“Blanca Alcalá Ruiz sólo comparte cierta información con todo el mundo”, así se lee en la página de Facebook cada vez que intento ponerme en contacto con “Mi Primera Presidenta Municipal”. Este jueves insistí, quería escribir un mensaje en su muro para hacerle llegar mi felicitación por su cumpleaños. Pero no corrí con suerte.

Este fracaso virtual me lleva a concluir dos cosas. Una de dos, o la alcaldesa de verdad no quiere que yo sea su facebookcuata; o de plano quien le maneja su cuenta en esta red social anda durmiendo en sus laureles cuando lo de hoy es mantener actualizados a sus jefes en el mundo virtual.

En vista del “éxito” obtenido tuve que enterarme por otro lado que la edil priísta festejó sus 48 años de vida en el Palacio Municipal rodeada de sus colaboradores, vestida en un atuendo floreado y con un pastel blanco por aquello de que le gusta hacer alusión a su nombre.

Por cierto que a mi aún me hacen ruido las cifras que presentan las primeras encuestas que se han publicado en algunos medios de comunicación, en donde la ubican como una favorita de los poblanos para que gobierne más allá del Charlie Hall, pasando sus dominios a las oficinas de Casa Aguayo, donde despacha el primera mandatario estatal, Mario Marín Torres.

Y es que apenas hace un par de semanas, Alcalá Ruiz acudió a las salas de cine de Angelópolis. Tras salir de la función la alcaldesa estuvo un buen rato haciendo antesala acompañada de su esposo y su hija (con todo y galán). Cuál fue mi sorpresa al percatarme de que nadie, ni chicos ni grandes, ni hombres ni mujeres, ni priístas ni panistas. Nadie, nadie en lo absoluto se detuvo a hacerle reverencia. De hecho, todos los cinéfilos prestaron escasa atención a esa mujer por la que supuestamente votarían otra vez en caso de que hoy fueran las elecciones.

Foto: Jesus Reverte