez, dirigente nacional del PRD, y Barbosa Huerta en corto le han dicho a su corriente que existe la posibilidad de una alianza electoral con el PAN; por eso de la noche a la mañana ahora todos son antimarinistas.
Sus candidatos al gobierno del estado y a la presidencia municipal de Puebla serán “combativos” en contra del PRI-gobierno para hacerle el trabajo gratis al PAN; ayer lo hicieron para el PRI, hoy lo harán para la derecha.
De hecho, en corto, Miguel Ángel de la Rosa dice que su candidato será Rafael Moreno Valle Rosas.
Ahora en el PRD existen dos bloques de priístas, quienes se disputan a quién apoyar.
La supuesta alianza “de izquierda” es una simulación, no le interesa al PRD porque están esperando lo que decida su Congreso Nacional en la primera quincena de diciembre. Por tal razón no han tenido ningún avance importante.
Tan hábil ha sido Izquierda Democrática Nacional de Jorge Méndez, que controla a la tribu Foro Nuevo Sol, a “Los Tachos” y para terminar, también manipula al convergente “Niño Naranja”, José Juan Espinoza, que no rebuzna nada más porque no se sabe la tonada.
En las filas del partidito de José Juan, ya nombró a su ayudante José María Pérez como “secretario de Organización”, y todo para generar un frente en apoyo de Enrique Doger para luchar en contra del marinismo; ésa es la “revolución de izquierda” que quieren dar.
Lo único cierto es que la izquierda ya no existe en Puebla, todos simulan y quieren vender bien al menos postor.
El rostro miserable y mercenario de sus integrantes volverá a surgir en 2010.