No sabía que el Popocatépetl tenía cuenta en Twitter. Este miércoles me lo topé y le dí “Seguir”. Todas las mañanas suelo voltear la mirada a los volcanes. Soy fan de la “Mujer Dormida”, o sea del volcán Iztaccíhuatl. Me conforta ver a la pareja en el horizonte, a veces con nubes a su alrededor, otras veces él humeante y casi siempre ella con una sábana de nieve que la cubre en su lecho.

Valga esta romántica introducción para hablar del Popo, de Don Goyo, como le llaman los vecinos de los poblados más cercanos al cráter. Escribía que encontré su cuenta en Twitter y me llevé una sorpresa al mirar que existe desde hace mucho tiempo pues suma 36 mil 300 seguidores y ha publicado 2 mil 749 tuits, en su mayoría fotografías o reportes de su actividad, como los siguientes:

“@SkyAlertMx: En días o semanas, pueden existir explosiones que destruyan domo del #Popocatépetl. A. Amarillo 2. 2/2 pic.twitter.com/hCIowQjsw3”

— Volcán Popocatépetl (@Popocatepetl_MX) febrero 18, 2015

CENAPRED: se espera caída de cenizas al noreste del volcán. Actividad contemplada en escenarios de amarillo fase 2. pic.twitter.com/8Gfd2Otypq — Volcán Popocatépetl (@Popocatepetl_MX) febrero 17, 2015

Ayer, el perfil daba cuenta del domo número 55 de 150 metros de diámetro que podría romperse en los próximos días o semanas. Es decir: caerá más y más ceniza. En lo personal, ese polvillo, aunado al cambio de estación (polinización), me tiene con los ojos rojos, llorosos y una sensación de que mi nariz se dilata por tanta picazón. Así que replicamos la recomendación de Protección Civil en caso de caída de ceniza:

1. Cubrir nariz y boca con un paño húmedo.

2. Limpiar ojos y aclarar la garganta con agua pura.

3. Tapar los depósitos de agua.

4. Lavar bien frutas y verduras.

5. Cerrar ventanas y cubrir hendiduras.

6. No mojar la ceniza, barrerla y colocarla en bolsas de plástico.

Resulta que hasta este fin de semana el volcán Mauna Loa ubicado en Hawai era el más grande del mundo. Científicos descubrieron uno nuevo, cuyo tamaño ha sido comparado con el Monte Olimpo del planeta Marte, el más grande de todo el Sistema Solar.

La revista Nature Geoscience informó que este nuevo volcán está ubicado debajo del Océano Pacífico, se denomina Tamu Massif, mide 310 mil kilómetros cuadrados, está a unos 2 kilómetros bajo el mar y se encuentra en la meseta oceánica Shatsky, a unos 1.600 km al este de Japón.

Según las investigaciones se formó hace cerca de 145 millones de años, cuando enormes flujos de lava salieron en erupción desde el centro del volcán y formaron una suerte de escudo de protección.

Sin embargo, los investigadores dudan que el pico del volcán alguna vez se haya elevado por encima del nivel del mar y creen que es poco probable que lo haga.

Muchos le echaron la culpa al inicio de las campañas políticas, otros tantos al par de candidatos que quieren ser presidentes municipales por 4 años 8 meses. Y nadie se acordó ahora de las profecías del fin del mundo, de los mayas y esas payasadas. Lo cierto es que la noche de anoche (y hasta entrada la madrugada de este miércoles) quienes conducíamos por las calles de la capital poblana vimos a nuestros autos cubrirse de ceniza cortesía del Popocatépetl.

En redes sociales los chistes y comentarios estuvieron a la orden del día. Aquí algunos:

“♪♫Noche de ceniza, Puebla quebradiza, ojos que no mienten, Don Goyo está caliente ♪ ♫ #fb”

“Don Goyo no esta tan caliente, si lo comparas con las pinches ganas que te traigo”

“Me confirman que en Puebla mañana será Miércoles de ceniza”.

“Está explotando Don Goyo! Y la mujer dormida cómo siempre”.

“Apenas comienzan las elecciones y #Puebla ya está hecha cenizas jajaja”

Y para rematar no faltaron quienes se alzaron como profetas:

Sin embargo, lo que no tuvo desperdicio fue la ola de fotografías que muestran lo sorprendente del hecho.

