Efrén Zenteno Rodríguez nació en Puebla en 1956. Estudió Ingeniería en Alimentos en la Universidad de las Américas con una beca deportiva. Su pasión por el deporte, aunado a la lección de vida que le dio su madre de que todo lo que se propusiera podía ser posible, lo llevaron a tomar su bicicleta y recorrer los cinco continentes del planeta.

¿Cómo nació la idea? En su blog www.efrenzenteno.com él mismo cuenta que su odisea inició en 1975 cuando vio por primera vez un póster de un ciclista en El Gran Cañón. Doce años después, en 1985, conoció en el Yellowstone National Park a dos ciclistas holandeses viajando en bicicleta desde Canadá hasta Argentina y ahí empezó su historia. “Esto es lo que yo quiero hacer en mi vida, viajar por el mundo en bicicleta, conocer países, interactuar con las diferentes culturas y religiones, conocer personas, etc.”, relata el propio poblano.

Incluso su primer viaje que realizó iniciando en Proudhoe Bay (Alaska) hasta Usuhaia (en Tierra de Fuego, Argentina), cruzando por diferentes climas, personas, y situaciones de peligro; fue documentado en su primer libro “Una Aventura por América en Bicicleta”. Entre sus anécdotas cuenta que tuvo que huir de una osa en Alaska, además de las horas de angustia, debido a que era una madrugada con luz, y nadie a kilómetros que pudiera auxiliarlo.

Desde este fin de semana en el zócalo de la capital poblana se exhiben 12 fotografías de gran formato que cuentan su experiencia de vida en más de 65 mil kilómetros recorridos. La muestra se títula “El mundo en dos ruedas. Un mexicano pedaleando los cinco continentes” e incluye también 16 postales de de este viajero, montadas en el vestíbulo del Teatro de la Ciudad, además de una de las bicicletas que ha usado en alguno de sus viajes.

La exposición es una iniciativa del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMACP) y permanecerá hasta el 30 de julio. La selección fotográfica que se invita a visitar en el vestíbulo del Teatro de la Ciudad se encuentra abierta al público de lunes a domingo de 9 a 18 horas. La entrada es libre.

¿Quién es?

* Fue el primer latinoamericano en cruzar el continente de Oceanía e Indonesia en bicicleta, con 10,547 km. Desde Auckland, Nueva Zelanda hasta Jakarta, Indonesia, en 2009.

* Primer latinoamericano en cruzar en 2007, el continente Africano en bicicleta, con 14,300 km. Desde El Cairo, Egipto hasta Cape Town, Sudáfrica.

* Primer latinoamericano en cruzar en 2003, la antigua Indochina (sudeste asiático) y parte de Asia meridional en bicicleta con 9088 km. Desde Ho Chi Ming, Vietnam, hasta Katmandú, Nepal.

* Primer latinoamericano en recorrer, en 1997 y en 1987, América en bicicleta, con 33,170 km. Desde Proudhoe Bay, Alaska, hasta Ushuaia, en Tierra de Fuego, Argentina.

Caminar descalzo todo el día y sentir la frescura del jardín, lo frío del suelo y la libertad en los dedos, podría ser una maravilla hecha realidad; sin embargo, para Joseph Michael Kai-Tsu Liu Roqueñi es todo un reto, pues este martes inició su travesía de cruzar - sin zapatos - todo el Continente Americano en 18 meses.

El “chexican”, como él se describe, pretende cruzar 14 países desde Montreal, Canadá hasta la ciudad de Ushuaia, en Tierra del Fuego Argentina, el punto más austral del mundo: ¡Corre Forest, corre!

La peculiar travesía consta de 19 mil kilómetros en total. Para ello, el canadiense –con raíces mexicanas y chinas – correrá 25 kilómetros, o dos horas y media, lo que suceda primero, dos veces al día. Pasará por Estados Unidos, México, Panamá, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile y Argentina, entre otros.

Joseph Michael Kai-Tsu Liu Roqueñi es recién egresado de la Universidad de Concordia, en Montreal Canadá. Seguidor fiel del Che Guevara y del alpinista italiano Reinhold Messner, quien ha escalado las 14 cumbres de más de 8 mil metros de altitud sin oxígeno.

El viaje del “chexican” fue pensado en función de las estaciones del año, de modo que no se topará con el frío invierno que azota en la cumbre de Los Andes, el calor desértico del norte de México, la lluvia torrencial de Centroamérica, el aire congelado del Perú, o la escarcha y nieve en la región austral del planeta.

Así que si lo ve correr: extiéndale un aplauso, proporciónele agua y víveres. A cambio, la fundación a la que pertenece –de la cual no se ha revelado su nombre – entregará fondos para educación en cada país que pise. ¡Mucha suerte, Kai - Tsu!

Para seguir la travesía de Kai-Tsu, da click en el siguiente enlace: http://www.runningtotheendoftheworld.com/

Su bicicleta quedó rodando este miércoles sobre el asfalto aún caliente de la carretera federal 2 entre México y Nogales. Venía desde el punto más austral del planeta y pretendía llegar hasta la ciudad del Polo Norte.

