Papa Francisco, perdón para el aborto
Siempre creí que la maternidad tiene que ser, estrictamente, una elección; hoy que tengo un hijo, estoy segura.
La maternidad implica el mayor compromiso de la vida: tener en custodia una vida que no es tuya.
Más allá de la visión romántica de ser madre, hay que tener en cuenta que un hijo expropia tu vida, tu tiempo y tu dinero, así de crudo, así de real.
Si así se planteara a las jóvenes la maternidad, pocas se animarían a traer hijos al mundo; pero como es más “bonito” hablar de la plenitud de la mujer, de lo lindos que son los bebés, de cómo te hacen feliz, todas se anotan y al final los niños van creciendo “a la buena de Dios”.
He conocido a mujeres que abortaron, después tuvieron hijos y se convirtieron en maravillosas madres; y a otras que jamás abortaron y que no son, ni serán buenas madres.
Sigo creyendo que no todas las mujeres tienen condiciones para ser madres, y que en todo México el aborto debería ser legal, no sólo en el Distrito Federal.
La iglesia católica siempre opuesta a esta medida, ahora quita algo de maldad a las mujeres que han interrumpido sus embarazos: el Papa Francisco ha determinado otorgar el perdón a las mujeres han abortado y a quienes les ayudaron, durante el Jubileo de la Misericordia, que se extenderá del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.
La organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) consideró que esta acción es relevante porque quita legitimidad a la prohibición absoluta del aborto; aunque lo ideal sería que la interrupción del embarazo no fuera considerado por la Iglesia católica como una falta grave que amerita la excomunión.
De acuerdo con la encuesta Opinión Católica 2014, realizada por dicha agrupación, sólo 40 por ciento de las católicas consideraron el deber de confesarse con un sacerdote luego de haber interrumpido un embarazo, es decir, creen que cometieron un pecado. Para ese porcentaje la medida del pontífice es significativa.
A esta medida, deberían sumarse otras que tengan que ver con la prevención, que desde la iglesia católica se promueva una sexualidad responsable y no la simple abstención.
Procuremos que la maternidad sea una decisión, para que la entrega de tu vida, tu tiempo y tu dinero, sea un acto de amor y no una mera obligación.
Calificó como positivo que a las épocas de Adviento (previo a la Navidad) y de Cuaresma (anterior a la Pascua), en las cuales se otorgan esas gracias, se sume este jubileo que dura casi un año.
Aunque indicó que lo ideal sería que la interrupción del embarazo no fuera considerado por la Iglesia católica como una falta grave que amerita la excomunión, consideró que es un buen signo que ahora la Iglesia determine otra fecha, la celebración del jubileo, que además es de los periodos más largos.
Apuntó que nos parece muy importante que se abra esta fecha, porque el año del jubileo es de gracia, pues se define que pueden perdonarse todos los que se consideran pecados. Indicó que es relevante para quienes consideren que han cometido un pecado al practicarse una interrupción del embarazo, pues así tendrán esta posibilidad de sentirse tranquilas.
Expresó que CDD apoya que el papa Francisco considere esta fecha excepcionalmente a quienes hayan abortado y a quienes les hayan ayudado, sobre todo para quienes lo consideren, porque aquí no entran todas las mujeres católicas. En la encuesta de opinión católica de 2014 se reveló que 60 por ciento de quienes se practican un aborto dicen no necesitar confesarse con un sacerdote.