Y llegó el día. Sin importar credo, raza o clases sociales, todos se subieron al carrusel de festejos patrios que organizó el gobierno del estado bajo el mando de Rafael Moreno Valle Rosas.

He de confesar que no soy fan de Paulina Rubio pero también que parte de mi adolescencia y juventud he tarareado algunas de sus canciones más populares, esas que fueron un éxito antes de que Colate le robara el glamour y estilo chic que la enaltecieron como la famosa Chica Dorada.

Pues ahí estábamos en los primeros minutos del domingo en medio de la euforia de aproximadamente veinte mil personas concentradas en el Centro Expositor y de Convenciones. Luciendo un atuendo morado, gafas, short y botas largas negras, que dejaban ver sus torneadas piernas, la hija de Susana Dosamantes se ganó el aplauso y nos sorprendió a los incrédulos al cantar en vivo 16 temas por casi 90 minutos.

“Causa y Efecto”, “Ni una sola palabra”, “Lo haré por ti” y “Todo mi amor”, sirvieron como preámbulo para que gritara “¡Viva México!, Estoy enamorada de Puebla. ¡Qué chula es Puebla!”.

Antes de entonar “Dame otro tequila”, ella misma brindó con los poblanos tomándose un caballito de un solo trago en honor a sus fieles seguidores. “Por todos estos años que me han acompañado en las buenas y las malas”, dijo.

Fue así como acompañada de cuatro músicos, Paulina Rubio se sacó la espina de la última visita que realizó a la capital poblana en noviembre de 2009, cuando apenas reunió a más de dos mil personas en el Auditorio Siglo XXI.

La noche del domingo, los hombres casi casi se “orgasmearon” al ver como las caderas de la famosa Shakira iban para una lado, para el otro, para enfrente y para atrás. Las mujeres dudamos de nuestras tendencias sexuales al ver a “La Loba” hacerle el amor al pedestal del micrófono y al aire mismo mientras movía el cuerpo entero con una energía que cualquier treintona quisiera.

Antes de que iniciará el concierto, los niños y niñas morían por ver el Waka Waka, sin embargo una vez que la colombiana saltó al escenario, los pequeños morían por verle aunque fuera la punta del pelo teñido que la caracteriza. Y es que, salvo los pudientes de las primeras diez filas del centro, el resto de las treinta mil almas presentes en el Centro Expositor tuvieron que conformarse con las pantallas gigantes colocadas a los costados.

Después de ver durante 90 minutos la sensualidad que la novia de Piqué derrocha en cada interpretación, una no puede más que morirse de la envidia y buscar con urgencia en la sección amarilla algún sitio donde enseñen los conceptos básicos del belly dance, los ritmos árabes y hasta alguno que otro paso de las tribus gitanas y africanas.

El negrito en el arroz, el cual nunca falta, fue el repertorio que Shakira eligió para el World Tour Sale el Sol. Y es que sí bien mantuvo a todos de pie, con la boca abierta y el éxtasis atravesado, quedo a deber los temas que la llevaron a ser la estrella que hoy es. Pareciera que quiso dejar de lado sus raíces y aquellos tiempos en los que salió de Barranquilla, Colombia sola con su guitarra para probar suerte tocando “Dónde estás corazón”, “Estoy Aquí”, “Pies descalzos”, o ya mínimo debía recordar a la melosa “Antología”.

Sólo fueron 17 selectos temas que incluso no dieron cabida a “Rabiosa”, su nuevo hit que sigue la línea de “Loca” y “Loba”, es decir, más cachondes que profundidad en la letra, de esas que la caracterizaron a finales del siglo pasado, antes de que su ex Antonio De la Rúa tomará las riendas de su carrera y viera en las caderas de su novia un jugosisisisisimo signo de pesos.

Ahora bien, en el blog Shakira y Más, juran y perjuran que la sexy colombiana se paseó la mañana del sábado por La Vista Country Club, a donde llegó para jugar golf. La prueba de tal versión es la siguiente foto que un fan compartió en Twitter en la que presume el autógrafo que la joven de 34 años le habría dado.