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Durmiendo en el embarazo

Jueves, Noviembre 7th, 2013

Cuando estamos de pie, todas parecemos salir de un aparador, o al menos eso intentamos. Unas con peinados elegantes, ropa cómoda, y outfits acordes a nuestros ideales y costumbres.

Pero al dormir, el encanto se queda a pie de cama. Y si alguna está embarazada, la situación se empeora un poco: los malos olores, la incomodidad, el insomnio, y por si fuera poco, la pareja.

Esta realidad fue capturada por la fotógrafa rusa Jana Ramanova, que con su lente nos obsequia una de los momentos más íntimos de cualquier pareja, agregándole un toque: la espera de la cigüeña.

La fotógrafa creó esta serie de imágenes como resultado de su situación personal en la vida. Sus amigos comenzaron a casarse y tener hijos y esto la llevó a buscar una manera de lidiar con el cambio tan grande que veía en su vida.

Con esta idea en la mente, decidió crear esta hermosa serie titulada Waiting, en la que se muestran a parejas jóvenes de futuros padres durmiendo juntos de manera muy íntima y tierna.

Las primeras fotografías las tomaron a parejas que pertenecían a su círculo de amigos, pero después, con el propósito de seguir con el proyecto, contactó a parejas a través del internet, logrando fotografiar a más de 40 parejas de desconocidos. Aquí las más representativas.

Mujeres, embarazos y anticoncepción

Martes, Marzo 8th, 2011

En todo Puebla habemos 3 millones 9 mil mujeres, según el Censo de Población y Vivienda 2010. No es novedad que seamos más que el grueso de la población masculina, pero si asusta pensar que los superamos en más de un millón de especimenes, pues ellos suman 2 millones 270 mil hombres.

Mujer y maternidad son palabras que van de la mano. Durante toda la infancia nos atacan con mensajes sobre el hecho de que más temprano que tarde seremos “mamás”, así que a una la entrenan con cuanta muñeca se les ha ocurrido a los señores jugueteros.

A propósito, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID 2009) revela que de las mujeres de 15 a 49 años de edad, el 46.6% reportó haber tenido al menos un embarazo durante el periodo de 2004 a 2009; de éstas, 97.9%  tuvo revisión prenatal.

La otra cara de la moneda es que el 4.8% de los últimos embarazos ocurridos en ese año, terminaron como aborto. Por grupos de edad, esta proporción es de 10.0% entre las jóvenes de 15 a 19 años, muestra su mínimo entre las de 20 a 24 años para ir incrementando paulatinamente con la edad. Al final del ciclo reproductivo, más de una cuarta parte de las mujeres de 45 a 49 años experimentó la pérdida del producto antes de que éste fuera viable.

Ahora bien, con respecto a sus preferencias reproductivas, esta misma encuesta nos dice que 42.9% de las mujeres poblanas en edad fértil declara que dos es su número ideal de hijos, si a éstas se suman las que desean tener sólo un hijo (9.9%) y las que no desean tenerlos (4.1%) se observa que más de la mitad de estas mujeres (56.9%) desea tener familias poco numerosas. El número ideal de hijos que declararon las mujeres de 15 a 49 años es: 2.6 hijos en promedio, una cifra a kilómetros de los 15 partos que tuvo mi abuelita, de los cuales, por cierto, sólo 12 dieron frutos.

Cuando iba en la universidad, mi madre no se cansaba de repetirme: “allá tu y tu mala cabeza si sales embarazada”. De hecho fue tanta la presión que hasta preferí mantenerme virgen con tal de no pasar sustos. Por fortuna, en este siglo XXI hablar de métodos anticonceptivos ya es como hablar del clima o el platillo favorito.