El ciclista italiano Mauro Talini vio interrumpido su viaje de manera permanente, cuando un tractocamión le dejó sin vida. El conductor se dio a la fuga, antes de que llegara la asistencia médica y pericial en las inmediaciones del municipio de Trincheras, en este estado norteño de México.

Talini, quien padecía diabetes tipo uno y era originario de Viareggio en Italia, cruzaba el continente americano para demostrar que su condición de salud no era una limitante para realizar este proyecto.

El pasado 1 de enero, el pedalista inició su travesía en la ciudad argentina de Ushuaia y pretendía llegar a Prudhoe Bay, en Alaska, a finales de julio próximo.

Con su proyecto, Mauro Talini pretendía mandar un mensaje a nivel mundial de fortaleza a quienes padecen diabetes.

El 9 de julio de 2011, Facundo Cabral estuvo en el lugar y tiempo equivocado y perdió la vida de la manera más vil al caer víctima de un atentado que no estaba dirigido a él. Famoso por contar historias y hacer poesía que después se convertirían en canciones de trova, este “vagabundo de primera clase” falleció el día en que su patria, Argentina, celebra su independencia.

Entre el profundo y amplio legado que heredó al mundo, está “No soy de aquí, no soy de allá”, tema que se convertiría en un himno a la libertad que fue adoptado en todo el planeta.

En sus presentaciones y entrevistas, Cabral solía siempre recital aquel pensamiento célebre en el que confesaba que él a lo único que le tenía miedo era a los pendejos porque, decía, “son muchos y eligen presidentes”. Para escucharlo, dale play al siguiente video:

A la fecha, dos de los asesinos de Cabral (los sicarios Bryon Cortez Lima y René Lima Muralles) fueron condenados a 93 años de prisión por un tribunal guatemalteco en marzo pasado, mientras que un tercero (Gustavo Camey Amaya) a 78 años, cuando otros dos que participaron del ataque permanecen prófugos.

Rodolfo Enrique Facundo Cabral, murió a las 74 años, de un modo inesperado, violento y en una tierra lejana. La biografía de este genio tiene rasgos que siempre han llamado la atención. Nacido en La Plata, junto a su madre y seis hermanos, Cabral se trasladó a la ciudad de Ushuaia con pocos años de vida, desde donde llegó a Tandil a los 8, iniciándose como cantante a los 22 en Mar del Plata, luego de una adolescencia tumultuosa que incluyó su internación en un reformatorio.

Trovador y trotamundos antes que cualquier otra cosa, Cabral visitó y actuó en 165 países, con conciertos en lugares como el Lincoln Center de Nueva York, la Catedral de Toledo y el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México.

Por su actitud de vida y su mensaje de esperanza abierto a toda la humanidad fue declarado Mensajero Mundial de la Paz de la Unesco en 1996, y en 2008 recibió el título de Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

Por dos años consecutivos me aventuré a viajar al extranjero yo sola. Un día antes de cumplir 28 años abordé el vuelo de regreso de Canadá hacia México. Me acomodé en el asiento y me dispuse a leer. Después de dar vueltas a un par de páginas me percaté que a mi lado viajaba un chico que al mismo tiempo que yo, también devoraba un libro en inglés. Después sirvieron el almuerzo y sin compartir más que una sonrisa y un “thanks” por su amabilidad al pasarme la charola y las bebidas, ambos disfrutamos de los alimentos.

Luego regresamos a la lectura. Para la tercera hora de vuelo, decidí ver “Quiero ser millonario” en la pantalla frente a mi asiento. Al final, reparé que aquel muchacho desconocido también terminó viendo una película en su respectiva pantalla. Fue entonces cuando decidí qué quería en la vida.

“Eso es lo que quiero”, le dije a mi psiquiatra. “Alguien que viaje a mi lado. Que le guste descubrir el mundo. Que al hacerlo también lea. Que le guste ver películas. Que sea un compañero de viaje”.

Al siguiente día de haber aterrizado. El día de mi cumpleaños 28, conocí a un joven de mirada coqueta y amable sonrisa. En los días que salíamos le conté un poco de mis peripecias fuera de México. “Yo quiero ir a Ushuaia” me platicó en una de esas. Entonces me enseñó en su laptop un wallpaper de un Glaciar inmenso y me contó que eso quedaba en Argentina, hasta abajo del continente americano. “Está en Tierra del Fuego. Es el fin del mundo”, fueron las palabras que me convencieron de querer volar un día hasta allá.

Semanas después lo acepté como novio. Casi dos años después como prometido. Cuando llegó el tormentoso de hablar de boda (por aquello de que soy la Novia Fugitiva región el punto en el que encontré consuelo fue en la luna de miel. Me estresa pensar en lo ceremonioso que se ponen las cosas cuando hay que hablar con mis padres, con sus padres y con el mundo. Me aterra invertir todo un patrimonio en una fiesta tradicional y en el jolgorio que implica un enlace nupcial. Soy muy mala para recibir la lluvia de felicitaciones y abrazos. Así que mi condición para presentarme en un altar es llegar al fin del mundo cuando terminen los abrazos y el ruido se haya extinguido.

Luego entonces, mientras el resto esperará a ver si en 2012 ahora sí se acaba el mundo, él y yo, les contaremos pronto qué hay en ese punto del globo terráqueo.