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Morena: apremio por la transparencia

Jueves, 28 de Enero de 2021

Lesly Mellado May

Tras valorar 213 denuncias contra Morena por incumplir la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, el Tribunal Electoral del Estado de Puebla declaró culpable al partido político y resolvió “conminarlo a realizar en tiempo y forma las obligaciones establecidas en materia de transparencia”.

En los dimes y diretes entre Mario Bracamonte y Edgar Garmendia, ambos proclamados líderes estatales, hay mucho de fondo en el oculto manejo de las finanzas que tiene como caso emblemático y que es apenas la punta del iceberg: la desaparición de cinco camionetas NISSAN NP300 con un costo de 313 mil 700 pesos cada una.

Y si es público el caso de las camionetas se debe a que es apenas uno de los dos gastos registraros durante 2019 en la Plataforma Nacional de Transparencia.

De las demás erogaciones como salarios, donaciones, rentas, adquisiciones… se sabe muy poco porque ha resultado información confidencial.

Morena ha hecho de lado la obligación de difundir cómo gasta los recursos públicos y eso generó 213 denuncias entre 2018 y 2019. El Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Puebla acreditó la culpabilidad del partido denunciado, impuso una “amonestación pública” y pasó el expediente al TEEP que terminó el caso con un “se conmina”.

El dictamen de 136 páginas publicado por el TEEP abunda sobre todo lo que Morena no cuenta. Esto es parte de lo que oculta y que por ley debería informar: estructura orgánica, directorio de personal, remuneración bruta y neta, gastos de representación, viáticos, declaraciones patrimoniales, información curricular, auditorías, gastos de comunicación social, adquisiciones, licitaciones…

Para este 2021, el Instituto Electoral del Estado de Puebla entregará a Morena más de 165 millones de pesos de los que tampoco habrá claridad porque dudo que los dirigentes partidistas se aterroricen ante un “apremio”.

El expediente del TEEP sobre la opacidad de Morena se puede consultar aquí: https://www.teep.org.mx/images/stories/inf_transp/resoluciones/2021/asuntos-e/TEEP-AE-003-2020.pdf

Pagar por respirar

Lunes, 19 de Octubre de 2020

Lesly Mellado May

Al inicio de los años 90 comenzó a popularizarse la venta de agua purificada en envases desechables.

Cursaba el bachillerato y cuando vimos al primer compañero con su botella de agua, mi amiga Dulce (hoy bióloga) soltó: “no compres el agua así, al rato te van a vender oxígeno embotellado y ¿se los vas a comprar?”. Todos reímos.

Treinta años después dejamos de reír y le dimos la razón a Dulce: hoy el coronavirus nos obliga a pagar por respirar.

Si bien los purificadores de aire y difusores de aceites esenciales para limpiar espacios cerrados hace rato que se usan, ahora ha salido al mercado un purificador de aire portátil para uso cotidiano.

Los ultramarinos posmodernos ya tienen el aparato a la venta. Una pequeña caja (que puedes atar a tu cuerpo) purifica el aire y lo manda por una manguera a una mascarilla que se sujeta al rostro; te garantizan que nada perjudicial entrara a tu cuerpo ¿debo creer que funciona?

Estamos en 2020 y me pregunto qué pasará en 2050: ¿nuestros hijos irán conectados a un tanque de oxígeno de manera permanente? o ¿les implantarán un dispositivo para filtrar el aire?

Andar por la vida con una mascarilla nunca fue nuestro sueño, ni siquiera sabemos si funcionan las que compramos. Una N95 puede costar de 20 a 900 pesos y hay estimaciones más extremas. La Cofepris no ha sido clara en esa materia, el IMSS ha publicado el tipo de mascarillas que sí garantizan protección pero que no están al alcance de la población en general.

Así que cada uno pone su fe en un paliacate o en una máscara que supera los 5 mil pesos y que tiene hasta bluetooth, sin que tengamos certeza de su capacidad para evitar que el COVID-19 ingrese a nuestro cuerpo.

Las guerras bacteriológicas que un día nos contaron ¿se hacen realidad?

Las escuelas llevan vacías casi 7 meses y debo qué debo decir a mi hijo: esto nunca volverá a pasar o vete acostumbrando porque cada día será más caro respirar.