Según la ENAID 2009, de las poblanas en edad fértil, 97.8% conoce al menos un método para evitar o retrasar un embarazo. Por tipo de método, más de la mitad de ellas (52.9%) están operadas para no tener hijos; 28.4% usan métodos no hormonales como el DIU de cobre, el condón masculino y femenino, los espermicidas, el diafragma, el capuchón cervicouterino y la esponja anticonceptiva vaginal. El 8.6% utilizan métodos hormonales más modernos como las inyecciones, los implantes subdérmicos, las pastillas, el famoso parche, la píldora de emergencia y el anillo nuvaring. Otro 7.8% recurren a los métodos tradicionales y 2.3% de ellas, su pareja optó por la vasectomía.

 

 

Nobel para el papá probeta

Martes, Octubre 5th, 2010

Tarde o temprano todas las mujeres queremos ser madres. Algunas lo han sido sin planearlo, pero hay algunas que han enfrentado todo un calvario en tan solo la búsqueda de ese ser humano.

El diez por ciento de las parejas en todo el mundo sufre problemas de infertilidad. De acuerdo con el INEGI, entre 15 y 20 por ciento de las parejas en México tienen problemas para embarazarse, algo así como entre 3 y 4 millones de personas, mismas a las que cada año se suman 500 mil nuevos casos.

En 40 por ciento de ellos, el problema está en la mujer, en otro 40 por ciento en el hombre, en 10 por ciento ambos y en el resto es por causas desconocidas. Lo cierto es que la infertilidad va en aumento. Entre los muchos tratamientos para lograr la concepción se encuentra la fecundación in vitro, misma que en Puebla se cotiza desde 50 mil hasta los 200 mil pesos.

Este lunes la Academia sueca concedió el premio Nobel de Fisiología y Medicina de este año a Robert G. Edwards, a quien puede considerarse el padre de cuatro millones de personas, todas ellas traídas al mundo desde que en 1978 se llevó a cabo con éxito el primer embarazo conseguido a partir de un óvulo fecundado en un tubo de ensayo.

Su técnica ha sido censurada por el Papa Benedicto XVI y todo el Vaticano por ir contra la naturaleza humana, sin embargo, la ciencia y los padres que hoy hasta nietos ya tienen le reconocen la gran labor que ha hecho para el bien de la humanidad.

Extraer el óvulo del ovario de la mujer, ponerlo en contacto con el esperma del hombre, esperar a que se produzca la fecundación para después implantar el embrión en el útero hoy suena fácil pero para ello Edwards y el ginecólogo Patrick Steptoe, dedicaron décadas enteras de su vida (comenzaron en los cincuenta). Hoy, con una salud muy deteriorada, el Nobel es testigo en vida de su reconocimiento y no podrá compartirlo con su socio en esta aventura ya que Steptoe falleció en 1988, y la Academia no entrega el premio de manera póstuma.

Edwards nació en 1925 en Manchester, Inglaterra. Se graduó en Biología en 1955, con una tesis sobre el desarrollo embrionario de los ratones. Desde 1963, trabajó en Cambridge, donde fundó la Clínica Bourn Hall, el primer centro de fecundación in vitro del mundo, que abrió con Steptoe. Sigue en Cambridge, de cuya universidad es profesor emérito.

El gran éxito ocurrió en 1978. Lesley y John Brown fueron a su clínica, desesperados tras haber intentado durante ocho años tener un hijo. El 25 de julio nació Louise, la primera niña probeta del mundo, que ya es madre.

El color gris del aborto

Domingo, Marzo 15th, 2009

Ni blanco ni negro. El tema del aborto se trata de escalas de grises. No es sólo legalizar la práctica o penalizar el hecho en sí. Interrumpir el embarazo es más que una acción en seco, tiene que ver con todo un entorno sociológico.

Las niñas de hoy salen de la primaria con pleno conocimiento de causa. La historia de la cigüeña se quedó en el siglo XX. Sin embargo el prematuro despertar sexual obliga también a tomar las riendas de nuestro cuerpo y ser más responsables, dejar a un lado las ideas románticas y sacar de la caja fuerte la múltiple gama de métodos anticonceptivos que, ¡gracias a Dios!, la ciencia nos regala a las mujeres de hoy.

