La noche del domingo fue una tendencia en Twitter el hashtag #FinalElColorDeLaPasion. El último capítulo del melodrama de Televisa grabado en la capital poblana la primera mitad de este año generó opiniones encontradas.

Por un lado estaban los fans que amaron el trillado desenlace en que la pareja protagónica, en este caso Esmeralda Pimentel y Erick Elías, consuma su amor pese a todo y logra llegar al altar para convertirse en marido y mujer.

También estuvieron quienes criticaron al público telenovelero que estaba más pendiente de la telenovela producida por el hijo de Chespirito, Roberto Gómez Fernández; y no sumarse a las protestas públicas en la víspera del Segundo Informe de Labores del presidente Enrique Peña Nieto.

Durante casi dos horas vimos por última vez lugares típicos de Puebla en la pantalla chica en cadena nacional. Además del Panteón Francés en el que se enterró a una decena de personajes, en la recta final de la historia en que una pareja coincide en una fábrica de talavera tras un crimen pasional, apareció la Iglesia de San Francisco Acatepec, pues ahí tuvo lugar la boda de “Lucía” y “Marcelo”, quienes superaron la ola de muertes y enredos.

Para no poner el letrero de “FIN” justo en el beso al salir de la boda religiosa, los guionistas decidieron prolongar el desenlace con un par de escenas. La primera resultó del gusto de los tuiteros pues muchos vieron con buenos ojos que las almas en pena de “Rebeca” (Claudia Ramírez) y “Nora” (Ximena Romo) - madre e hija en la historia – aparecieran rondando la casa en que ambas decidieron quitarse la vida tras hacerle la vida de cuadritos a todos los personajes.

La cereza en el pastel fue la panorámica del zócalo de la ciudad de Puebla, pues la última escena fue una caminata de los protagonistas tomados de la mano y el beso de amor en la fuente de San Miguel, como cualquier pareja poblana.

Para cerrar con broche de oro, la productora poblana Mapat eligió el templo de San Francisco Acatepec para grabar el final de la telenovela Ni Contigo Ni Sin Ti que se transmite de lunes a viernes por el Canal de las Estrellas. Luego entonces, este jueves el melodrama protagonizado por Alessandra Rosaldo, Eduardo Santamarina, Laura Carmine y Erick Elías concluyó las grabaciones con la escenificación de la tradicional boda de cuento de hadas.

“Un ciclo más que se cierra”, “Los voy a extrañar”, “Suerte en sus siguientes proyectos”, “Gracias por todo”, y demás frases trilladas de despedida inundaron el muro de la cuenta en Twitter de @NiContNiSinTi en el que también se replicaron las fotos que algunos actores subieron para dar una probadita de lo que se verá en la pantalla chica el 26 de agosto próximo, fecha en que se transmitirá el final del refrito de la historia de amor basada en una novela escrita por Cassiano Gabus Méndez.

Desde la noche del miércoles, los actores y actrices de Televisa dieron a conocer que tras 21 horas de intenso trabajo en Valle de Bravo se trasladaban a la angelópolis para concluir seis meses de grabación dirigidos por José Elías Moreno, quien por cierto fue despedido en medio de burbujas.

“Hermoso escenario para cerrar grabaciones”, fue la descripción de la foto con la que la cuenta oficial del melodrama compartió la belleza de la iglesia de San Francisco Acatepec.

En medio del maratónico llamado, Alessandra Rosaldo y Sachi Tamashiro aprovecharon las bancas del templo para reposar un poco. “Que platicadoras niñas, no dejaban hablar a nadie” decía en Twitter la descripción de la siguiente foto:

Al finalizar las escenas de boda en Acatepec, el staff técnico y el reparto de actores eligió el restaurante La Casita Poblana ubicado en Huexotitla, donde se despidieron unos de otros y aprovecharon la oportunidad para degustar el tradicional mole poblano y los chiles en nogada de la temporada.

La nostalgia y una que otra lágrima estuvieron presentes en el último día en que la producción se reunió para compartir el sabor de boca que les dejó haber participado en la telenovela que sustituyó a la controversial “Teresa” y que contó las vidas de los huéspedes de la Pensión Caro.

Más que “jurarse amor eterno” o darse el romántico y trillado “si”, lo que Enrique Peña Nieto y Angélica Rivero hicieron con el show de este sábado al medio día fue legalizar el amasiato, como se dice aquí y en China.

Hoy la novela armada para que este par se convierta en la pareja presidencial que gane simpatía y con ello votos de cara a la sucesión del poder ejecutivo en 2012, ha dejado de lado un par de detalles perversos que, de recordarlos, empañarían la imagen angelical y de cuento de hada que poco trabajo les ha costado a los artífices de este melodrama.

De entrada la bella Gaviota de 41 años no es una blanca palomita. Después de 14 años de vivir en unión libre con el hermano de Verónica Castro, José Alberto Castro, contrajo nupcias en Acapulco con el que hasta hace dos años era el amor de su vida. Con dos años de matrimonio eclesiástico y tres hijas a cuestas, la protagonista de la telenovela “Destilando Amor” se enamoró casi casi “a primera vista” del (en ese entonces) recientemente viudo y poderoso, gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.

Luego entonces, el viudo de la política nacional más codiciado por las féminas movió cielo, mar y tierra para que el Papa Benedicto XVI bendijera su idilio con la actriz y, contrario a los tiempos que requeriría el trámite de cualquier cristiano común y corriente, logró liberar a su novia del pecado del adulterio al conseguir que la Santa Madre Iglesia determinara que aquella fiesta a la que acudieron 500 personas en Acapulco no fue una boda religiosa. Ahora si que le dijeron al “Güero” Castro “y hágale como quiera”.

Apenas en diciembre de 2008, la pareja de la farándula firmó un acuerdo legal, en el que supuestamente el hombre que le dio el primer papel a Angélica Rivera en la telenovela “Mi Pequeña Soledad”, a petición de la propia protagonista (Verónica Castro), se comprometió a dotar a sus tres niñas de un seguro de salud, apoyo monetario y educación. En términos económicos, desde entonces a la fecha la actriz recibe más de seis mil dólares al mes, de los cuales cuatro mil son destinados a la manutención, poco más de mil dólares para el chofer y otros gastos escolares.

Regresando a la “Boda del Año”, un aspecto importante han sido las publicaciones que la pareja ha hecho en sus muros de Facebook. Desde semanas antes del día del enlace matrimonial ambos escribieron románticas frases como la que subió la novia de esta historia: “Estoy muy agradecida con Dios por haberme puesto en el camino a un hombre tan maravilloso como Enrique. Un gran ser humano con quién comparto valores fundamentales en la vida: la familia, la amistad, la lealtad, el trabajo, la responsabilidad, la humildad, la compasión, la justicia, el coraje y la fe”.

Mención aparte merece el seguimiento en tiempo real de cada paso que hizo el sábado, el arreglo con el maquillista, la salida rumbo a la iglesia, la ceremonia civil. Lo sorprendente fueron los cientos de “Me Gusta” y comentarios que generaron las fotos y videos de la boda.