Mexicanos estudian para el mercado laboral del siglo XX
Lesly Mellado May
En 1990, los profesores universitarios recibían a los estudiantes con la novedad de que eran parte de un grupo privilegiado.
Uno de ellos, en la BUAP nos contó: “Recuerden a sus compañeros de primero de primaria, seguro fueron a una escuela pública y había como 100 niños en ese grupo. Bueno, pues de esos 100, sólo uno llegó a la universidad. Y ya mejor no les cuento cuántos de los que están aquí nunca colgarán un título profesional en la casa de sus papás”.
Hoy las condiciones del país han cambiado: aumentó la cobertura en educación superior, pero la falta de planeación tanto gubernamental como familiar ha hecho que los estudios universitarios no sean garantía de ingresos mayores.
El detalle de esta situación está plasmado en el último reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Según un nuevo informe de la OCDE, la matrícula en educación terciaria aumenta con rapidez, lo que rinde grandes beneficios para las personas y los contribuyentes; sin embargo, nueva evidencia demuestra que es posible que las universidades no ofrezcan, y las personas no elijan, las áreas de estudio que prometen las mayores oportunidades en el mercado laboral.
En el Panorama de la Educación 2017 (Education at a Glance 2017) se incluye por primera vez un análisis detallado de las materias que los estudiantes toman en los niveles vocacional y terciario. Se plantea que las carreras de negocios, administración y derecho son las más populares en los países estudiados, al ser elegidas por cerca de uno de cada cuatro estudiantes. Esto en comparación con 16% que optan por carreras en las áreas de ingeniería, construcción y producción, y menos de 5% en tecnologías de la información y la comunicación, pese a que los graduados de estas últimas carreras tienen la tasa de empleo más alta en promedio en todos los países de la OCDE (más de 90% en cerca de un tercio de ellos).
Los adultos con título de educación terciaria son acreedores a una sustancial rentabilidad de su inversión: tienen 10 puntos porcentuales más probabilidades de ser empleados y ganan 56% más en promedio que los adultos que sólo concluyeron la educación media superior. Asimismo, es menos probable que sufran de depresión que sus colegas con menor nivel educativo. Aquellos con un nivel menor a la educación media superior ganan en promedio 22% menos que los que la concluyeron.
Si bien las oportunidades de vida de las personas con mejor educación van en aumento, quienes quedan rezagados pagan un precio cada vez mayor, en términos de peores empleos y bajos salarios. El 43% de las personas de 25-34 años de edad en países de la OCDE tenían un título de educación terciaria en 2016, arriba del 26% de 2000. El porcentaje de las personas de 25-34 años de edad sin educación media superior también ha bajado, de 25% en 2000 a 16% en 2016.