“¿Me podrían recomendar un lugar seguro para realizar un aborto, de preferencia en el estado de Puebla. También quisiera saber cómo se puede abortar no quirúrgicamente, si más o menos hay un mes de embarazo?”; esta fue la pregunta que una chica lanzó en un foro de Yahoo. Por cada cinco respuestas que obtuvo satanizando la intención de deshacerse de un hijo que, evidentemente no estaba planeado, sólo recibía una respuesta de apoyo.

Todo mundo lo sabe, es del dominio público que si una mete la pata, basta con abrir el Aviso Clasificado de “El Sol de Puebla” para encontrar una decena de anuncios con la leyenda “¿Problemas ginecológicos? Nosotros te ayudamos”. Por años así han operado las clínicas “espanta cigüeñas” en la fielmente católica y costumbrista Puebla de los Ángeles.

En promedio, en un día, cinco mujeres acuden a uno de estos lugares a los que hay contactar vía telefónica para concertar cita “inmediata”. Los costos oscilan entre los 6 mil y los 4 mil pesos. Un precio más bajo no es confiable pues se trata de un lugar sin las mínimas condiciones de higiene. Un precio más alto significa que el doctor ha detectado el pánico en la paciente y se está aprovechando de ello.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, a nivel nacional, un aborto mal practicado es la quinta causa de muerte en las mujeres. Dos casos más de poblanas en la red, son los siguientes:

“Una muchacha muy atractiva, de 22 años, estudiante de una reconocida universidad privada del estado de Puebla, se descubre embarazada con 8 semanas de gestación y acude a un consultorio para practicarse un aborto. El médico, aprovechando la desesperación de la chica y su situación le cobra una gran suma de dinero por la operación. No conforme con esto, le exige que se deje tocar antes de la intervención. La chica, levantándose inmediatamente, se retira hecha un mar de lágrimas pensando que no tiene opciones ¿Dónde puedo abortar en Puebla? ¿Dónde hay una clínica segura en donde me puedan practicar un aborto en Puebla? ¿Dónde me puedo practicar un aborto seguro en Puebla? Con la cabeza revuelta y a punto de hacer una locura pasó los días en la angustia. Al poco tiempo alguien le recomienda una clínica propiamente establecida. La chica, algo a la expectativa, llegó a un hospital con buenas instalaciones, expuso su caso, se realizó sus estudios de laboratorio y simplemente fue una paciente más, bien atendida y respetada como cualquier otro enfermo”.

“ Mi novia está embarazada. No sabía qué hacer, vi un anuncio que decía: ¿Clínica de aborto segura en Puebla? o ¿Dónde abortar en Puebla? No recuerdo bien, el caso es que en este lugar había un dizque médico que al consultarme me metió en un lugar mal aseado y cochino. Era un local en una de las zonas más feas de la ciudad y me dio dizque una consulta. Mi novia estaba asustadísima. ¡El tipo quería practicarle un aborto a mi novia en ese lugar espantoso¡ No lo permití. Días después me dijeron de otro lugar. Cuando me acerqué, me di cuenta de la diferencia. Un hospital bien montado, médicos atentos, mucha gente, todos amables”

Esta es la realidad, la que está a la vista de todos, con el consentimiento de autoridades civiles y eclesiásticas, aún cuando en la constitución se lea otra cosa.

Creo que nadie puede decir “Yo nunca lo haría”, hasta que se viva esa situación. Hay límites para hacerlo, por ejemplo, obvio no esperaría a los seis meses para realizar el legrado, obvio el mismo cuerpo no aguantaría un legrado cada ocho días. Creo que una iniciativa que despenalice esta práctica, salvaría vidas siempre y cuando vaya acompañada de una serie de lineamientos bien definidos que regulen tanto clínicas como a los “potenciales clientes”, pues aún cuando una mujer está en todo derecho de ser libre y hacer con su cuerpo lo que le venga en gana, el problema radica en que pocas veces tiene la madurez para saber elegir al hombre que mete en su cama, de lo contrario no habría tantos embarazos no deseados, niños abandonados, familias padeciendo violencia intrafamiliar y una sociedad en descomposición.