De hecho, a sus siete años de edad ha vivido dos episodios en los que no ha tenido libertad de respirar. Varios días de mayo de 2019, el valle de México se cubrió con una densa nube de contaminación, la ciudad de Puebla se pintó de gris y tuvimos que cerrar puertas y ventanas. Ahora al igual que millones de niños, lleva siete meses sin acceso a espacios de socialización por el coronavirus.

Me pregunto qué pasará cuando llegue a los cincuenta años: contará esto como anécdota o que le tocó vivir el inicio de una época en la que se tiene que pagar por respirar.

Respira, ya casi se va

Jueves, 16 de Julio de 2020

Lesly Mellado May

Los padres que han cumplido con mantener a sus hijos pequeños en confinamiento se han convertido en una especie de Gatell casero cuando deben responder a los niños la fecha en que volverán a la escuela, a sus entrenamientos, a los parques y a sus fiestas cumpleañeras. Se la pasan en la ya merito, ya falta poco, ya en unos días, ya casi.

Pero en este México desigual, mientras unos niños miran desde la ventana el paso del coronavirus, otros andan ayudando a sus padres a buscar el sustento diario, sin embargo, para la SEP todos los niños son “iguales” y han decidido que la actividad prioritaria para cuando vuelvan a las aulas será enseñarlos a respirar para calmarse.

Sí, a respirar. Así lo indican en el documento “Cuidar de otro es cuidar de sí mismo” que es parte del inicio del ciclo escolar 2020-2021.

Para la dependencia federal lo primordial al regresar a las aulas es dar “soporte emocional” para superar el encierro, la enfermedad y la muerte de algún familiar por el COVID, así que propone “actividades para los colectivos con las que esperamos ejerciten su respiración y visualización como estrategias primordiales para alcanzar la calma y relajarse”.

Y esto pondrán a hacer a los estudiantes de preescolar, primaria y secundaria:

Piensen en su color preferido o en un color que les produzca alegría y visualícenlo.

A continuación, respiren lenta y profundamente por la nariz y expiren por la boca.

Respiren y expiren un par de veces más hasta que hayan alcanzado un buen ritmo.

Ahora, imaginen que, cada vez que respiran, el aire es de su color preferido.

Sientan cómo el aire de color entra por la nariz, los pulmones y llega al resto del cuerpo, aportándoles sensaciones y energía positivas.

Además, los estudiantes deberán responder:

¿Qué aprendieron de lo vivido durante y después de la suspensión de clases?

¿Cómo cambió nuestra vida de todos los días?

¿Cuáles de esos cambios nos benefician a largo plazo y seguiremos haciendo?

¿Qué pensamos de lo que es distinto ahora?

En el mes de mayo, la Unicef alertó que “el panorama de violencia contra niñas, niños y adolescentes en México ya era grave antes del confinamiento, pero la pérdida de empleos e ingresos, y otros elementos de estrés intrafamiliar son factores de riesgo asociados a aumentos de la violencia contra la infancia y, tristemente, esos están presentes en muchos hogares en el país en estos momentos”.

En México, 56.7% de la población labora en condiciones de informalidad y los hijos de éstos en su mayoría hacen parte de la brecha digital que generó desigualdad durante el periodo de clases a distancia.

Atendiendo a esta cifra, al menos la mitad de los infantes mexicanos ha pasado penurias económicas y la respuesta de la SEP es “respira y relájate”.

Austeridad al estilo Morena

Lunes, 22 de Junio de 2020

Lesly Mellado May

Como si le hiciera falta un frente más de batalla, la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera, impuso a los regidores la donación obligatoria de “la aportación anual –compensaciones- considerada en su salario” para dar subsidios a comerciantes afectados por la crisis generada por el COVID-19.

Más allá de la oposición a la medida por parte de los regidores del PAN, el PRI y los barbosistas; y de la rústica defensa de los integrantes de Cabildo afines a la alcaldesa, el asunto sacó a la luz el peculiar estilo con el que el gobierno morenista de la capital aplica la austeridad republicana.

Luego de que los regidores panistas y la priísta llevaron el caso al TEPJF, la presidencia municipal arrancó una campaña de defensa a la donación obligatoria.

En un video, la secretaria Liza Aceves dio a conocer que los regidores canalizarán sus “compensaciones extraordinarias”, 240 mil pesos cada uno, para ayudar a comerciantes de la capital.

