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El último día del siglo XX en el Congreso

Miércoles, 19 de Enero de 2011

Lesly Mellado May

Ahora sí se nos acabó el siglo.

La LVII Legislatura de Puebla se fue con el ánimo de pasar a la historia. Y creo que así será, aunque no por el trabajo de sus integrantes, sino porque marcó el fin de una época.

Los poblanos siempre llegamos tarde, así lo hicimos al nuevo siglo y al nuevo país. Se nos fue la peor y más vieja versión del PRI y nos llegaron los tecnócratas.

El viernes 14 de enero de 2011 fue el último día del PRI, el último día del siglo XX en el Congreso, y como protagonista no podía haber personaje más emblemático que Mario Marín Torres.

Pero el protagonista de la versión extrema del priísmo mexicano se resistió a que le fueran tomadas las fotos de su último día en el poder y decidió no ir al Congreso a entregar su informe de gobierno. Y es que contrario al ex presidente Ernesto Zedillo, quien pasó a la historia como el “demócrata” que entregó tersamente el poder a un Ejecutivo emanado del PAN tras siete décadas de gobierno tricolor; Marín será visto como el último tirano del siglo XX poblano.

La última legislatura controlada por el PRI fue dirigida hasta su extinción por Marín, cuyo estilo de gobernar difícilmente podrá ser superado en el terreno de lo peor.

De última hora aprobaron la cuenta pública del señor gobernador y del secretario de Salud (por si las recochinas dudas el sucesor rompe el pacto de impunidad). De última hora sacaron la Ley Indígena y es que “olvidaron” que Marín proviene una comunidad popoloca. De última hora contrataron un mariachi para decretar “pero sigo siendo el rey…”

Una de las últimas ocurrencias de los otrora diputados fue dejar una herencia tangible al pueblo, una suerte de patrimonio mueble, una sala del horror, dirían otros: ¡sus fotos!

Sí, el siglo priísta quedó (esperemos no por mucho tiempo) colgado en las paredes de una sala de juntas del Congreso, con el rústico sello de su último gobierno. De algunas de las más antiguas legislaturas no consiguieron fotos así que pegaron viles copias fotostáticas de algunos diputados.

Y todavía como presumiendo el sojuzgamiento, el cuadro de cada legislatura está coronado por el gobernador en turno.

Algo llamó la atención del par de fisgonas con el que entré a ver la sala del horror: fue en los gobiernos de Mariano Piña Olaya y Mario Marín Torres cuando la caballada estuvo peor. Hombres y mujeres que no volvieron y difícilmente volverán a figurar en la vida pública porque consiguieron la curul únicamente a través del vasallaje. La perla, por supuesto, es de Marín, quien no conforme con ser el gran legislador, puso a su hermano Enrique de diputado.

Recuerdo una de las primeras estampas de la LVII que da cuenta exacta del autoritarismo, la simulación, el folclor y la crítica ignorada.

Empezaban sus días de vida parlamentaria. Luis Alberto Arriaga, conductor de noticieros Televisa Puebla se estrenaba como miembro de la bancada del PRI y subió a tribuna para marcar su terreno como vocero. Tras él pasó Pepe Momoxpan, diputado independiente, quien no dudó en exhibir el banco en el que sigilosamente había subido Arriaga para disimular su baja estatura. Pocos secundaron la risa de Momoxpan, ¡faltaba más! la mayoría tricolor guardó las formas.

Sí pero no

Lunes, 3 de Enero de 2011

Lesly Mellado May

Si hay algo que identifica al mexicano es la contradicción. O acaso no tenemos siempre a flor de piel el ahorita que no significa ahora, sino después o nunca.

Según el último estudio de Consulta Mitofsky los mexicanos recibimos el año 2011, faltaba más, con una contradicción en las expectativas. Mientras en el plano personal declaramos que abrimos la década con optimismo de mejorar laboral, económica y profesionalmente; respecto al país la visión es pesimista especialmente por la inseguridad.

De hecho, llama la atención que la precariedad económica ya no sea la principal preocupación como ordinariamente sucedía, y que este tema haya sido desplazado por la inseguridad.

“Mientras la expectativa personal es buena y está centrada en la economía, la forma en que se ve al país es negativa y por primera ocasión el mayor deseo sobre lo que le debería ocurrir a México es “Disminuir la inseguridad”, que desplaza a la economía”, reza el reporte publicado este 2 de enero en http://www.consulta.mx/Estudio.aspx?Estudio=como-se-siente-mexicano-3

“Hay una clara diferencia entre la forma en que ve su vida el ciudadano y la forma en que ve al país; mientras el fin de la crisis económica lo hace mejorar en evaluación, en expectativas y en ánimo personal, la presencia de la inseguridad los hace ver un país en problemas y con baja expectativa de mejorar”, concluye el documento.

Orgullo

Jueves, 16 de Diciembre de 2010

Lesly Mellado May

Este miércoles, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes publicó la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales 2010, donde además de refrendar que el tiempo libre es ocupado para ver la televisión, que la gente no lee porque no le interesa y que los diagnósticos nacionales resultan ser chilangos, me llamó la atención la respuesta mayoritaria a la pregunta ¿cuál de las siguientes emociones refleja mejor lo que siente por México?

