Falta sólo una semana para que la transición se consuma. Los marinistas saldrán y los morenovallistas entrarán por la puerta grande. Es la rutina de cada fin de sexenio. En esta antesala pareciera que el deporte local favorito es “pegarle al gober precioso”, como alguien escribió por ahí.
La agenda mediática está centrada en los mil y un pendientes que el gabinete encabezado por Mario Marín Torres heredará al ex priísta. Ahora sí, ya que se va, la prensa se cobra la factura de seis años de autocensura, sin embargo el reclamo de la gente se mantiene intacto, tal como se manifestó en diciembre de 2005, cuando el escándalo Lidia Cacho causó estragos en Casa Aguayo.
#Byebyemarin, es el hashtag (así se llaman las etiquetas de búsqueda en Twitter), creado hace unas semanas en las redes sociales a través del cual los cibernautas despiden, a su manera, al gobernador oriundo de Nativitas Cuautempan.
Se vale de todo. Están quienes a través de las redes sociales van incluso recordándonos al resto del mundo cuántas horas y segundos le quedan a Mario Marín Torres como huésped de Casa Puebla. También los hay quienes han subido recomendaciones de artículos, reportajes, notas periodísticas, fotografías, chistes, caricaturas o simples reclamos propios de la catarsis colectiva. Entre las imágenes más populares está el billete del “banco precioso” y una curiosa fotografía del ejecutivo detrás de una reja.
Pero mientras eso ocurre con el electorado común y corriente, el esposo de Margarita García decidió, ¿por qué no?, subirse al tren de la comunicación masiva que impone la era digital. Durante el primer mes de este 2011, la estrategia del área de Comunicación Social se ha centrado en alimentar su perfil en Twitter y Facebook y reforzar el mailing. Así las cosas, todos, todos, todos los días, el gobernador nos va dosificando las cifras que, imagino, habrá de presentar este jueves 27 de enero en su sexto y último informe de labores.
Hay que destacar que en apenas diez días, el mandatario poblano ha subido 70 tweets, sigue a 45 twitteros y tiene la atención de sólo 149 followers. Estas cifras lo ubican en el fondo del ranking de los políticos twitteros, osea los de la nueva generación, tomando en cuenta que, por ejemplo Enrique Peña Nieto, en su apogeo proselitista suma al momento casi 408 mil simpatizantes en Facebook, mientras que sus dos cuentas en Twitter tienen: mil 44 seguidores (la dedicada a publicar su agenda) y 8 mil 830 seguidores (la de contenidos oficiales y comentarios políticos). Y del jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard ya no hablamos pues se los lleva de calle con sus 86 mil 439 seguidores, con quienes interactúa, contrario a los priístas arriba mencionados. Pero esa será otra historia.