Cuando ingresé a la BUAP mi credencial de estudiante tenía una leyenda. “Orgullosamente universitario”. Y así lo asumí. Cursé la Licenciatura en Comunicación en tiempos de Enrique Doger y de entonces a la fecha he ido observando cómo la máxima casa de estudios ha ido creciendo a pasos agigantados más allá de nombres, de rectores y de cuestiones políticas.

Hoy el quehacer universitario está bajo la batuta de Alfonso Esparza Ortíz. Frecuentemente recorro el Complejo Cultural Universitario así como las calles del Centro Histórico donde hay algunas facultades de la universidad y veo con asombro la evolución que ha tenido la BUAP en los últimos 15 años. Sin embargo, quedé estupefacta hace unas semanas que, después de 10 años, pisé Ciudad Universitaria. Las facultades que solía visitar siguen ahí pero ahora tienen color, hay jardínes, ciclovías, edificios más modernos, un transporte que te lleva de la 24 sur al Bulevar Valsequillo y hasta plumas en los estacionamientos.

Esta semana se presentó la nueva imagen corporativa de la BUAP. Contrario a lo que pasó en la UPAEP cuando les quitaron el águila y hasta hubo manifestaciones, aquí se ha cuidado preservar (aunque no iguales) los símbolos que dan sentido al alma universitaria: el ave Fénix y la Diosa de la Sabiduría (Minerva o Atenea).

Ahora bien… ¿cómo han evolucionado el escudo de la BUAP? Aquí un recuento:

De acuerdo con Wikipedia, este emblema data de 1937 e inició como un escudo clásico francés. “En la parte inferior hay una nube, de ella brotan lenguas de fuego y entre el fuego surge el Ave Fénix, hiriéndose el pecho, destruyéndose. En la parte media superior está la cabeza de Atenea, diosa griega de la sabiduría, portando yelmo con la visera levantada y el morrión adornado con crines de caballo”. Y es que nada mejor que esta especie alada para recordar las veces que la comunidad universitaria ha tenido que reinventarse ante los embates de la historia.

A propósito del año que estamos estrenando, Consulta Mitofsky realizó su tradicional encuesta “¿Cómo se siente el mexicano?”.  Los resultados de las mil encuestas aplicadas en los hogares de lo largo y ancho de México nos confirman que el ciclo de 12 meses sigue siendo un buen pretexto para evaluar el estado de ánimos, nuestros logros y crearnos expectativas.

La empresa comandada por Roy Campos preguntó a los mexicanos comunes y corrientes si en 2011 les fue mejor que en 2010 o por el contrario, sienten que les fue peor. Aquí los resultados más representativos:

1.    A fines de 2011 se presenta un deterioro respecto a 2010: 47% dice que en el año le fue en general peor y 45% que le fue mejor.

2.    Los que dicen que les fue bien consideran que se debió a sus méritos propios (57%) y sólo 23% al Gobierno; en cambio cuando consideran que fue un mal año, los mexicanos culpamos primero al Gobierno Federal (55%) y después a nosotros mismos. Quienes más agradecen al Gobierno cuando les va bien son las mujeres, ciudadanos en el estrato económico bajo y  en  el norte del país, región en la que  también  los gobiernos estatales toman mayor importancia. Quienes más culpan al Gobierno son los mayores de 50 años, los que pertenecen a estratos económicos altos y el centro del país.

3.    En 2011 la población se muestra optimista en su expectativa al 2012 ya que 62% considera le irá mejor y 20% que le irá peor. Quienes más responsabilizan al gobierno de su futuro en 2012 son los mayores de 50 años, el estrato económico bajo y sobre todo el norte del país. Para quienes dicen que les irá peor en 2012, solo 16% se culpa a sí mismo y 80% a alguno de los gobiernos.

4.    Los mexicanos plantean que lo mejor que les puede pasar en 2012 es conseguir trabajo (23%), de las 4 primeras menciones 3 tienen que ver con la economía y una con la salud.

5.    Cuando se les pide hagan sus “deseos” para el país en el próximo año, la solicitud se concreta en la seguridad (28%) con su mayor porcentaje en 3 años, seguida de la creación de empleos (11%) y mejorar la economía (10%).

6.    En 2011 solamente se incrementa el sentimiento de “religioso” y de “confiado en los demás”, en el resto de los aspectos disminuye la calificación que nos damos a nosotros mismos, sobre todo la de “sanos” que obtiene su menor nivel en el periodo de 11 años. Por su parte “deportista” continúa siendo la evaluación más baja y “honesta” la más alta. Los jóvenes y los universitarios de manera evidente se sienten más sanos, menos religiosos y más deportistas. El ciudadano de nivel económico alto se considera a sí mismo más sano y más feliz.

En resumen, los mexicanos nos seguimos sintiendo honestos, sanos y felices, en cambio no nos consideramos deportistas, confiados e incluso nos vemos poco religiosos. Ahora bien, la encuesta también indaga sobre si estos días los ciudadanos quieren cambiar de trabajo, de casa, auto o hasta de pareja. La percepción se describe en la siguiente tabla:

Fuente: Consulta Mitofsky

Por naturaleza, somos los jóvenes los que pasamos buen tiempo insatisfechos con la vida. Apenas estamos acomodándonos en un trabajo y ya queremos más. Tenemos un auto modelo 2009 y ahora soñamos con el flamante diseño 2011. Son los jóvenes los que anhelan vivir en Europa, Estados Unidos o cualquier sitio que represente emprender el vuelo fuera del nido

Consulta Mitofsky le preguntó a mil mexicanos sobre sus deseos de cambio y esto fue lo que encontró:

CAMBIO DE AUTO

3 de cada 10 mexicanos que poseen auto dicen tener muchas ganas de cambiarlo y 4 de cada 10 dicen tener poco o ningún ánimo de hacerlo.

Los hombres y los ciudadanos de mayor ingreso son los que más preferencia al cambio muestran, así como los que viven en la zona urbana y particularmente en el norte.

A mayor edad, menos ganas de cambiar de auto.

CAMBIO DE CASA

1 de cada 4 mexicanos tiene muchos deseos de cambiarse de casa.

Los que se dicen poco contentos con su vida y entendiblemente los desempleados son los que más desearían cambiar de casa.

CAMBIO DE TRABAJO

A más de uno de cada 5 mexicanos les gustaría mucho cambiar de trabajo, sobre todo a jóvenes.

CAMBIO DE CIUDAD DONDE VIVIR

Uno de cada 6 desea con muchas ganas moverse a otra ciudad a vivir, sobre todo los jóvenes, las personas con ingresos altos y los habitantes del norte, donde la proporción llega al 20%.

CAMBIO DE PAREJA SENTIMENTAL

El cambio menos deseado es el de la pareja sentimental pero aún así 6% desea con muchas ganas hacerlo.

CAMBIO DE PAÍS

En febrero agregamos una pregunta para incluir en este reporte, el deseo de los ciudadanos de cambiar de país y encontramos que 14% de los mexicanos dicen tener muchas ganas de hacerlo, destacando que uno de cada 5 mexicanos de nivel alto dicen tener la pretensión de cambiarse a otro país.

En la siguiente gráfica mostramos que es lo que pasa cuando un ciudadano se siente insatisfecho o enojado con su vida, evidentemente busca cambios, pero la encuesta muestra que esos cambios no se evidencian en la vivienda, el auto o el trabajo, pero si generan deseos de cambiar el partido que gobierna, la ciudad donde vive o la pareja sentimental, ya que la diferencia del resultado entre quienes están contentos y quienes no lo están son claras.