Aquí las respuestas

Orgullo: 44%

Preocupación: 13%

Desilusión: 11%

Esperanza: 10%

Enojo: 8%

Confianza: 8%

No sabe: 3%

No contestó: 3%

 

Estoy empezando a pensar que no soy mexicana, que tengo una percepción falsa de la realidad, o que de plano urge me vaya a emborrachar el corazón a una posada cacahuatera.

Declaración guadalupana

Domingo, 12 de Diciembre de 2010

Lesly Mellado May

Dicen que todos los mexicanos llevamos un guadalupano dentro, yo de hecho, me llamo Guadalupe en el registro religioso porque así me bautizaron en el rito católico a pesar de que en mi casa no somos guadalupanos ortodoxos.

Sin embargo, mi madre adoptó un par de años la costumbre serrana de vestirme de huipil el día de la virgen de Guadalupe y llevarme a la iglesia, así que cuando era niña la fiesta no era más que ver la obligatoria película en el Canal de las Estrellas sobre el milagro en el Tepeyac, (una por cierto nefasta donde Fernando Allende la hace de Juan Diego) y la recepción de los peregrinos huauchinanguenses que llegaban de ver a la morenita.

Años más tarde, cuando inició la Antorcha Guadalupana organizada por la Asociación Tepeyac dedicada al apoyo a migrantes en Estados Unidos, tuve de cerca el fervor de sus seguidores y el fenómeno social que desencadenó la mexicanización de la virgen María.

Hasta ahí pensaba que la virgen tenía sus fueros sólo como emperatriz de América (según dicen al finalizar el rosario) y como una estrella más de Televisa.

Pero no. De visita en París y de paso obligado por Notre Dame me esperaba una sorpresa. El recorrido por el interior inició por las capillas de la nave derecha, pasé por el altar mayor y a mis mexicanísimos ojos el sitio no era más que un museo.

Al girar hacia las capillas del costado izquierdo alcancé a ver un pequeño lugar custodiado por decenas de luces y del que se asomaban unas flores. Pensé en lo extraña que resultaba la estampa entre la penumbra.

La curiosidad aceleró mi paso y llegué para descubrir que el altar es de la virgen de Guadalupe. A pesar de la sobriedad y oscuridad de los muros, ese pedazo de la catedral se ha mexicanizado y coloreado. Está por supuesto la bandera tricolor, flores, listones, decenas de velas, jorongos, un Juandieguito, rezanderas de manda y todo el folclor del que somos capaces.

En la guía oficial de Notre Dame se asienta que la “Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe fue instalada en 1963 a petición de los mexicanos de París: se puede reflexionar, rezar, encender una vela”.

Sí, todos los mexicanos llevamos un guadalupano por dentro y por fuera.

Los encajosos de la 5

Jueves, 2 de Diciembre de 2010

Lesly Mellado May

En parte, este blog se llama Encaje Ancho por aquel reclamo popular: “Está bueno el encaje ¡pero no tan ancho!”.

Y si de encajes anchos hablamos, en la 5 Poniente 128 hay para dar y regalar. Sí, son los diputados de Puebla que ahora andan en el jaloneo partidista de garantizarse el control del órgano rector de la próxima legislatura y así “amarrar” al próximo gobernador; pero ningún bando propone reglas serias para que de verdad trabajen.

No llama la atención que la iniciativa de crear una Junta de Coordinación Política para sustituir a la Gran Comisión sea propuesta del PRI y rechazada por la hoy oposición que a partir de enero ya no lo será, el bloque formado por PAN, PRD, Panal y Convergencia.

No es raro que ahora los tricolores aprovechen que la “expresión de la voluntad popular, fuente de la democracia, haya determinado una composición plural del Congreso del estado”, para extinguir la Gran Comisión, súbdita del Ejecutivo en turno.

Tampoco resulta extraordinario que los ganadores de la elección del pasado 4 de julio se resistan a tener una Junta de Coordinación Política que rola la presidencia entre los partidos, porque aprendieron, y muy bien de los priístas, que el control debe ser total y que el poder no se comparte, ni se reparte.

Y menos sorprende que la reforma propuesta por el PRI para Ley Orgánica del Poder Legislativo verse sólo en torno al órgano de control y no a mejorar el trabajo de los diputados, cosa que se les puede revertir.

Entre los defectos del Legislativo se cuenta la “congeladora”, pues ni en la Ley Orgánica ni en el Reglamento Interior se especifica un lapso de tiempo para que las iniciativas sean dictaminadas por las respectivas comisiones.

Tampoco existen sanciones reales para los diputados faltistas, ni para los presidentes de las Comisiones que no llaman a sesiones ni una vez al mes como lo tienen ordenado.

Es común que usted vaya al Congreso y no estén los diputados. Los asistentes le dirán que andan en el distrito, y en las oficinas del distrito, si es que las tienen, le dirán que están en la ciudad capital. De cualquier forma, mientras no hay periodo de sesiones ordinarias su paradero es un misterio, y para comprobar qué hicieron en ese tiempo sólo tienen que entregar un informe por escrito la Secretaría General contando cómo vieron su distrito. Informes que por cierto no se hacen públicos, vaya ni siquiera hay la certeza de que existen.

Además, la legislatura poblana es la que tiene los periodos más cortos de sesiones ordinarias, en comparación al resto del país.

De tal suerte que si no hay un sistema claro de trabajo y sanciones, no hay una mayoría absoluta, los periodos de receso son largos y el órgano de gobierno queda atrapado en vericuetos legales, el Ejecutivo podrá hacer su voluntad sin requerir del aval del Legislativo.