En la Plataforma Nacional de Transparencia, el gobierno municipal informa sobre las dietas mensuales para cada regidor con estas cifras:

Monto bruto de las dietas: 88 mil 87 pesos

Monto neto de las dietas: 63 mil 728 pesos

Y reporta en ceros: percepciones adicionales en dinero, percepciones adicionales en especie, sistemas de compensación, gratificaciones, comisiones, bonos, estímulos, apoyos y prestaciones.

¿Por qué no es pública la compensación extraordinaria de 240 mil pesos destinada a cada regidor?

¿Por qué el gobierno de Morena mantuvo los privilegios que tanto criticó a sus antecesores?

Sin la crisis por el COVID-19 ¿nos hubiéramos enterado que los morenistas respetaron la tradición morenovallista?

En la campaña a favor de la donación obligatoria salieron a escena los regidores afines a Claudia Rivera. En conferencia de prensa, el regidor morenista Ángel Rivera Ortega dijo sobre la “compensación extraordinaria” que van a donar: “No sabíamos que la íbamos a tener. Nos vamos a desprender de algo que no teníamos considerado”.

Y entonces ¿cómo aprobaron el Presupuesto de Egresos 2020?

¿Acaso no analizó el dictamen en el que se desglosa cada gasto programado por el ayuntamiento?

¿O debemos pensar que la compensación extraordinaria está en una partida secreta y no se asentó en el presupuesto oficial?

En la misma conferencia de prensa, junto a Rivera Ortega y sentado en la misma mesa, el regidor también morenista Iván Herrera dio otra explicación sobre la “compensación extraordinaria”.

Informó que los regidores de Puebla Capital reciben cada cuatro meses una compensación que suma 180 mil pesos al año.

“Es un privilegio al que hoy estamos renunciando”, soltó con orgullo.

¿A quién le creemos a Ángel Rivera o a Iván Herrera?

La última pregunta que abruma mi entendimiento: ¿por qué renuncian hoy y no hace un año 8 meses cuando

La Esperanza de México tomó las riendas del ayuntamiento de Puebla?

El miedo a la casa

Martes, 12 de Mayo de 2020

Lesly Mellado May

El coronavirus ha sacado a flote el miedo a la casa, a la convivencia cercanísima con los que más queremos, a mirar la felicidad sin accesorios, al hogar.

Bien sabido tenemos que hay muchos Méxicos, y así se ha vivido la crisis (para unos y el “cuento” para otros) por el COVID-19. Me voy a referir a ese sector de mexicanos que tiene la posibilidad económica y laboral de estar en confinamiento, pero que opta por salir a la calle.

El siglo XX nos dejó como legado las ciudades dormitorio. Los habitantes de éstas nos convertimos en esclavos del espacio laboral para poder pagar el “hogar perfecto”.

El otro legado fue “compra y sé feliz”, así que también buena parte de la vida se nos va en generar dinero, “pasear” en las tiendas, y comprar, comprar, comprar.

Y así tenemos como patrimonio casas que sólo sirven para dormir y cosas que no tenemos tiempo de usar.

Pero ahora que un virus nos colocó donde está lo que más atesoramos y en el sitio porque el que siempre trabajamos: nuestros hijos y nuestra casa, resulta que queremos estar afuera.

En redes sociales ha quedado registro de gente que anda en la calle con niños incluidos sin nada urgente qué hacer.

También han retratado la desesperación de madres y padres, que fungiendo y fingiendo de maestros, no logran contener la ira cuando sus hijos buscan aprobación en su rostro en lugar de mirar el cuaderno: “por qué me miras si las letras no las tengo yo en la cara”.

¿Y qué pasó?, si dijimos que si se acababa el mundo queríamos estar junto a nuestros hijos, si nos quejábamos porque la oficina no daba suficiente tiempo para protagonizar una guerra de almohadas y un arrebato de cosquillas… y hasta olvidamos que si nosotros nunca fuimos brillantes en la escuela en qué momento idealizamos que tendríamos hijos superdotados.

Algo similar pasa en la convivencia cercanísima que ahora tienen las parejas: “La oficina me hacía olvidar sus defectos”. Ahora que no hay oficina, cine, restaurante, parque, fiestas, viajes… ni nada que nos permita voltear a otro lado nos encontramos desnudos para mirar y para que nos miren, y sí resulta atemorizante.

¿Qué contaremos ahora cuando nos pregunten cómo queremos que nos tome el fin del mundo?

Pues, en la calle comprando.