Después de que este fin de semana, el Puebla de La Franja obtuvo su pase a la liguilla del fútbol mexicano; el entrenador de la escuadra José Luis Sánchez Solá puede estar tranquilo, pues al menos aseguró su permanencia durante una temporada más. O al menos, hasta que no sostenga otro de sus tradicionales pleitos.

Así pues, el famosisisimo “Chelís” estará feliz y contento, junto a sus cientos de fans, que esperaban un milagro para vivir la llamada Fiesta Grande, donde jugarán su primer partido contra los cementeros del Cruz Azul; a diferencia del año pasado, cuando el pase a la liguilla fue dramático e incluso, Sánchez Solá condicionó su permanencia en el equipo hacia el final de la temporada.

En medio de un marketing impresionante, el famoso “Maestro limpio” ha demostrado ser un entrenador que da resultados. Primero, salvó a los camoteros de aquella lucha contra los tiburones rojos de Veracruz en 2008; luego, los llevó a instancias finales e inclusive a un par de minutos de eliminar a los Pumas en plena Ciudad Universitaria.

Y hoy, mete de nueva cuenta al Puebla de La Franja en una liguilla, figurando como uno de los cuadros más agradables para el espectador, debido a la pureza de sus jugadores, de su juego y su afición.

Todo sin olvidar, cuando la directiva mandó al “Chelís” a la congeladora para traer a Mario Carrillo, el Brujo Mayor, que en su momento lo único que hizo fue desordenar a un equipo que solía jugar bien aunque los resultados no necesariamente lo acompañaran.

Por ello, Sánchez Solá ha transformado su sentido estrafalario en autenticidad, su verborrea en asertividad y por sobre todas las cosas, en una marca que atrae lo mismo a seguidores del Puebla que de otros colores.

El fenómeno de Sánchez Solá ha transformado hasta al más pasivo de los camoteros y su resultado, pese a las rabietas que ha protagonizado en el pasado, es mantener un liderazgo en el equipo.