Mi reloj de Rosita Fresita
La mayoría no solemos recordar con exactitud los años de infancia. Como una foto borrosa tengo en la mente el reloj de Rosita Fresita que usaba cuando tenía ocho o nueve años. Era cuadrado. Obviamente de plástico. En la tapa tenía una estampa con la imagen de la muñequita de moda de finales de los 80. La magia estaba al abrir la carátula. Unos cuantos gramos de perfume en crema con olor a fresa eran oro puro para las chamaquitas que veíamos a nuestras mamás arreglarse y vaciarse, no necesariamente, finas fragancias.
En mis tiempos (los cuales no son tan lejanos) las niñas de la primaria no eran bobas, ni nices, ni emos, ni divinas, ni populares, ni RBDs. Sólo había de dos, o eras fresa o eras naca. Así de simple.
Sirva este preámbulo para recordar a Rosita Fresita. La niña de rizos rojos celebra sus 30 años de vida con todo y sus amigas de “parranda”: Adelita Naranjita y Marthita Frambuesita. El debut de esta simpática cocinera en 1980 acumuló ventas por más de 100 millones de dólares en productos ese año.
Contrario a sus contemporáneas que ahora debemos aplicar cremas anti arrugas y faciales que disimulen las ojeras producto de los desvelos, la pequeña creación de Hasbro está lista para reconquistar el mercado de las nuevas generaciones con su encanto de niña eterna con olor a fresa.
Pero ya no estamos en 1980, así que Rosita Fresita no se quedará solo en muñecas, libros y caricaturas. Para las “chamaquitas” del siglo XXI se ha diseñado una aplicación de iPhone que consiste en un juego dirigido a niños de 3 a 5 años cuya tarea será ayudar a Rosita Fresita a hacer batidos de frutas.
También ya salió en la televisión de Estados Unidos un nuevo programa llamado Strawberry Shortcake’s Berry Bitty Adventures.
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