Hace un par de días el mundo recordó el nacimiento de Johann Wolfgang von Goethe, célebre por su talento como poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán. Nacido en 1872, este personaje fue pieza clave en el Romanticismo, aquí diez frases suyas que nunca pasarán de moda.

1. La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma.

2. Al entrar en sociedad deben cogerse las llaves del corazón y meterlas en el bolsillo; los que las dejan en su sitio son estúpidos.

3. Lo peor que puede pasarle a un hombre es llegar a pensar mal de sí mismo.

4. La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble para igualarse a otra más grande que ella.

5. Las dificultades aumentan conforme se aproxima uno al fin.

6. Feliz el que reconoce a tiempo que sus deseos no van de acuerdo con sus facultades.

7. Bueno es tener la alegría en casa y no haber menester de buscarla fuera.

8. El aburrimiento es una mala hierba, pero también una especia que hace digerir muchas cosas.

9. El amor es una cosa ideal; el matrimonio, una cosa real; la confusión de lo real con lo ideal jamás queda impune.

10. Asombro: lo más elevado a que puede llegar el hombre.

El 9 de julio de 2011, Facundo Cabral estuvo en el lugar y tiempo equivocado y perdió la vida de la manera más vil al caer víctima de un atentado que no estaba dirigido a él. Famoso por contar historias y hacer poesía que después se convertirían en canciones de trova, este “vagabundo de primera clase” falleció el día en que su patria, Argentina, celebra su independencia.

Entre el profundo y amplio legado que heredó al mundo, está “No soy de aquí, no soy de allá”, tema que se convertiría en un himno a la libertad que fue adoptado en todo el planeta.

En sus presentaciones y entrevistas, Cabral solía siempre recital aquel pensamiento célebre en el que confesaba que él a lo único que le tenía miedo era a los pendejos porque, decía, “son muchos y eligen presidentes”. Para escucharlo, dale play al siguiente video:

A la fecha, dos de los asesinos de Cabral (los sicarios Bryon Cortez Lima y René Lima Muralles) fueron condenados a 93 años de prisión por un tribunal guatemalteco en marzo pasado, mientras que un tercero (Gustavo Camey Amaya) a 78 años, cuando otros dos que participaron del ataque permanecen prófugos.

Rodolfo Enrique Facundo Cabral, murió a las 74 años, de un modo inesperado, violento y en una tierra lejana. La biografía de este genio tiene rasgos que siempre han llamado la atención. Nacido en La Plata, junto a su madre y seis hermanos, Cabral se trasladó a la ciudad de Ushuaia con pocos años de vida, desde donde llegó a Tandil a los 8, iniciándose como cantante a los 22 en Mar del Plata, luego de una adolescencia tumultuosa que incluyó su internación en un reformatorio.

Trovador y trotamundos antes que cualquier otra cosa, Cabral visitó y actuó en 165 países, con conciertos en lugares como el Lincoln Center de Nueva York, la Catedral de Toledo y el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México.

Por su actitud de vida y su mensaje de esperanza abierto a toda la humanidad fue declarado Mensajero Mundial de la Paz de la Unesco en 1996, y en 2008 recibió el título de Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

El mundo, cada vez más enigmático
me mira inmóvil desde sus cautelas
siento que el marcapasos es mi árbol
y cobija latidos como alondras

estoy solo conmigo, cavilando
y repaso las sombras y los soles
también amaneceres y crepúsculos
que me dieron amparo y soledades

me pregunto desordenadamente
qué ceniza vendrá después del fuego
he construido más de una paciencia
pero no puedo con mi incertidumbre

tengo las manos llenas de caricias
para sembrar en una carne fértil
y he hecho un pacto con mis esperanzas
para que nunca nos abandonemos

por ahora me callo, en el sigilo
me cercan más espantos que alborozos

y ya que los futuros se aproximan
juego con las certezas y las dudas

morir sin muerte es casi una osadía
que no puede invocarse así nomás
por eso yo prefiero ser discreto
vivir sin vida es menos pretencioso

Mario Benedetti

(1920 – 2009)