El color gris del aborto
Domingo, Marzo 15th, 2009Ni blanco ni negro. El tema del aborto se trata de escalas de grises. No es sólo legalizar la práctica o penalizar el hecho en sí. Interrumpir el embarazo es más que una acción en seco, tiene que ver con todo un entorno sociológico.
Las niñas de hoy salen de la primaria con pleno conocimiento de causa. La historia de la cigüeña se quedó en el siglo XX. Sin embargo el prematuro despertar sexual obliga también a tomar las riendas de nuestro cuerpo y ser más responsables, dejar a un lado las ideas románticas y sacar de la caja fuerte la múltiple gama de métodos anticonceptivos que, ¡gracias a Dios!, la ciencia nos regala a las mujeres de hoy.
“¿Me podrían recomendar un lugar seguro para realizar un aborto, de preferencia en el estado de Puebla. También quisiera saber cómo se puede abortar no quirúrgicamente, si más o menos hay un mes de embarazo?”; esta fue la pregunta que una chica lanzó en un foro de Yahoo. Por cada cinco respuestas que obtuvo satanizando la intención de deshacerse de un hijo que, evidentemente no estaba planeado, sólo recibía una respuesta de apoyo.
Todo mundo lo sabe, es del dominio público que si una mete la pata, basta con abrir el Aviso Clasificado de “El Sol de Puebla” para encontrar una decena de anuncios con la leyenda “¿Problemas ginecológicos? Nosotros te ayudamos”. Por años así han operado las clínicas “espanta cigüeñas” en la fielmente católica y costumbrista Puebla de los Ángeles.
En promedio, en un día, cinco mujeres acuden a uno de estos lugares a los que hay contactar vía telefónica para concertar cita “inmediata”. Los costos oscilan entre los 6 mil y los 4 mil pesos. Un precio más bajo no es confiable pues se trata de un lugar sin las mínimas condiciones de higiene. Un precio más alto significa que el doctor ha detectado el pánico en la paciente y se está aprovechando de ello.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, a nivel nacional, un aborto mal practicado es la quinta causa de muerte en las mujeres. Dos casos más de poblanas en la red, son los siguientes:
“Una muchacha muy atractiva, de 22 años, estudiante de una reconocida universidad privada del estado de Puebla, se descubre embarazada con 8 semanas de gestación y acude a un consultorio para practicarse un aborto. El médico, aprovechando la desesperación de la chica y su situación le cobra una gran suma de dinero por la operación. No conforme con esto, le exige que se deje tocar antes de la intervención. La chica, levantándose inmediatamente, se retira hecha un mar de lágrimas pensando que no tiene opciones ¿Dónde puedo abortar en Puebla? ¿Dónde hay una clínica segura en donde me puedan practicar un aborto en Puebla? ¿Dónde me puedo practicar un aborto seguro en Puebla? Con la cabeza revuelta y a punto de hacer una locura pasó los días en la angustia. Al poco tiempo alguien le recomienda una clínica propiamente establecida. La chica, algo a la expectativa, llegó a un hospital con buenas instalaciones, expuso su caso, se realizó sus estudios de laboratorio y simplemente fue una paciente más, bien atendida y respetada como cualquier otro enfermo”.
“ Mi novia está embarazada. No sabía qué hacer, vi un anuncio que decía: ¿Clínica de aborto segura en Puebla? o ¿Dónde abortar en Puebla? No recuerdo bien, el caso es que en este lugar había un dizque médico que al consultarme me metió en un lugar mal aseado y cochino. Era un local en una de las zonas más feas de la ciudad y me dio dizque una consulta. Mi novia estaba asustadísima. ¡El tipo quería practicarle un aborto a mi novia en ese lugar espantoso¡ No lo permití. Días después me dijeron de otro lugar. Cuando me acerqué, me di cuenta de la diferencia. Un hospital bien montado, médicos atentos, mucha gente, todos amables”
Esta es la realidad, la que está a la vista de todos, con el consentimiento de autoridades civiles y eclesiásticas, aún cuando en la constitución se lea otra cosa.
Creo que nadie puede decir “Yo nunca lo haría”, hasta que se viva esa situación. Hay límites para hacerlo, por ejemplo, obvio no esperaría a los seis meses para realizar el legrado, obvio el mismo cuerpo no aguantaría un legrado cada ocho días. Creo que una iniciativa que despenalice esta práctica, salvaría vidas siempre y cuando vaya acompañada de una serie de lineamientos bien definidos que regulen tanto clínicas como a los “potenciales clientes”, pues aún cuando una mujer está en todo derecho de ser libre y hacer con su cuerpo lo que le venga en gana, el problema radica en que pocas veces tiene la madurez para saber elegir al hombre que mete en su cama, de lo contrario no habría tantos embarazos no deseados, niños abandonados, familias padeciendo violencia intrafamiliar y una sociedad en descomposición.