Además de Rápido y Furioso
Lunes, Diciembre 2nd, 2013Por años fui anti “Rápido y Furioso”. Creía que la película se trataba de un simple cliché de autos, cervezas, mujeres enseñando el abdomen perfecto y mucha testosterona. Hasta que conocí a mi último novio. En la antesala de la taquilla del cine perdí el volado y minutos después estaba disfrutando de la quinta película de la franquicia. “Siquiera conoceré Río de Janeiro”, pensé para consolarme.
Mi sorpresa fue una excelente película de acción con una historia de amistad y combate contra unos gandallas mafiosos. Sin embargo, que me disculpe el simpático Vin Diesel, pero ver al apuesto y bien dotado Paul Walker fue otro agasajo de consolación que, aunado a la trama, me obligaron a esperar el estreno de la sexta y ahora de la séptima película.
Ahora que Hollywood y el mundo entero está en shock por la forma “rápida y furiosa” en que perdió la vida el actor a sus 40 años. Salen muchas cosas a flote en torno al ser humano, más que al personaje de “Brian O’Connor”.
Entre lo que he leído me llama la atención la última entrevista que concedió a la revista GQ en agosto pasado. En ella le preguntaron “¿Qué esperas lograr antes de morir?”, a lo que él respondió:
“Me perdí mucho cuando era más joven, por dedicarme a este juego (la actuación). Creo que la gente te dice que eres una determinada cosa y así te pierdes en un terreno que habría vivido de otra manera… En el interior todavía siento ciertas cosas que me llaman. Es por eso que yo estaba haciendo el marcaje de tiburones hace poco y voy a estar haciendo de nuevo dentro de dos semanas en una isla de Hawai. Yo también voy a ir a hacer el desove de mero”.
Además de las seis taquilleras cintas de “Rápido y Furioso” (y una más que dejó en pleno proceso de filmación), el hombre hoy llorado por las damas y cuya muerto ha conmocionado a cualquier macho seguidor de las carreras de autos, realizó otra serie de cintas, como la película “Monster in the Closet”, con la que hizo su debut en 1986 cuando tenía apenas 12 años.
También en sus primeros años, Walker trabajó mucho en televisión. Participó en tres capítulos junto a Michael Landon en el clásico de los ochenta Camino al cielo. En la serie interpretó dos personajes distintos. Uno de ellos, fue en el episodio doble titulado A Special Love, en el que interpretó a Todd, un chico rechazado por sus padres biológicos. Un difícil papel que le valió sus primeros reconocimientos, y por el que llegó a ser nominado en los premios Young Artist Award en la categoría “Mejor actor joven en un drama televisivo”.
Aunque solamente contó con una temporada de 23 episodios, la serie de televisión Discos Throb constituyó el lanzamiento de Paul Walker al mundo del espectáculo.