En medio de noticias tétricas o deprimentes, iniciativas como la del “kiosco sostenible” que creó el doctor

Apolonio Juárez Núñez como director del Centro de Estudios en Energía y Ambiente (CEEA) de la BUAP, son un respiro al mundo y una esperanza al ecosistema.

Resulta que desde hace tres semanas se puso en marcha este proyecto que hace la función de tres en uno: los estudiantes queman calorías al pedalear, pueden recargar sus smartphones o tabletas (a los que son adictos seguramente) y se genera energía limpia.

La meta es que con este módulo, los universitarios contribuirían a dejar de producir dos toneladas de bióxido de carbono al año.

Este “kiosco sostenible” fue diseñado por un equipo de especialistas, doctores, maestros y alumnos de la BUAP. Está compuesto por dos bicicletas fijas y paneles solares que generan energía eléctrica suficiente para cargar, de manera simultánea, cuatro computadoras portátiles, 12 celulares, 20 focos led, cuatro pantallas y una computadora de escritorio.

Según una entrevista publicada por el Conacyt el kiosco permite crear energía mecánica con una potencia de más de mil watts. Cuando se realiza el pedaleo en la bicicleta, por cada 10 minutos una persona quema alrededor de 150 kilocalorías (kcal) y se generan alrededor de 45 watts-hora de energía.

Apolonio Juárez, de origen poblano, tiene doctorado (Cum laude) en la Universidad Técnica de Dresden, Alemania, y posdoctorado en el Centro de Ciencias de la Atmósfera, de la UNAM.

A lo largo de su trayectoria ha centrado sus investigaciones al medio ambiente, energía, atmósfera y cambio climático.

Fue el lunes cuando se lanzó en Twitter un llamado de auxilio bajo el hashtag #23EstudiantesSinUnDólar. Grosso modo, se trataba de unos universitarios venezolanos que habían venido a participar en un Modelo Latinamericano de Naciones Unidas (LAMUN), organizado por la UDLAP y ahora pedían ayuda porque se habían quedado sin dinero. Para el martes, la etiqueta se había propagado como reguero de pólvora y la nota había alcanzado otra dimensión.

Resulta que no se trataba de chavos sin oficio ni beneficio, como los centroamericanos que lo atosigan a uno en los cruceros últimamente con la insistencia de que vienen de Honduras o Guatemala y quieren unos pesos para seguir su viaje a Estados Unidos, pero bueno, esa es otra historia. Por el contrario, los estudiantes son promedios destacados de la Universidad Central de Venezuela, la de Carabobo (provincia de ese país) y la Simón Bolívar.

Al igual que el resto de la comunidad estudiantil en Venezuela, estos jóvenes pugnan por un mejor país en donde no tienen cabida las políticas represoras de su actual presidente Nicolás Maduro. Sus propuestas y posturas para una mejor sociedad les valieron el reconocimiento del LAMUN UDLAP ya que obtuvieron 9 premios de 8 comités, incluido el de mejor delegación internacional.

Los 23 estudiantes llegaron a México el 10 de marzo y pretenden regresar a él hasta el 29 de este mes, ya que, además de su participación en el evento de la universidad cholulteca también tendrán actividades en la UNAM. El drama de su expedición inició porque la Comisión de Administración de Divisas de Venezuela les notificó (ya estando en nuestro país) que se les había negado la partida para apoyar su encomienda universitaria bajo el pretexto de que no la habían tramitado con los 15 días de anticipación obligados por la ley, cosa falsa pues ellos aseguran que fueron a hacer la gestión 17 días antes de salir de suelo venezolano.

Cadivi nos negó los $ a 23 estudiantes que vinimos a representar a nuestro país. No tenemos para vivir. Que lo sepa toda Venezuela. RT RT

— Ivan Fortuny (@IVANFORTUNY) marzo 17, 2014

El líder de la delegación Ivan Fortuny a través de su cuenta en Twitter e Instagram @IVANFORTUNY, junto con la cuenta @LAMUN_UCV y @Ayrmon, se encargaron de solucionar su crítica situación pues los 23 jovenes dormían en un departamento que les habían prestado, con unos cuantos colchones. Incluso la tarde del martes se apostaron en el zócalo de Puebla para pedir apoyo y explicar a los medios de comunicación su situación. Hoy ya están instalados en el Distrito Federal con mejores condiciones, por lo que han expresado su agradecimiento por este “milagro” a los mexicanos y, por supuesto, a la comunidad venezolana en nuestra entidad.

Gracias a todos los que nos han escrito para ayudarnos. Esto ha sido increíble. No tenemos palabras para agradecer. Esto es un milagro. — Ivan Fortuny (@IVANFORTUNY) marzo 18, 2014

Gracias a todos los que nos han ayudado. Ya hemos podido resolver gracias a los mexicanos y venezolanos en Puebla. Gracias por todo el apoyo

— LAMUN UCV (@LAMUN_UCV) marzo 18, 2014

Por lo que toca a Venezuela, Mariela D de Rojas (@marieladderojas) se describe como Secretaria de Organización de Acción Democrática Estado Carabobo y Concejal del Municipio Valencia. Es decir, es funcionaria venezolana, pero lejos de sumarse al apoyo lo único que hizo fue presumir el logro de los estudiantes.

Estudiantes venezolanos arrasaron con los premios del Modelo de Naciones Unidas de la Universidad de Puebla México pic.twitter.com/RURftTRmam — Mariela D de Rojas (@marieladderojas) marzo 16, 2014

Premio Mejor Juez en LAMUN Puebla México estudiante de la UC @UlisesRojasUC pic.twitter.com/vBPuBrZDAW

— Mariela D de Rojas (@marieladderojas) marzo 16, 2014