Puntada de abanico
Martes, 26 de Mayo de 2009Lesly Mellado May
“Aquí los niños de por sí se mueren de eso”, respondió una mujer de ¿África?, no, de Chiconcuautla, Puebla, cuando vía telefónica la entrevistaron unos reporteros.
El tono no llevaba ni siquiera resignación. En ese lugar de la sierra poblana es cotidiano que los niños se mueran por desnutrición, término elegantísimo para maquillar la crudeza de la palabra hambre.
Sí, un niño de cuatro años se murió de hambre, su hermano de dos, logró sobrevivir. Sus padres que apenas podían hablar español llegaron a un hospital privado de Huauchinango, luego los trasladaron al público y ahí permanecieron varias semanas junto al niño guerrero que ganó su primera batalla contra la pobreza.
La semana pasada se presentó en Puebla el informe La Infancia Cuenta 2008 elaborado por la Red de los Derechos de la Infancia en México (RDIM). Las palabras de su director, Gerardo Suri, como las de la mujer de Chiconcuautla, generan rabia: “De Puebla no podemos ni siquiera decir lo que decimos de otros estado, avanzan, es decir, mejoran algunos de sus indicadores pero no repuntan por la mejora general del país, pero aquí ni siquiera se mejora la posición en los últimos años. Sí hay algunos movimientos en indicadores específicos pero no son suficientes para sacarlos de la situación global de grave atraso que tienen respecto de lo nacional”.
Puebla no sólo está en la lona en cuanto a la atención a la población infantil, ni siquiera reporta mejoría. La causa: pésima distribución de los recursos públicos para los pobres; excelente, para la alta burocracia.
Y si en Chiconcuautla los niños se mueren de hambre, hay otros catorce municipios donde las tasas de mortalidad son mayores que ahí, según lo reporta el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD): Eloxochitlán, Hueytlalpan, Huehuetla, Ixtepec, Camocuautla, Tlapacoya, San Felipe Tepatlán, Zoquitlán, Olintla, San Sebastián Tlacotepec, Hermenegildo Galeana, Ahuacatlán, Vicente Guerrero y Coyomeapan.
La reportera Judith Murillo, en la página web de Antorcha Campesina, documentó el año pasado 800 niños con desnutrición severa en Chiconcuautla. Escribió: Aarón Chávez, médico de la Clínica Rural del Seguro Social de Chiconcuautla, hizo los siguientes comentarios: “Aquí atendemos alrededor de mil 200 pacientes al mes, es una unidad de alta productividad. El nivel de desnutridos es alto, existen 800 casos en el municipio y 200 de éstos corresponden a Tlahuapan, lo que el IMSS tiene a su cargo es la cabecera municipal, Tlahuapan y Cuetzalingo; las demás comunidades están a cargo de SSA“.
De hecho, los niños de municipios como Vicente Guerrero, Huitzilan de Serdán, Coyomeapan, Camocuautla, San Felipe Tepatlán, Huehuetla, Chiconcuautla, Zoquitlán, Eloxochitlán y Hueytlalpan, los diez más pobres; tienen las mismas condiciones de vida que los infantes de países como Camboya, Comorras, Yemen, Ghana, Madagascar, Kenia, Nepal, Sudán, Haití y Papúa Nueva Guinea; de acuerdo al Índice de Desarrollo Humano estimado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
¿Y los políticos africanos, perdón, poblanos?, ¿y las secretarías de Desarrollo Social, Salud, Agricultura, Desarrollo Económico?, ¿y el Instituto para la Medición de la Pobreza?… Bien gracias, distribuyéndose los recursos, perdón, distribuyendo los escasísimos recursos, haciendo milagros para recortar el presupuesto operativo, documentando en fotografías y video cómo trabajan unidos para progresar.