Finalmente, la parte chusca corrió a cargo de Protección Civil Municipal, cuyo director Gustavo Ariza invitó a estar de las recomendaciones en PC, sin aclarar que esas son las siglas de la dependencia a su cargo y no de una computadora personal.

Después de la alarma por el despertar del volcán Popocátepetl, aquel diciembre de 1994, hemos aprendido a vivir con sus exhalaciones de vapor, agua y ceniza. Leyendo un poco en la revista Muy Interesante, encontré unos cuantos datos curiosos para compartir.

De entrada, en México, ocurren seis erupciones por siglo, contrario a los huracanes que se registran hasta 15 en cada temporada, o los sismos, (al menos uno importante ocurre cada año y uno muy fuerte cada dos o tres décadas).

Ahora bien, según el recuento, unos 15 volcanes han presentado en México actividad importante, como el de Colima, el Popocatépetl en Puebla, el Paricutín en Michoacán, y el Ceboruco de Nayarit. La última gran actividad del de Colima fue en 1913, y las anteriores a ésta, en 1890 y 1818.

“En el caso del Popocatépetl, tiene erupciones grandes con periodos de recurrencia largos (la última fue hace mil 200 años). Mantiene una actividad reducida, como la que se ha visto desde 1994 (desde 1500 a la fecha ha presentado unos 13 eventos similares), sin embargo, como todos los demás, tiene la capacidad de producir erupciones mucho más grandes, por lo que se les mantiene vigilados” así que por si las dudas, mantengámonos pendientes del semáforo de alerta.

Servando de la Cruz Reyna, investigador del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México explicó a la revista que “el peor desastre volcánico del siglo XX registrado en el país fue la erupción del Chichonal, ubicado en Chiapas, en 1982; se calcula que ocasionó entre mil 700 y dos mil víctimas. En aquella época no era considerado de alto peligro, porque sus erupciones tenían una recurrencia promedio de 600 años o más (la anterior había ocurrido 750 años atrás)”.

Este lunes, en pleno día de asueto, nos amanecimos con la noticia de que el volcán Popocatépetl estaba cubierto de nieve gracias al frente frío número 30. Las fotografías en las redes sociales que reflejaban una gruesa capa blanca que cubría el pastizal en Paso de Cortés nos invitaron (a los que no teníamos nada que hacer) a enfilarnos hacia el Parque Nacional Izta Popo.

Y ahí estábamos. Aficionados a los paisajes naturales que Dios nos regala. Recorrimos durante 60 minutos el camino que cruza por San Pedro Cholula, Nealtican, San Nicolás de los Ranchos y Xalitzintla para encontrarnos con una centena de turistas tanto del Estado de México, el Distrito Federal y Puebla que también aprovecharon la oportunidad de ir a ver la nieve, ese estado del agua que en tierras donde no es común que esto ocurra, todos quieren ver aunque sea caer un par de copos para poder morir tranquilos de que en la vida vieron nevar.

Llegamos cerca del medio día, así que la capa de nieve ya no era tan abundante como en las primeras horas de ayer, sin embargo con las esporádicas montoneras, los niños aprovechaban para formar esferas que se aventaban unos contra otros (así como lo han visto en las películas norteamericanas). Otros más prefirieron hacer el tradicional muñeco de nieve con todo y su nariz de ramita, y no faltaron quienes agarraban la nieve a puños y la guardaban en bolsas de plástico (¿acaso para llevarla de recuerdo?)… aún no me explico la razón.

“No nos querían dejar subir”, nos contaba una de las señoras de las quesadillas, cuyas tortillas de maíz y el café de olla completan el placer de la excursión exprés. La mujer vecina de las faldas del Popo, explicaba que la policía tiene prohibido el paso desde hace unos días debido a la actividad que Don Goyo ha registrado y que ellos sienten con mayor intensidad, “pues sí pero… ¿pues a dónde vamos?” respondió ante la pregunta obvia de si no les da miedo dormir tan cerca del volcán.

Justo cuando nos disponíamos a bajar, una enorme nube gris terminó de tapar la visibilidad del pico del “cerro que humea” y entonces unas diminutas esferas blancas caían sobre nuestros abrigos. Podemos morir tranquilos.