Siempre he admirado a la afición futbolera. Esa que lo mismo mienta madres, grita enardecida, brinca hasta hacer temblar estadios o se encuera sólo por el mero gusto de soltar un poco de calor a su equipo, esa escuadra por la que se vive, se sufre y hasta se lían a golpes.

Pasada la contigencia máxima por la influenza, los fanáticos del balón regresaron a los estadios. Es mitad de semana, no importa la fuerte lluvia, no importan los precios exorbitantes, no importa no guardar un asiento entre una persona y otra, y a no todos tampoco, importó el cubre bocas, ese que en mayo se volvió parte del vestir diario de los mexicanos.

Y ahí estaba pues. Entre esculturales edecanes, cemitas, chelas, chescos, pizzas, polis, playeras del Chelis, de la Franja, porras, globos, espuma,  silbatazos, gestos afligidos y sobre todo los rostros alegres que dejan el grato sabor a victoria. Tres goles por uno, ni yo lo podía creer. Dos anotados uno tras otro en los primeros seis minutos del encuentro.

Aún cuando se han liberado las restricciones por la contingencia, la alerta no ha desaparecido y la condición de permitir la realización de eventos masivos era precisamente que la Secretaría de Salud instalaría un cerco sanitario, mismo que brillo por su ausencia, dando rienda suelta a los ambulantes, esos que con todos los virus en las manos despacharon a la multitud.

El de este miércoles fue un partido importante. La Franja está en la liguilla de nuevo. Sin embargo, este jueves desde temprana hora los seguidores del equipo regiomontano que radican en la capital poblana se encargaron de difundir la siguiente carta que hicieron llegar a la primera presidenta municipal, Blanca Alcalá, acusando a un grupo de policías municipales de haberlos amedrentado por no haberse puesto, literalmente, “la del Puebla”.

“Señora, soy José Ramón, soy habitante de Puebla, vote por usted, tenía todas mis esperanzas en usted, pero crudamente me doy cuenta que es usted una incompetente, siga preocupándose más por como le arreglan sus fotografías, hoy tuve una bronca con la bola de patanes que tiene como “grupo Elite” de policía municipal, por la sencilla razón de traer la playera de otro equipo que no es el Puebla, no soy poblano de nacimiento pero vivo aquí desde hace 13 años muy contento; hoy estuvimos en el estadio apoyando a nuestros RAYADOS LA ADICCION, que es la barra de rayados, y desde que llegaron de Monterrey nos fastidiaron a morir, entrando al estadio desde que empezamos a alentar nos amedrentaron todo el tiempo, nos estuvieron provocando, lo que paso en la cancha lo entendemos, pero lo que paso en la tribuna no tiene justificación, entre nosotros había 2 bebes, 10 mujeres y 3 ancianos pero eso no fue ningún impedimento para echarnos a los perros.

Cuando Rayados metió gol, yo salté de la emoción y que paso simple, me echaron un perro por el hecho de celebrar en mi “lugar”, no somos unos santos, pero eso si tontos no somos, si nos provocan nos defendemos, había gente en la sección de a lado de nosotros con playera de rayados y fueron agredidos y que hicieron esos imbéciles, los orillaron y protegieron la los otros, no obstante con eso como es normal al final de un juego siguieron los enfrentamientos con la gente y en lugar a que los controlaran  lo único que hacían era enfrentarnos.

Por Dios, no necesitaban estarnos amedrentando todo el partido, lo peor fue que de un palco nos empezaron a confrontar y nosotros les respondimos, nos arrojaron cosas y sus imbéciles no les dijeron nada, al contrario cuando les respondimos nos patearon y nos echaron para atrás a macanazos, resultado de nuestro lado: dos dedos de pie rotos y un tobillo igual, por favor, su comandante andaba armado, se sacó la pistola de la funda y se la guardo dentro del uniforme.

P.D.: En Monterrey van a recibir sin perros, sin granaderos ni macanazos a los que vayan para que vea lo que es ser CIVILIZADO…

ATTE. Joserra

ADICTO EN PUEBLA