Perdida: el lado psico de toda mujer
El cineasta estadunidense David Fincher nos tiene acostumbrados al suspenso. Lo hizo en Seven (1995), El Curioso Caso de Benjamin Botton (2008), La Chica del Dragón Tatuado (2011) y La Red Social (2010). Ésta última, en la que relató la creación del fenómeno Facebook, le valió el Globo de Oro y el premio BAFTA como Mejor Director.
Su más reciente trabajo cinematográfico, Perdida, va por su tercer fin de semana en cartelera en Puebla y es una película que uno tiene que ver en el cine, así que sugiero ir antes de que la quiten pues sus proyecciones se han reducido a una o cuatro funciones por sala.
En el thriller Perdida, Fincher dirige a un colega de grueso calibre, pues Ben Affleck obtuvo el año pasado el Oscar por Argo. Así que ambos se entendieron a la perfección a la hora de llevar el best seller Gone Girl del escritor Gillian Flynn a la pantalla grande.
Affleck nos muestra a “Nick Dunne”, un galán de rancho con aspiraciones neoyorkinas que conquista con mucha melcocha y originalidad a la mimada y citadina “Amy” (Rosamund Pike). Pasan cinco años de relación que pasa del idilio al tedio y del amor eterno a la infidelidad en el matrimonio. La actuación de Rosamund Pike es exquisita. Uno termina cuestionando el grado psicótico que toda mujer lleva oculto y/o agazapado a la espera de que un cerillo prenda la mecha.
Durante 149 minutos veremos a “Nick” desesperado por encontrar a su esposa, quien aparentemente desapareció de su casa en un acto violento. Una serie de hechos lo lleva al banquillo de los acusados por el ser el principal sospechoso de la muerte de “Amy”. Uno va haciendo conjeturas durante la trama sin lograr resolver el caso porque cuando uno cree estar cerca de la verdad, la paranoica, obsesiva y controladora “Amy” aparece vivita y coleando con nuevos planes oscuros para regresarnos al punto de partida.