“Morir es nada cuando por la patria se muere” es una célebre frase de José María Morelos y Pavón. “La Patria es primero”, dijo años más tarde Vicente Guerrero. He de confesar que siempre me ha encantado la historia, la oficial y la extraoficial; pero esto del tan llevado y traído Bicentenario es ya un exceso.

En medio de tanto argüende por los famosos héroes que nos dieron patria, las películas, series, ferias, exposiciones, canciones y demás diversas formas de “festejar” algo que en los hechos dista mucho de ser una Independencia de cuento de hadas, tal como la contaron las maestras de la primaria; no nos queda que mejor ponernos cómodos y ver todo el show que ha montado el gobierno federal en el que se han derrochado nada más ni nada menos que unos 580 millones de pesos (el doble de los recursos que en un año se destinan a la atención de grupos vulnerables).

El bendito Bicentenario también nos ha llevado a ver lo absurdo, como el berrinche de Aleks Syntek quien se fue de Twitter momentáneamente por las críticas a su canción dedicada a los 200 años de “libertad”. Otro “pancho” fue el que protagonizó Cristian Castro cuando metió la pata con su célebre respuesta en la que no pudo articular los nombres de los héroes patrios y mejor soltó un “Octavio Paz” y a la famosa muchacha “De la Cruz” (refiriéndose a Sor Juana Inés).

Total que para que a las nuevas generaciones no las juzguen por su poca sapiencia y sólo entender de tweets de 140 caracteres, blogs, wii, xbox, ipod y demás cosas del nuevo siglo, ya circula la historia de la guerra de la Independencia de México en tiempos del Facebook, seguro así no sólo quedará grabada en la memoria de los pupilos de hoy sino en la de los adultos cuyo cassette ya no tiene muy claro esta parte de la historia.