Todo cambia para que todo siga igual
Lesly Mellado May
Desde que Guillermo Pacheco Pulido fue nombrado gobernador interino no cesan las bromas sobre las décadas que retrocedió el reloj político de Puebla.
Ahora que iniciaron las campañas el reloj permaneció inamovible.
Volvió Mario Marín, priístas y panistas se sumaron al ahora morenista Luis Miguel Barbosa (quien en su época de líder perredista mantuvo a ese partido como satélite del tricolor), se retiró parte de la clase política que nació en el morenovallismo… volvieron los ambulantes al primer cuadro de la ciudad… y me pregunto por qué yo no he vuelto a los 20.
En el arranque de campaña de 2018, Morena medio llenó el patio del Museo San Pedro (¿ahora debo llamarle las canchas de San Pedro?), ahí estaba Barbosa con un discurso desde la oposición y Claudia Rivera, temblorosa pero con tono didáctico, exponiendo cómo serían los gobiernos municipales…
El presupuesto cambió de dueño y en menos de un año Barbosa ha conseguido despertar el fervor electoral poblano, que ya no se restringe al apoyo en la urna ahora se manifiesta públicamente con matraca en mano y se registra en foto con el candidato.
Junto con ese bonito folclor electoral se mantienen la práctica mexicanísima del YO quiero tocar las campañas y andar en la procesión; que no sé tocar las campañas, no importa porque la gente no tiene afinado el oído; que no puedo procesionar porque el lazo de los badajos no está tan largo, no importa le amarro otro mecatito.
Y así vemos como morenistas puros como Gabriel Biestro tendrá dos trabajos: presidente del Congreso del estado y Coordinador Político de la campaña a la gubernatura (bueno uno de los tres que tiene el cargo, porque ahora hasta le sobran colaboradores a Barbosa). Será que Biestro es tan tan tan joven que nunca vio cómo los priístas y luego los panistas hacían lo mismo: operar las elecciones desde el gobierno; será que no había nacido cuando su líder Andrés Manuel López Obrador se quejaba de esta práctica que lo mantuvo como candidato 18 años.
Aunque debo matizar que el peligro real no es su práctica priísta sino que Biestro como muchos otros que no han logrado cumplir con el cargo que actualmente tienen, migren a la administración estatal y nos toque soportar el mismo desgobierno que en Puebla Capital.